Miguel Ángel Schultz Dávila
El Istmo de Tehuantepec se está transformando en la capital del secuestro del sureste mexicano, por lo que está por ocurrir una tragedia con los migrantes y con el personal del Albergue Hermanos en el Caminos, de Ciudad Ixtepec, de donde partieron 13 migrantes este día de la base Área del Ejército México a la ciudad de México, que fueron testigo de los secuestros masivos que están siendo objeto y que se presentaran a declarar ante la Procuraduría General de la República (PGR).
Lo anterior lo informó el sacerdote Alejandro Solalinde coordinador del Albergue, que reconoció que vive una situación de desenlace fatal, por lo que reconoció que esta ante una situación de muerte anunciada.
Comentó que en los últimos días ha recibido llamadas del Procurador General de Justicia del Estado de Oaxaca, Manuel de Jesús López López; de la Secretaria General de Gobierno, Irma Piñeyro Arias y hablado con el General de las fuerzas armadas acantonadas en Ciudad Ixtepec, pero que no hay acciones concretas para resguardar la seguridad de los integrantes del Albergue y de los migrantes.
“Ellos, los funcionarios, han sido muy amables y se irán a celebrar la Navidad y uno seguridad en la inseguridad, porque así es en etas fechas cuando nadie presta atención a la situación de los demás, por lo que espero que sobrevivamos, los del Albergue, para el año nuevo”, comentó Alejandro Solalinde.
En la actualidad hay pocos migrantes en el Albergue, dijo, pero siguen llegando de los que fueron testigos presenciales del secuestro, por lo que existe un clima de total inseguridad por la presencia de elementos de la Mara 13, del grupo de delincuentes de los Zetas; por elementos de las fuerzas armadas y de la policía corruptos, lo que ha propiciado que la región se esté volviendo la “capital del secuestro”.
“No tengo miedo, voy a seguir cumpliendo con mi trabajo, defendiendo a los migrantes. Hoy mi vida es normal, estoy tomando mis precauciones, pero hago mi vida normal”, aclaro el coordinador del Albergue Hermanos en el Camino.
Nadie en estos momentos puede garantizar la vida de nadie en este país, ni en este estado, Oaxaca, y mucho menos en el Istmo dada la superioridad de los grupos delictivos. Esta un patrulla estatal rondando y hay un policía que vigila el Albergue, pero Ciudad Ixtepec es una ciudad militar, pero no les interesa a los militares lo que está pasando, por lo que no ponen atención.
Al tener conocimiento los militares, del secuestro de migrantes, lo que hubo fue un operativo fallido, un simulacro, una farsa porque no se hizo nada. No hubo peritos, no aprovecharon la presencia de un testigo que estuvo en los hechos. No hicieron nada.
El problema que se vive en el Istmo de Tehuantepec ante el secuestro de migrantes es un problema de todos; la misma autoridad municipal debería estar actuando en primer lugar pero como fue un gobierno fallido, que ya va a salir gracias a Dios; en segundo el gobierno del estado debería intervenir y en tercer lugar el gobierno federal, porque también es un problema de él.
Por lo que aparte de las llamadas de cortesía, de parte de las autoridades, no hay una acción eficaz para evitar una tragedia. Aunque reconoció, el sacerdote, que la situación es de alto riesgo por lo que para cambiarla se requiere un largo plazo.
Lo que se necesita es que el Ejército se “ponga las pilas” de lo que está pasando, buscar acciones conjuntas de todas las autoridades, ya que vamos a estar más desprotegidos por las festividades de la Navidad, por lo que no se que vaya a pasar.
El flujo de los migrantes ha bajado, por la navidad, por el frio, por los operativos que hay cuya información ha trascendido y los migrantes han dejado venir.
Todo mundo me dice cuídese y mi pregunto, ¿cómo? Ya que no hay manera de hacerlo por lo que el único que me cuida es Dios.