MONTERREY.- Ricardo Osorio tuvo que mudarse a un país con costumbres y clima muy distintos a los de su natal Oaxaca para saber lo que se siente proclamarse campeón de Liga.
Fue en Alemania, con el Stuttgart, en la temporada 2006-2007.
El zaguero del Monterrey admite que aquella coronación en la Bundesliga es uno de los momentos más dulces de su carrera, pero dar la vuelta olímpica en México tendría un valor agregado.
Eso explica la emoción con la que vive su primera fase final como rayado, en la que espera saldar una deuda pendiente consigo mismo.
“Me muero de ganas de quedar campeón, pero hay que estar conscientes de que tenemos a Pumas en este momento y después puede estar el Santos o el América”, recuerda. “Tengo muchas ganas de quedar campeón, estoy deseando llegar a esa final”.
Militó cuatro años en el balompié germano, pero enfrentar a los auriazules en las semifinales es algo que no desconoce. Los felinos le impidieron jugar la serie por el título, con el Cruz Azul, en el Clausura 2004, motivo extra para anhelar dejarlos fuera, esta noche, en el estadio Tecnológico.
El lateral derecho sabe que la misión no es sencilla, por más que los regiomontanos hayan sacado el 0-0 del Olímpico Universitario.
Hace seis años y medio también igualó sin tantos la ida, aunque fue como local. La Máquina cayó en la vuelta (2-3) y fue eliminada.
El Monterrey luce favorito de cara al cotejo de hoy, pero Osorio recuerda que “Pumas es un equipo fuerte, que hace un pressing impresionante”, por lo que sería un error confiarse.
En apenas unos cuantos meses, el defensa se ha ganado el corazón de los seguidores regiomontanos, quienes admiran el temple y ubicación que desarrolló en el futbol alemán.
“La gente es la que sabe si uno hace bien su trabajo”, ataja. “Lo único que puedo decirte es que me entrego al máximo en cada partido que esté y, si no, apoyo con todo en la banca”.
El sueño del canterano azul tiene un motor extra: la ayuda que la directiva norteña le dio justo cuando la pasaba mal a causa de su poca participación en el Stuttgart y aquel error en el partido de octavos de final, frente a Argentina, en Sudáfrica 2010.
“Estoy agradecido con Luis Miguel Salvador [vicepresidente de los Rayados] por lo que me brindó cuando más lo necesitaba”, recuerda, con un dejo de nostalgia. “En las buenas puede estar cualquiera, pero en las malas están pocas personas y es por eso que tomé la decisión de venir a Monterrey”.
“Sabía que tenía un buen plantel y venía a ganarme un puesto. Más allá de que puedes jugar en Europa y tienes un nombre, vengo como cualquier otra persona a entregarme al máximo y aportar al equipo lo que puedo dar”.
Buen nivel que podría catapultarlo al Tricolor, donde también tiene una cuenta pendiente: “Es una espina que tengo clavada y esperemos en Dios que tenga una oportunidad más en el futbol y poder demostrar todavía por qué me fui a jugar a Europa”.