EL OFICIO DE LA PALABRA El Gobernador electo prioriza la agenda externa y desgasta su capital político

MIGUEL ÁNGEL SCHULTZ DÁVILA
Las condiciones de seguridad en Oaxaca se están deteriorando rápidamente al irse profundizando el vacío de poder por falta de gobierno, como resultado de la transición de élites de poder, que aunque son las mismas, las condiciones sociales de la entidad son otras y hasta inéditas; por que se han movido los marcos de referencia para los grupos de poder, que no acaban de entender dónde están parados y por lo tanto se complican la existencia inútilmente. Se siguen dando hasta con la cubeta para demostrar quién manda y quién no.

Prueba de ello es el colapso en que se encuentra no sólo el municipio de Oaxaca de Juárez, sino otros más: la Trinidad Zaachila, San Jerónimo Sosóla, entre otros, así como ejecuciones, “levantones” y protestas; resultado precisamente del desmoronamiento de un sistema de gobierno, que se sustentaba en prácticas autoritarias del ejercicio del poder, pero que las élites gobernantes no han sido capaces de sustituir y construir alternativas de gobierno que sustituyan todo ese andamiaje desvencijado e inservible para gobernar el Oaxaca de hoy, por lo que siguen utilizando más de lo mismo, para construir los pisos de arriba, lo que puede terminar en un colapso aun peor, que, en el que, nos encontramos.

Si bien hay grandes esperanzas en el gobernador electo, Gabino Cué Monteagudo, éste ha empezado a desgastar su capital político cuando aún le faltan semanas para asumir el cargo, todo por dar prioridad a su agenda externa y meterse de lleno a la coyuntura de la elección presidencial del 2012 y ahí anda en pleno activismo de la mano de Marcelo Ebrad, por otras entidades del País.

Otro hecho es que ha ido perdiendo la base de sustentación que significó la presencia de Andrés Manuel López Obrador en Oaxaca, que lo placeo por todo el estado y que le mostró el camino a Cué Monteagudo, para conseguir el voto rural que en la entidad es significativo.

No es gratuita la postura asumida por Azael Chepi, dirigente de la Sección 22 que en un giro a su postura inicial ante Gabino Cué, de otórgale el beneficio de la duda, por decir lo menos, ahora de plano declara que no tiene confianza en él; como tampoco en los partidos que lo llevaron de candidato -que no al poder- porque fueron los votos de los electores quienes pusieron a Gabino Cué en la gubernatura y no los partidos, pero ese matiz no lo está comprendiendo.

Estos electores conocieron a un Gabino Cué al lado de Andrés Manuel López Obrador, haciendo sus propuestas, asumiendo su proyecto, cuya esencia es cuestionar la legitimidad del gobierno de Felipe Calderón como resultado del fraude electoral del 2006; de construir una patria para todos, entre otras cosas.

Cómo criticar y rechazar la monstruosa guerra contra el narco. Por lo que no se puede decir como dice ahora el gobernador electo, cuando le preguntan sobre AMLO, que él no niega sus amistades, pero eso es solo retórica.

Porque no se trata de amistades entre él y AMLO, sino de proyectos políticos, de propuestas ideológicas, por lo que, no estamos hablando de amistades entre Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador y Gabino Cué, sino de líneas ideológicas de gobierno, que no caben en una sola propuesta de ejercicio del poder, aunque Manuel Camacho Solís se empeñe en demostrar lo contrario.

Está claro que Gabino Cué se ha arrojado a los brazos de Ebrad, pensando que es el justo medio entre las posturas de Calderón y de Andrés Manuel, pero está haciendo una lectura equivocada, ya que sin decirlo, por ese acercamiento ideológico con Felipe Calderón, AMLO ha retirado su respaldo al gobernador electo de Oaxaca y se ha ido desmarcando de las propuestas de la coaliciones electorales, lo que empieza a reflejarse en la posturas de organizaciones sociales, que se siente esquilmadas políticamente por esa variación en la propuesta ideológica de Gabino Cué.

Entre estas agrupaciones está la dirección de la Sección 22, sin que ello implique que AMLO sea el santo de su devoción o su profeta, pero permite ver que existe ya un proceso de distanciamiento de sectores que contribuyeron con el triunfo electoral sobre el PRI, dado el giro a la derecha del próximo gobernador.

Pero en la derecha, tampoco las cosas pintan bien para el Gober Electo, ya que el Partido Acción Nacional (PAN), no siente confianza por la veleidosa política de Cué que quiere quedar bien con Dios, con el diablo, además con los acólitos.

Por lo pronto la pradera de la seguridad de Oaxaca se está incendiando, el desgobierno creciendo y el relevo no llega; lo delicado es que las condiciones en que este cambio se dará, podrían ser más críticas y se pueden ir agravando, tres semanas en estas condiciones cualquier cosa puede pasar, esperemos no se registre más ejecuciones y decapitados .

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