Miguel Ángel Schultz Dávila
/El gobierno del municipio de Oaxaca de Juárez está colapsado, ni duda cabe de ello. Se desmorona como un castillo de arena. Nunca antes se había presentado una situación como la que se vive ahora en la capital de Oaxaca, donde las penumbras se han empezado a apoderar, calle por calle, de la ciudad por la falta de pago a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) del consumo de la energía eléctrica, 11 millones de pesos, lo que es digamos resultado de un político irresponsable, cuya ambición desmedida, la de José Antonio Hernández Fraguas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo llevó a perder el piso y abandonar su compromiso con el municipio de Oaxaca de Juárez, todo por ser diputado local.
Pero la actitud de la CFE es un claro reflejo de la política del actual gobierno federal que privilegia al capital y no a los ciudadanos, el del Felipe Calderón, del Partido Acción Nacional (PAN); porque está desmantelando todos los servicios públicos que debe recibir la ciudadanía por el hecho de formar parte de este país y porque son propiedad de la nación, hasta ahora, los recursos que generan gran parte de la riqueza de México.
En el caso del alumbrado público es no solo un derecho de los ciudadanos, sino también un factor esencial para la seguridad pública, por lo que es grave que la CFE, que fue creada en el año de 1937 y nacionalizada en 1964, baje el swich en esto momentos cuando existe una guerra, así lo dice a cada rato el presidente Felipe Calderón y hay que creerle.
La CFE debió tomar en cuenta que existe en estos momentos una controversia sobre el adeudo que tiene el ayuntamiento de Oaxaca con la paraestatal, ya que la CFE es una empresa, se supone de interés público, cuyo fin fundamental es el servicio y no el lucro, pero actúa exactamente al revés, siguiendo los dictados de la política de un gobierno panista, que entiende que el bien común es el capital y no el bienestar de la sociedad.
Analicemos lo que ocurre en la ciudad de Oaxaca; todos los que pagamos recibos de luz, nos cobra la CFE un impuesto que le llama pomposamente el Derecho al Alumbrado Público (DAP), y este va de acuerdo al consumo que tengamos. Hasta donde estamos enterados ninguna empresa está facultada a cobrarnos un impuesto ni al consumidor y en este caso tampoco al municipio, es decir a los municipios, por lo que ese famoso DAP violenta la autónoma municipal y recauda un impuesto que le compete a hacienda.
Ahora bien cuando uno reporta que está fundida una luminaria o se requiere de darle mantenimiento al alumbrado público, los señores de la CFE lo mandan a uno con el municipio, ya que dicen que esta es responsabilidad municipal (¿Entonces para que sirve el dinero que junta por el Derecho de Alumbrado Público?)
Asimismo la CFE nunca da cuentas de cuánto recauda por ese famoso impuesto del DAP y menos entrega el dinero a los municipios. En este caso la CFE a través de su vocero, José Ramón Olivo López, dice que el municipio de Oaxaca debe 11 millones, ya descontando el DAP, y que el municipio se amparo pero perdió el amparo, por lo que o paga o paga.
¿La pregunta es si hay asaltos, robos, secuestros, acaso la CFE no forma parte del Gobierno Federal, y éste está obligado a garantizar la seguridad como una función fundamental del Estado?
Todos podemos observar que los postes y el cableado cuelga, a veces de manera peligrosa, en gran parte se debe a que del sistema de cableado eléctrico se ha permitido que se cuelguen los cables de la empresa Cablemás y también de IUSACEL.
Comentario aparte Cablemas cobra por sus servicios de televisión y nos atiborra de publicidad gratis y el servicio de Iusacel todos sabemos lo que es, un atraco al consumidor.
La CFE tampoco informa cuánto le pagan por el uso del sistema de alumbrado público estas empresas privadas o cuánto de este dinero debería servir para el alumbrado público.
Si alguno de nosotros requiere el servicio de energía y no hay postes, los tiene uno que pagar, al igual si se requiere de un transformador, al igual que él cable, es decir la CFE lucra con el servicio que presta.
En el caso de Oaxaca hay otros elementos que debemos de tomar en cuenta; en el territorio estatal contamos con una hidroeléctrica la de Temazcal, que se mueve con el agua que escurre de la Mixteca y es increíble enterarnos que ni siquiera los que tuvieron que dejar sus tierra a favor de la hidroeléctrica cuentan con el servicio de energía eléctrica, a pesar que la presa tiene más de 40 años de operar, porque pagan o pagan, si no tienen lana no hay luz.
Y un parque eólico, en el Istmo, donde se ésta generando energía eléctrica con elementos naturales que podríamos decir son un bien común de los oaxaqueños, los cuales está siendo transferidos a empresas privadas incluso transnacionales, de los que están obteniendo ganancias y que han sido cedido estos derechos por la CFE a estos empresarios a un precio de esto ya no es negocio.
Pero esto va mas allá, porque la CFE digamos el gobierno federal ha concesionado el espectro, a través de la fibra óptica por medio de la cual se podrá proporcionar el servicio de teléfono, de datos, de televisión es decir los llamados servicios Triple Play, y que de hecho el gobierno del PAN concesionó a un precio de cientos de millones de pesos cuando su valor es de miles de millones de pesos.
De manera simplista podría decir todo es culpa de Fraguas y del PRI o todo es culpa de Calderón y del PAN, de aquellos que creen en el despojo a la nación es la mejor forma de gobernar.
Lo que se hace necesario es de armarnos de una propuesta que nos permita por un lado frenar la política privatizadora de los bienes y recursos de la nación e impedir, que el caso de Oaxaca, el corte de alumbrado público, sirva para amedrentar a los ciudadanos por la CFE para dar un paso más a la privatización de la industria de la energía eléctrica y salir en defensa de lo que es por derecho propiedad de la nación y de todos los mexicanos.
A la vez obligar a los gobierno del PRI y del PAN cumplan con su deber.