El tiempo se acaba para el comisionado de la PF, Enrique Galindo

Comisionado General de la Policía Federal
Con insistencia corre el rumor que será removido de su cargo por el caso Nochixtlán.

Entrelíneas

Miguel Ángel Schultz

Con insistencia corre el rumor que será removido de su cargo Enrique Galindo Ceballos, comisionado de la Policía Federal (PF), responsable del operativo de desalojo del bloqueo carretero de la autopista y la carretera federal, que derivo en la masacre de Nochixtlán el pasado 19 de junio, en la que estuvo implicado el Gobierno del Estado de Oaxaca que preside Gabino Cué, que no ha aceptado hasta el momento su responsabilidad en esos trágicos hechos, que se iniciaron desde el 11 de junio.

La noche del domingo 19 de junio, Gabino Cué mintió con todo cinismo y miente sobre los acontecimientos ocurridos la mañana de ese trágico día. Aún está en el portal del Gobierno del Estado el boletín, que consigna la versión oficial, emitida por la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado, que preside Miguel Ángel Muñoz.

Ahí se puede leer aún, que fueron “800 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca, la Policía Federal y de la División de Gendarmería, quienes participaron desarmados y sin tolete en el operativo policial, ciñendo su actuación en apego estricto al protocolo de Uso Racional de la Fuerza Pública y con respeto absoluto a los derechos humanos de la población”.

Lo que es mentira, con la intensión clara de ocultar la realidad, ya que en ningún momento, los cuerpos policiacos se sujetaron a los protocolos y en su afán de manipular la información se desplegó una campaña en Twitter, con información falsa para que personas que replicaban la información de los hechos de Nochixtlán, se descalificaran y con ello restar credibilidad a la información de esos brutales acontecimientos. Ello es otra muestra de que existió una planificación de los hechos.

Es decir, hubo toda una maquinación que no se puede pasar por alto, si es que se quiere dar con los responsables de todos los acontecimientos, que derivaron en el ataque a mansalva a una comunidad de indígenas, que realizaban su día de plaza, en el que se concentran unas cinco mil personas cada domingo, fundamentalmente mujeres, niños y ancianos.

No hay explicación del por qué las fuerzas policiacas avanzaron hacia el caserío de Nochixtlán; dado que el punto donde se encontraba el bloqueo estaba a mil 500 metros, lo que llenó de miedo a la población y, a la vez de valentía, por lo que la población en masa salió a contener a la Gendarmería, a rescatar a sus heridos y a sus muertos.

Esto provocó que cientos de pobladores de más de un centenar de rancherías, agencias y municipios, se dirigieran a Nochixtlán, al enterarse del ataque policiaco, para ir por sus mujeres, niños y abuelos. Además de demostrar la solidaridad entre los mixtecos, que a lo largo de su historia de siglos, han enfrentado con valor a sus enemigos, y es en lo que se convirtió la Policía Federal, del presidente Enrique Peña Nieto y de Gabino Cué, en sus enemigos.

A medida que pasa el tiempo, queda claro que la masacre de Nochixtlán es la culminación de una escala represiva, como bien lo reconoce el mandatario, en su propio boletín de prensa, que buscaba poner punto final a las protestas magisteriales, que escalaron a partir de la aprehensión de los dos principales dirigentes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Fue así que apresaron el 11 de junio a Francisco Villalobos, secretario de Organización y a Rubén Núñez Ginez, secretario General, la madrugada del domingo 12; al tiempo que desalojaban el plantón instalado en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) -ubicado en el municipio conurbado de Santa Lucía del Camino-, con la participación de la policía del municipio de Oaxaca de Juárez.

Hechos que provocaron la muerte del profesor José Caballero Julián, quien fue golpeado ese sábado 11 de junio en el desalojo del IEEPO y que falleció el pasado 5 de junio. Por ello mismo, aclarar la masacre de Nochixtlán, también es conocer los acontecimientos de Trinidad de Viguera de ese mismo domingo, donde fue asesinado Azarel Galán Mendoza, de 18 años de edad.

La masacre de Nochixtlán no puede verse como un hecho aislado, único, un rayo en cielo abierto, fue resultado de la maquinación gubernamental, por lo que se deben aclarar todas las muertes, los saqueos, la violencia generada, los asesinados y heridos de Juchitán de Zaragoza y de Huajuapan de León.

También hay que destacar que en el ataque a Nochixtlán, incluso hay elementos racistas, dado que los policías durante su agresión les gritaban: “Indios pata rajadas, ya se los llevó la chingada”, que al parecer es la que se está llevando a Galindo Ceballos; puede arrastrar también a Gabino Cué, a algunos presidentes municipales y al rector de la UABJO, Eduardo Bautista Martínez, por permitir, al parecer, que el campus universitario fuera utilizado como helipuerto para transportar a policías armados a Nochixtlán.

@MiguelAschulz

oaxacaentrelineas@gmail.com

Miguel Ángel

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