Entrelineas
Miguel Ángel Schultz
El proceso electoral en curso en Oaxaca reviste condiciones inéditas debido a la posibilidad que ahora existe de las candidaturas independientes, novedad que será altamente significativa, debido a las características del estado que cuenta con 570 municipios, de los cuales sólo se eligen 153 presidentes municipales a través del sistema de partidos políticos. Entre los más importantes están Oaxaca de Juárez, Tuxtepec, Salina Cruz, Juchitán, Xoxocotlán, Huajuapan, Santa Lucia del Camino, Tehuantepec, Loma Bonita y Pinotepa Nacional, donde es posible contar con las firmas necesarias para ser abanderado ciudadano.
Lo anterior solo por mencionar los 10 más importantes por su número de habitantes, por lo tanto quienes ganen estos municipios lograrán, en gran medida, el triunfo en la elección de gobernador. Aunque desde luego, en el Valle Central de Oaxaca será el escenario de la disputa más encarniza del proceso electoral, que será de voto por voto y casilla por casilla.
La jornada electoral local se da en un semivacío legal, ya que no se cuenta con una ley electoral en Oaxaca, debido a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hecho abajo la Reforma Electoral, el 3 de octubre del 2015, avalada por la sexagésima segunda Legislatura Estatal, por los errores que contenía y por lo tanto es anticonstitucional.
Se tendrá como marco legal la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales; la Ley General de Partidos Políticos; la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral; y el Código de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales de Oaxaca (CIPPEO).
También, existen un buen número de organizaciones sociales, algunas de ellas que tienen una estructura de partido, aunque se presentan como agrupaciones sociales, es decir que no fueron hechas para buscar el poder político, sino para asumir causas populares admitiendo en su seno a personas de diversas ideologías y simpatías de cualquier partido político.
Sin embargo, existen agrupaciones como el Frente Popular Revolucionario (FPR), dentro del que actúa el Partido Comunista Marxista Leninista de México (PCML-M); la Coalición Obrero Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI); el Frente Amplio de Lucha Popular (FAL), entre otras organizaciones, que hoy tienen la oportunidad de dejar de lado el cascaron de los partidos con registro e ir con candidatos propios, en municipios que se rigen por el sistema de partidos políticos. Las mejor organizadas irán por alguna de las 42 diputaciones en juego.
Otra de las organizaciones que ya actúa dentro de la coyuntura electoral es la Logia Masónica, que en Oaxaca es de vieja tradición y que también impulsa ahora a sus propios candidatos, lo que obligará a los partidos con registro a sentarse a negociar regidor por regidor de los ayuntamientos y quien ocupe el cargo de presidente municipal.
En los municipios que se eligen por usos y costumbre o como se les llama elegantemente sistema normativo interno, diversas agrupaciones ya actúan dentro de estos municipios apropiándose de los gobiernos municipales indígenas, ante los vacíos legales, ya que el Pleno de la SCJN desechó la Ley de Sistemas Electorales Indígenas del Estado de Oaxaca, promulgado por el gobierno estatal el 21 de agosto del 2015. También por la incapacidad legislativa de los diputados del Congreso local.
Por si fuera poco en este panorama, el candidato del PRI, Alejandro Murat Hinojosa, no las tiene todas consigo, por no acreditar la residencia efectiva de cinco años que debe tener para poder aspirar a ser gobernador de Oaxaca, ya que la SCJN invalidó la reforma política donde redujo de cinco a tres años, avalada por el Congreso local, el pasado 3 de octubre, por lo que seguramente este caso será llevado a tribunales, donde se definirá si cumple con los mandatos de ley o no, por lo que su candidatura puede ser también desechada.
Debo reconocer que me equivoque de principio a fin al considerar que el PRI buscaría un candidato tercero en discordia, para poder gobernar a Oaxaca con nuevos aires, lejos de caciquismo gansteriles, dejando de lado los grupos de poder de los ex gobernadores en este caso de José Murat y Ulises Ruiz, en el que se impuso el primero al segundo.
A todo ello, hay que sumar el desprestigio del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), cuyos consejeros se prestaron a la maniobra de la consulta para la edificación del Centro de Convenciones en el Cerro del Fortín, para beneficiar los intereses del empresario y secretario de Turismo local, José Zorrilla de San Martín Diego, tan aplaudido por sus empleados en medios de información. La consulta fue desechada por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), a finales de enero pasado, que la consideró nula. Uno se pregunta ¿Si se dejaron ablandar por los intereses de un empresario, que no harán por un partido que quiere apropiarse de nueva cuenta del gobierno de Oaxaca?.
@MiguelAschulz