Según el sacerdote Alejandro Solalinde, existen condiciones en el país para una nueva masacre de migrantes

Miguel Ángel Schultz Dávila

Unos 200 migrantes que venían en el tren de carga de Arriaga Chiapas a las 11 de la noche del pasado jueves 9 de septiembre fueron interceptados y asaltados por algunos elementos del ejército o la marina en el municipio de Chahuites.

La gran mayoría fue repatriada a sus países de origen, denunció el sacerdote Alejandro Solalinde, director del albergue “Hermanos del Camino”, quien aseguró que nada ha cambiado desde la masacre de 72 migrantes en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, ocurrida el pasado mes de agosto.

Los operativos son totalmente desfavorables e inconvenientes para los migrantes, ya que estos se hacen en la oscuridad; los trenes ya no tienen escalera, no tienen pasarelas, por lo que al entrar en pánico se arrojan del tren causándose lesiones y a veces la muerte, dijo.

Explicó que no se sabe bien el número de migrantes que fueron detenidos porque estos se dispersaron,  solo unos cuantos, cuatro, llegaron al albergue que se encuentra en Ciudad Ixtepec, que eran tres salvadoreños y un guatemalteco que dieron cuenta de los hechos.

Pero no se sabe quienes realizaron el operativo  de intercepción, dadas las condiciones de oscuridad y el desconocimiento de los migrantes  sobre los cuerpos de seguridad y del ejército, dijo.

Es necesario reconocer la labor que realiza el ejército y la marina, pero hay algunos que les piden dinero a los migrantes o los asaltan.

Solo uno de de los migrantes presentará la denuncia ante el Ministerio Público, ya que trabajó como albañil, de campesino en Chiapas y traía consigo 800 pesos que le quitó el soldado, por lo que va a presentar su denuncia  legal más tarde ante el Ministerio Público.

Desgraciadamente este tipo de situaciones sólo se presenta particularmente en Oaxaca, el que no suceda está en manos de la comisionada del Instituto Nacional de Migración y de Omar Heredia Mariche, subdelegado regional de control migratorio en Oaxaca.

El gobernador del estado de Oaxaca sabe de la situación que se presenta con los migrantes, pero no hace nada al respecto, por lo que las denuncias presentadas ante la Procuraduría General de Justicia del Estado no prosperan.

Es un abuso sin límite; se esperaba que la masacre de los migrantes en Tamaulipas los  conmoviera, pero desgraciadamente todo  sigue igual.

Por encima de los Derechos Humanos está la fidelidad al Plan Mérida, lo que deja muy mal parado al gobierno de los Estados Unidos, porque quienes lo implementan en México interpretan que no importa violar los Derechos Humanos de los Migrantes y tienen todas las libertades para hacer lo que quieran protegidos por Antonio Díaz Lara, Coordinador de Asesores de Cecilia Romero Castillo comisionada del Instituto Nacional de Migración.

Esta situación hace ver que hay riesgos potenciales de que vuelva a ocurrir una matanza como la que ocurrió en Tamaulipas, pero se tiene una obsesión por las autoridades del gobierno por cuidar su imagen pública pero no por transformar la realidad y respetar los derechos humanos.

En el mes de la patria la mejor manera de honrar a nuestros héroes de la Independencia y de la Revolución es  el respeto a los derechos humanos.

Los migrantes  no vienen de turistas, a ellos se les pone el tapete para que pasen pero a los migrantes no solo se les humilla, se les veja, se les maltrata, sino se les golpea y hasta se les mata; por eso la situación es peor que en Arizona, porque no únicamente se trunca un sueño.

Por eso deberíamos tener una alternativa para solucionar la situación de los migrantes, son personas pobres, que están de paso, que no agreden a la soberanía por lo que la sociedad civil debe participar más en demandar de las autoridades municipales, de los estados y del gobierno federal ponga atención a lo que está sucediendo, concluyó el sacerdote Alejandro Solalinde director del albergue “Hermanos del Camino” y también  responsable del Episcopado de la Pastoral Mexicana Zona Sur.