En Oaxaca, ¿mineras atrás del asesinato de maestro?

Profesor de la Sección 22 del SNTE
Frente al Palacio de Gobierno de Oaxaca, la noche de este miércoles fue expuesto el cadáver del maestro Jorge Vela Díaz.

Entrelíneas

Miguel Ángel Schultz

Frente al Palacio de Gobierno de Oaxaca, la noche de este miércoles fue expuesto el cadáver del maestro Jorge Vela Díaz, que al momento de ser asesinado contaba con 28 años de edad, egresado de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, y que inició su carrera magisterial con una plaza de maestro en San Luis Potosí, que permuto para arribar a Oaxaca, llegando a ser delegado por el Sector Periferia de la ciudad de Oaxaca, a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Este crimen nos remite a los tiempos del ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a quienes sus oponentes apodaron el “Carnicero de Chalcatongo”, luego del fallido desalojo (14 de junio 2006) del plantón instalado por la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y que provocó un estallido social, que detonó la rebeldía del pueblo de Oaxaca y que trajo consigo muertes -se hace un recuento de 26-, encarcelados y perdidas económicas incalculables.

Sin embargo, hoy en día este asesinato resulta hasta grotesco, al ser el actual mandatario producto de los “vientos libertarios”, que se encubaron en el 2006 y que en las elecciones del 2010 derrotaron al PRI, a través de una coalición electoral que encabezó Gabino Cué Monteagudo integrada por el PAN, PRD, PT, Convergencia y de última hora se sumó Nueva Alianza y un sinfín de organizaciones que conformaron la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).

Llama particularmente el crimen de Vela Díaz, por ser egresado de la normal de Ayotzinapa, además por estar ubicada la primaria donde impartía clases en la cabecera del Distrito de Ocotlán, que está conformado por 20 municipios, donde se registra una de las mayores actividades mineras en los Valles Centrales de Oaxaca.

En el municipio de San José del Progreso, perteneciente al Distrito de Ocotlán, existe un grave conflicto social, provocado por la actividad de la minera Cuzcatlán, filial de la canadiense Fortuna Silver Mines. Entre San José del Progreso y Ocotlán, distan sólo 14 kilómetros de distancia.

Desde luego que es una especulación, el pensar que este crimen tenga que ver con la actividad minera y el despojo que cometen de las riquezas de los pueblos originario estas empresas transnacionales, pero hay que conocer lo documentado por el periodista Francisco Cruz, en su libro “La Guerra que nos ocultan”.

En el libro, Cruz desarrolla la tesis que la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014, tiene que ver con el negocio de las mineras que operan en esa entidad y en el Estado de México.

Particularmente sustenta su hipótesis en el brutal asesinato del normalista Julio César Mondragón Fontes, la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en Iguala, a quien le fue desollado el rostro y que las autoridades justificaron diciendo que esa bestialidad la habían hecho la fauna del lugar, que devoraron el cadáver del joven normalista, en unas cuantas horas, por lo que le comieron el rostro.

La investigación oficial sobre el asesinato de Mondragón Fontes, de 22 años de edad, señala que el cuerpo del normalista presentó 64 fracturas en 40 huesos. Entre estas heridas destacan fracturas provocadas en los ocho huesos del cráneo, en 13 de los 14 huesos que conforman el esqueleto de la cara y en siete costillas izquierdas y tres derechas, entre otras. Se concluyó que la causa de la muerte fue por traumatismo craneoencefálico. Desechan la teoría de que fuera lapidado.

Apenas el pasado 20 de agosto, Cué Monteagudo informó ufano que Oaxaca pasó “de la 22 a la octava posición en el sector minero, generando poco más de 11 mil empleos directos. Durante el periodo 2005-2013, en Oaxaca se registró un incremento del 149 por ciento en inversión de producción minera, al pasar de cuatro mil 713 millones a más de 11 mil 728 millones de pesos”.

El boletín de prensa reporta el hecho histórico que “la actividad minera en San José del Progreso, Ocotlán, y San José de Gracia, cuenta con una capacidad extractiva y de procesamiento minero de tres mil 500 toneladas de metales preciosos”. En estas poblaciones la pobreza sigue igual.

Ni la masacre de Nochixtlán, ni los asesinatos del pasado martes, aunque son hechos diferentes, han llevado a Cué Monteagudo a expresar ni una condena, ni duelo, ni un compromiso de aclarar estas muertes ni las pasadas, por el contrario ha estado más preocupado en poder celebrar el festejo de El Grito, que se ha transformado en un patriotismo de oropel, para satisfacer el ego de los gobernantes, que celebran como si fuera su fiesta de quince años, un acto que dio origen a la Nación.

Al momento de concluir este trabajo se registra un enfrentamiento entre integrantes de la Sección 22 del SNTE y policías en el zócalo capitalino, reportándose lesionados y según trasciende la suspensión de ese festejo en el que se transformó esta fecha cívica. Esperemos que no sea nada grave.

@MiguelAschulz

oaxacaentrelineas@gmail.com

Miguel Ángel

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