• Se trata de una de las ocupaciones más respetadas y valoradas, señala la directora de la ENEO, Rosa Zárate
• Demuestran su profesionalismo, entrega, conocimiento, competencia y experiencia, afirma Belinda de la Peña, de la FES Zaragoza
Sin ellas y ellos, el sistema de salud colapsaría. Están presentes en los momentos más significativos de la vida y atienden no sólo a los pacientes, sino a sus familias. Son las enfermeras y enfermeros mexicanos que este 6 de enero celebran su día.
Son indispensables por su labor, trato humano y toque terapéutico. En tiempos como los actuales, por ejemplo, estos profesionales pueden estar muy cerca del enfermo y abrazarlo; comunicarse con él, ayudarlo a respirar o a estar contacto con sus seres queridos.
Y no sólo se encuentran en los hospitales o en unidades de cuidados intensivos, sino en centros de atención preventiva, promoción de la salud o vacunación, donde se atiende al individuo sano y a la mujer embarazada. Cuidan y protegen.
Por todo ello, su labor es irremplazable y apreciada por la sociedad. Con base en datos del INEGI, la enfermería es una de las ocupaciones más respetadas y valoradas por la sociedad en nuestro país, considerado así por 41.5 por ciento de la población entrevistada, que la calificó con la máxima puntuación (10), de acuerdo con la Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México 2017.
En nuestro país, la formación de enfermeras inició en el Hospital General de México en 1907; y el Día de la Enfermera y el Enfermero se celebra desde 1931, cuando el entonces director del Hospital Juárez de México, José Castro Villagrana, lo instituyó al considerar que su presencia era un “regalo de Reyes” para los pacientes.
La directora de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la UNAM, Rosa Amarilis Zárate Grajales, explica que existen 315 mil integrantes del personal de enfermería en el sistema de salud; casi 60 por ciento son enfermeros con nivel técnico, y alrededor de 45 por ciento tienen nivel licenciatura, o especialización, maestría o doctorado.
Ellas y ellos se encargan de atender a más de 120 millones de mexicanos, por lo que se requiere más personal e invertir en su formación, ya que sólo tres por ciento cuenta con una especialidad; además, “la situación se ha visto agravada a raíz de la emergencia sanitaria”.
Al año, refiere la directora, egresan de 20 mil a 22 mil enfermeros de todos los niveles (técnico y licenciatura); además de que son pocos se enfrentan a un mercado laboral contraído, por lo que se requieren más plazas.
En 2020, Año Internacional de la Enfermería y la Partería –definido por la Organización Mundial de la Salud, en conmemoración del 200 aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, fundadora de la enfermería moderna–, se hizo más visible la necesidad de este personal. “Nadie hubiera imaginado que ese año iba a ser, como nunca, tan evidente y necesaria nuestra actividad”, agrega la maestra Zárate.
Ante la situación que atraviesa el país, Belinda de la Peña León, jefa de la carrera de Enfermería de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, agregó: son líderes en respuesta y demuestran su profesionalismo y entrega absoluta, además de su conocimiento, competencia y experiencia.
En especial, los egresados de la Universidad Nacional se distinguen por ser reflexivos, críticos, propositivos y comprometidos, por sus aprendizajes significativos, así como por los valores en los que se forman, como el respeto y la responsabilidad, recalca.
Ambas universitarias coinciden en señalar la importancia de las aportaciones que la carrera de enfermería ha hecho a la profesionalización de esa actividad y a la salud de los mexicanos.
Enfermería universitaria
El 9 de febrero de 1907, dos años después de haberse inaugurado el Hospital General de México, por solicitud expresa al presidente Porfirio Díaz, se inició la institucionalización de la primera escuela de Enfermería en México, la del Hospital General, que marcó una tendencia de formalización de los programas educativos y la oficialidad de sus certificados en control de interés público; fue el antecedente de lo que hoy es la ENEO, relata Íñiga Pérez Cabrera, profesora de la propia Escuela, en la Revista Enfermería Universitaria ENEO-UNAM (abril-junio 2010).
Una vez inaugurada la Universidad Nacional de México en 1910, al año siguiente se aprobó la integración de la enseñanza de la enfermería a su Escuela de Medicina.
La ENEO nació en el marco legal de la Ley Orgánica de 1945 de la Universidad, y no fue sino hasta 1966 que se adoptó el sistema de créditos, se estructuró el plan de estudios por semestres y, finalmente se hicieron los trámites para la aprobación de la licenciatura en Enfermería y Obstetricia, el 15 de febrero de 1968, se añade en la publicación.
La mayoría de los profesionales del país en esta área han egresado de la UNAM en sus diferentes niveles de formación, señala Zárate Grajales, de ahí la importancia de la Universidad en la formación y profesionalización de esta actividad en México. “Esta fue la primera Universidad y escuela que inició la formación de enfermeras en niveles profesionales, de licenciatura”.
Asimismo, se cuenta con la licenciatura en enfermería en el Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia, cuya meta es profesionalizar a las enfermeras que ya trabajan en el sistema de salud, con nivel de formación técnica y bachillerato, y complementan créditos para obtener ese nivel académico.
Hace poco menos de 20 años sólo había cerca del 20 por ciento de enfermeras profesionales; hoy representan casi el 45 por ciento. El cambio ha sido sustantivo, porque había más auxiliares que profesionales, y eso se logró revertir con el apoyo de la Universidad de la nación, dijo la directora.
Actualmente en la UNAM se forman enfermeras y enfermeros en la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia y en las FES Zaragoza e Iztacala; además, un buen número de escuelas incorporadas a la Universidad Nacional implementan sus planes de estudios.
Excelencia en la enseñanza
La ENEO es la instancia universitaria más relevante en el país y una de las dos más importantes de América Latina, junto con la Escuela de Enfermería de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, explica Rosa Amarilis Zárate.
Está acreditada por el Consejo Mexicano para la Acreditación de Enfermería (COMACE), actualmente se ofrecen dos licenciaturas: Enfermería, y Enfermería y Obstetricia. De igual modo, tiene la acreditación de la Comisión Interinstitucional para la Formación de Recursos Humanos para la Salud, un grupo colegiado de la Secretaría de Salud, y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para los programas de posgrado. “Estábamos transitando a una acreditación internacional antes de la emergencia sanitaria. Además, nos encontramos en proceso de aprobación de un proyecto de doctorado en enfermería en donde participamos con otras entidades.
La ENEO es Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud para el Desarrollo de la Enfermería en la Región de las Américas desde 1997, y cuenta con el Programa Único de Especializaciones en Enfermería, con 15 especializaciones.
Iniciado en 1997, es el proyecto educativo más consolidado de especializaciones en el país para enfermería, que recibe alumnos de México, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Paraguay, etcétera. “Funciona de la mano del sistema de salud, y los alumnos se forman con las enfermeras, los médicos especialistas y los expertos en diversas áreas del conocimiento”.
Ejemplo de ello son las especializaciones de enfermería cardiovascular, en el Instituto Nacional de Cardiología; infantil, en el Instituto Nacional de Pediatría y el Hospital Infantil de México Federico Gómez; o perinatal, en el Instituto Nacional de Perinatología y el Centro de Investigación Materno Infantil, entre otras. “Tenemos más de 30 sedes de las especializaciones en entidades como Guanajuato, Guerrero, Yucatán y el Estado de México”.
La ENEO tiene el mejor centro de enseñanza clínica avanzada –para licenciatura y posgrado–, el cual cuenta con simuladores de baja y alta fidelidad. Se planea mejorar la formación de los docentes en los próximos años y se promoverá su certificación. También se pretende incrementar la movilidad de estudiantes al extranjero, cuando esto sea posible, y lograr que los planes de estudio continúen acreditados.
Además de la aprobación por los cuerpos colegiados universitarios del proyecto de doctorado, que implica el desarrollo de la investigación institucional, y donde participarán varias entidades (las FES Zaragoza e Iztacala, así como el Instituto de Investigaciones Antropológicas), la ENEO cuenta con programas de posgrado consolidados, profesores en el Sistema Nacional de Investigadores e investigación de primer nivel. Con todo lo anterior se estaría en posibilidades de transitar de escuela a facultad, expresa Zárate Grajales.
En la FES Zaragoza la formación de enfermeras y enfermeros comenzó en el nivel técnico en 1976, cuando se cursaban los estudios en seis semestres. La última generación en ese nivel se registró en 2001, explica Belinda de la Peña.
En 1998 surgió la propuesta de la licenciatura en enfermería y “hasta ahora llevamos 20 generaciones de egreso, con alrededor de 280 alumnos en cada una”. La carrera también se imparte en el campus Tlaxcala de la FES, donde se registra una matrícula de ingreso de 30 alumnos; en tanto que en la Ciudad de México hay de 420 a 450 alumnos de primer ingreso cada año. En 2018 entró en vigor el nuevo plan de estudios.
La carrera tiene acreditación del COMACE y ahora está en proceso la renovación, mediante la evaluación de las categorías de personal académico, estudiantes, plan de estudios, aprendizaje, formación integral de alumnos, servicios de apoyo para el aprendizaje, vinculación y extensión, investigación, infraestructura y equipamiento, así como gestión administrativa y financiamiento. Debido a la emergencia sanitaria, el proceso se retrasó, pero continuará en los próximos meses, así como la solicitud de la acreditación internacional.
La FES Zaragoza y su carrera de enfermería cuentan con la Unidad Multimedia de Morfofisiología donde se promueven proyectos innovadores, con la implementación de diversas propuestas para conjuntar las actividades de aprendizaje de los alumnos, mediante la utilización de métodos complementarios para fortalecer su formación a través de prácticas integrativas.
Datos del INEGI indican que, de cada 100 profesionales del área, 85 son mujeres. En el ámbito universitario el porcentaje es muy parecido ya que, por ejemplo, la población estudiantil de varones es de alrededor de 12 por ciento en la FES Zaragoza. La profesión es comandada por el sexo femenino, concluye la jefa de carrera.