Escuela de Laudería del Inbal, referente continental donde se fabrican sueños y vida artística

* A través de este centro educativo se donaron instrumentos musicales a las infancias de la Sierra Wixárika: Jiménez López

* Cinco egresados de la Generación 2024 recibieron sus diplomas en la Sala Manuel M. Ponce

Ciudad de México.- El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) celebró la graduación de cinco estudiantes -tres mujeres y dos hombres- de la Generación 2024 que egresan de la Escuela de Laudería, quienes recibieron una emotiva felicitación de la directora General del Inbal, Lucina Jiménez López. Los instrumentos que fabricaron, entre violonchelos, violas y violines, fueron estrenados en un recital por la Camerata Armónica de la Escuela Superior de Música.

Ante familiares, compañeros y docentes recibieron sus diplomas de fin de cursos Patricia Alejandra Rojas Acosta; Nubia Celeste Mendoza Macías; Alba Yesenia Reséndez Ortega; Carlos Enrique Pineda Garfias e Isaí Zurita González.

“El Instituto está muy orgulloso, de ustedes porque escogieron la disciplina que no solo les permite entregarse a ustedes mismos, sino además a la construcción de algo que es un bien artístico y que a su vez está llamado a crear más arte. También a crear aquello que permite que la humanidad pueda disfrutar de la música como el lenguaje más importante, más humano, que trasciende fronteras, ya que ustedes están entregados a una disciplina en donde el amor es la base para crear”, expresó Jiménez López.

En la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, reiteró a los graduados que son parte del orgullo Inbal “porque la Escuela de Laudería es hoy la más importante a nivel de América Latina, en donde se forman personas capaces de construir instrumentos, darle vida, pero, sobre todo, proyectar una postura ética frente a lo que significa crear un instrumento musical”.

Tras desearles el mayor de los éxitos, comentó: “Sé que algunas y algunos de ustedes no solo fabricarán instrumentos, sino que fabricarán experiencias, sueños y vida artística, porque combinan muchas de sus especialidades, también con otras formas expresivas y creativas”, para posteriormente compartirles que el Inbal es su casa”.

“Estén donde estén, si trascienden fronteras, si viajan por el mundo, si sus instrumentos están presentes en cualquier agrupación artística, si sus instrumentos les dan vida a ustedes mismos, sepan que el Inbal es y será siempre su casa”.

Con emoción también agradeció a la comunidad y directivos del centro educativo del Inbal su gesto de solidaridad para que por primera vez en la historia del Instituto se hiciera una contribución fundamental a las niñas y a los niños de la Sierra Wixárika del país, “donde estas poblaciones, que nunca habían tenido la posibilidad de contar con un violín, con un instrumento musical, lo recibieron casi como el sueño de la vida, gracias a la Escuela de Laudería”.

El Instituto está comprometido con los derechos culturales y musicales de los pueblos indígenas y, por primera vez en la historia, lo que produce la Escuela de Laudería está sonando también en la sierra, así que sonará en el mundo, porque sé que ustedes lo van a lograr, apuntó la directora General del Inbal.

A su vez, la estudiante Patricia Rojas Acosta, en su mensaje de fin de cursos, manifestó: “No a seguir, sino a vivir. Todo esfuerzo es recompensado, y lo que me quedo es con las personas de gran corazón que nunca me olvidaron, la fortuna de sembrar amor es cosechar amor. Los éxitos de ser artista pesa más cuando eres honesto, cuando el ser es transparente, cuando es sensible y es aceptado, no juzgado, y cuando es admirado. No sé si soy artista, sé que puedo crear y que he aprendido a no parar”.

Por último, dio las gracias al Inbal “por la oportunidad de iniciarme en una carrera poco conocida y por apoyar al talento mexicano”.

Estuvieron en el presídium Mónica Hernández Riquelme, subdirectora General de Educación e Investigación Artísticas; Rodrigo Arboleyda, director de la Escuela de Laudería, Gabriela Pérez Carpinteyro, secretaria académica del plantel, y Daniela Villanueva Ochoa, entre otras personalidades.

Como broche de oro de esta ceremonia, quienes integran la Camerata Armónica de la Escuela Superior de Música, bajo la dirección de Pedro Andrés Rodríguez como invitado, estrenaron los instrumentos fabricados por los graduados de la Escuela de Laudaría, entre violonchelos, violas y violines, interpretando obras de Antonio Vivaldi y de Johann Sebastian Bach.

La Escuela de Laudería del Inbal es una institución dedicada a la formación de profesionales especializados en la construcción y reparación de instrumentos de cuerda frotada. Desde su fundación ha trabajado incansablemente para preservar y transmitir este oficio tradicional, adaptándose a los desafíos contemporáneos y fomentando la innovación.

josé

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com
Wordpress Social Share Plugin powered by Ultimatelysocial