EUA y España presionan por transgénicos
Reportaje – diciembre 21, 2010
Greenpeace / Gustavo Graf
No a los cultivos transgénicos
Wikileaks puso al descubierto la estrategia conjunta de los gobiernos de España y Estados Unidos (EEUU) para frenar las propuestas de Francia y de la Comisión Europea para limitar el cultivo de variedades transgénicas en los países de la Unión Europea.
Esto ha causado indignación entre las ONG españolas, que han exigido al gobierno que la política sobre organismos genéticamente modificados (OGM) deje de estar controlada por las multinacionales, además insistieron en la urgencia de establecer una moratoria inmediata al cultivo de transgénicos en España.
Las filtraciones de Wikileaks señalan que España ha insistido en “mantener la presión” sobre Bruselas para que la biotecnología siguiera siendo una opción para los Estados miembros.
Durante más de una década, el gobierno de España ha defendido prácticamente en solitario el cultivo de transgénicos en la Unión Europea y es el único país que ha tolerado su cultivo a gran escala, sin cumplir con las normas europeas y españolas de transparencia, sin obligar a etiquetar los alimentos transgénicos y sin realizar seguimiento alguno de los campos cultivados con estas peligrosas semillas.
Diez países de la Unión Europea (entre ellos Francia, Austria y Alemania), se han opuesto a la siembra de transgénicos en sus territorios debido a la existencia de evidencias científicas sobre los impactos en el medio ambiente, la imposibilidad de convivencia de la agricultura transgénica con la convencional y ecológica, y la incertidumbre sobre los efectos que provocan los transgénicos a la salud humana, a largo plazo, con argumentos científicos claros y sin conflicto de interés, en apego siempre al principio de precaución.
Los países que han avalado el cultivo y comercialización de transgénicos han ignorado los argumentos científicos y técnicos sobre los riegos de este tipo de siembras y los riesgos para la salud humana y animal y la biodiversidad, en detrimento de la sociedad. Esta estrategia política opera de la misma forma en México.
Incluso, en nuestro país la embajada de Estados Unidos solicitó al gobierno mexicano durante 2009, que se autorizara la siembra experimental de algodón transgénico, propiedad de la transnacional Monsanto, que detenta el 90 por ciento de las semillas transgénicas en el mundo.
En México, la industria biotecnológica está usando la estrategia de “puerta giratoria” que consiste en el intercambio de personal entre las empresas y el gobierno, con el objetivo de lograr la liberación al medio ambiente de sus variedades transgénicas.
Así fueron colocadas dos ex empleadas de confianza de Dupont y Agrobio en puestos clave del gobierno federal con el objetivo de impulsar la autorización de las siembras de maíz transgénico en México, lo que pone en evidencia que la bioseguridad y la sobrevivencia de nuestro maíz se encuentra en manos de funcionarios que tienen conflictos de interés.
Las 33 autorizaciones de siembras experimentales que se autorizaron en territorio mexicano durante 2010 dan cuenta de ello.
El cabildeo de los gobiernos de España y Estados Unidos para que en la Unión Europea se acepte la siembra de transgénicos pone a la luz, una vez más, las grandes presiones de las multinacionales para implementar cultivos transgénicos en países productores de granos, en detrimento de los recursos naturales del planeta.
La prohibición del cultivo de transgénicos por parte del Ejecutivo español es imprescindible para poder defender los intereses de nuestro medio ambiente, nuestra agricultura y la salud pública, para que éstos no sigan en manos de la industria de los transgénicos, de los intereses de EE UU y de quienes, desde las instituciones españolas, los han apoyado abiertamente, tal y como ha quedado demostrado en los cables de Wikileaks.