El rector José Narro de la UNAM recibió una demanda común de más de cien mil miembros de la comunidad universitaria: desalojar al pequeño y faccioso grupo de encapuchados que tiene secuestrada, desde el viernes 19 de abril, la Torre de la Rectoría de Ciudad Universitaria.
Desde hace días en las Facultades de Derecho, Ingeniería, Medicina, Químicas, Arquitectura, las escuelas más cercanas a la Torre de la Rectoría grupos de estudiantes, maestros y trabajadores han estado recabando firmas en diferentes documentos para demandar la liberación del inmueble.
A esta demanda se han unido consejeros universitarios, egresados, asociaciones de profesionales y padres de familia. Sin embargo, el pequeño grupo de encapuchados que mantiene secuestrado el edificio central del campus universitario se niega a desalojarlo.
Nuevamente, en un comunicado incoherente leído por uno de los jóvenes disfrazados de ninja, insisten en un diálogo público en la zona de las islas con el rector Narro y que no exista ninguna denuncia penal en su contra.
El abogado de la UNAM, Raúl González, advirtió nuevamente a los ocupantes de la rectoría que se han seguido integrando las averiguaciones para proceder con la acción penal.
Los pequeños grupos de personas ya adultos que mantienen desde hace años el espacio que ocupaba el auditorio Justo Sierra, llamado “Ché Guevara”, son los principales apoyos de los encapuchados. Desde ahí los nutren de agua y alimentos.
En la demanda de desalojo de la rectoría, los firmantes de varias peticiones rechazan la acción violenta llevada a cabo por este grupo de jóvenes identificados como alumnos del Colegio de Ciencias y Humanidades del plantel Naucalpan, apoyados por alumnos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Este miércoles otro pequeño grupo de estudiantes ocupó temporalmente esta mañana la rectoría de la UAM en Iztapalapa, que abandonó horas después por falta de apoyo de los estudiantes de esa universidad.
Durante la inauguración del Tercer Congreso de Alumnos de Posgrado y de la nueva sede de este nivel de estudios, el rector Narro dijo que ningún mexicano tiene derecho a poner la violencia por delante para expresar diferencias, inconformidades o rechazos.
Esta conducta es la antítesis de lo universitario; no es parte de la Universidad y es un mensaje “que no queremos transmitir a la sociedad, ni a uno de sus segmentos más importantes: los jóvenes de México”, agregó.
La Universidad, señaló, debe ser muy cuidadosa en ese sentido, porque ésta es una de las instituciones referentes para nuestra sociedad.
Narro señaló que la comunidad universitaria es compleja, abigarrada, maravillosa; aquí estamos acostumbrados a discutir, a debatir, a mostrar con orgullo nuestras diferencias, pero con una condición: sin violencia.
En torno a la nueva Unidad de Alumnos de Posgrado, el rector de la UNAM destacó que se pretende fortalecer este nivel estudios que ha crecido de manera extraordinaria y que agrupa a más de 26 mil estudiantes, “casi una universidad”, que cuenta con relaciones nacionales e internacionales, con programas de extraordinaria calidad, profesores y tutores, y una gran infraestructura.
Al acto asistieron el ex rector, Guillermo Soberón, quien acabó con una huelga en la UNAM en 1976 al autorizar el ingreso a CU de la policía, así como miembros de la Junta de Gobierno, autoridades, académicos y alumnos.