Mujeres triquis y académicos advirtieron que los movimientos sociales en Oaxaca no deben bajar la guardia tras la derrota en las urnas del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, porque hay el riesgo de que, a partir de diciembre, reaparezcan brotes de violencia.
Al participar en el foro San Juan Copala: dominación estatal, resistencia triqui, realizado en el auditorio de la sección 9 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, donde se analizó la situación actual en el municipio autónomo, el escritor Gustavo Esteva hizo un recorrido por la historia de la resistencia y el conflicto, para luego ahondar en la situación actual de ese pueblo tras el triunfo electoral de Gabino Cué.
El ánimo celebratorio que en estos días cunde por Oaxaca no supone bajar la guardia o haber rendido la esperanza a la ilusión electorera. Es todo lo contrario. Desde el 5 de julio estamos viviendo en Oaxaca un frenesí de iniciativas y preparativos.
El fundador de la Universidad de la Tierra de Oaxaca sostuvo que estas iniciativas tienen una doble finalidad: por un lado, preparar la acción a seguir y las exigencias al nuevo gobernador y, por otro, prepararse para una eventualidad de caos y violencia orquestada por la clase política que deja el poder.
En Oaxaca se observa hoy conciencia clara de los riesgos inmediatos. Los coletazos de agonía del dinosaurio pueden ser en extremo peligrosos.
Agregó que los caciques pueden intentar consolidar su violencia para pertrecharse para lo que pueda ocurrir tras la toma de posesión del próximo gobernador. Quienes se van pueden buscar en el caos, el desorden y la violencia las condiciones que les permitan encubrir las corruptelas y negociar pactos de impunidad.
Por su parte, el académico Carlos Fazio abordó el tema de la criminalización de la protesta social y el papel del paramilitarismo en la represión de los movimientos sociales. Según el especialista, la criminalización de la protesta social, y de la pobreza, responde a la necesidad del poder de mantener su statu quo.
En ese contexto se inscribe el paramilitarismo de Ulises Ruiz, y en Oaxaca, a corto plazo, puede darse una situación de caos y violencia.
Aseguró que muchas veces es el Estado quien incita a la violencia, pero no hay que caer en esa lógica sino en la de la resistencia y la lucha, que es a través de este medio que los pueblos como el triqui encontrarán su camino.
El abogado Adelfo Regino, miembro del Congreso Nacional Indígena, sostuvo que no basta con la derrota electoral del Ulises Ruiz, hay que reestructurar las instituciones jurídicas y políticas del estado.
En Oaxaca las instituciones se han colapsado, por lo que tenemos que crear algo nuevo, que permita el reconocimiento de la pluralidad y el ejercicio de las autonomías.
Las mujeres triquis Hilda Sánchez y Mariana Flores denunciaron la situación de represión, aislamiento y hostigamiento que vive el municipio autónomo y aseguraron que ser mujeres, pobres e indígenas no es una triple discriminación sino una triple oportunidad para exigir la garantía de sus derechos fundamentales para seguir siendo mujeres plenas, seguir siendo orgullosamente indígenas y dejar de ser insultantemente pobres.