* La Secretaría de Cultura federal y el Inbal recuerdan a la artista mexicana de origen polaco a 15 años de su deceso
Ciudad de México.- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) recuerdan a Fanny Rabel a 15 años de su deceso, como la primera mujer muralista de la era moderna y la única mujer integrante del llamado grupo de Los Fridos (por haber sido alumnos de Frida Kahlo).
Originaria de Lodz, Polonia, Fanny Rabinovich nació en 1922. Sus padres eran actores de teatro y con ellos se trasladó a París en 1929, donde hizo sus primeros estudios. Huyendo de la guerra, la familia llegó a México en 1936, cuando ella tenía 14 años.
Dos años después ingresó en la Escuela Nocturna para Trabajadores donde recibió clases de dibujo con Santos Balmori y en 1942 llegó a la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, donde tuvo como profesores a José Chávez Morado, Raúl Anguiano, Francisco Zúñiga, Alfredo Zalce y María Izquierdo, así como a Frida Kahlo y al propio Diego Rivera.
Hace 15 años, el 25 de noviembre de 2008, en la Ciudad de México, el arte y la cultura de nuestro país se conmovió ante el fallecimiento de la artista plástica Fanny Rabel.
De origen polaco y nacionalizada mexicana, Rabel tenía 86 años de edad y una sólida carrera como pintora y muralista, en la que siempre ocuparon un lugar especial temáticas como las luchas sociales, la injusticia y la desigualdad de las grandes urbes, como la capital mexicana, pero también la reivindicación de la felicidad del ser humano.
Preocupación constante en su trabajo son “el dolor y la tragedia humana que acompaña a los desposeídos, pero se interesó principalmente en el tema de la emancipación, que los humanos vivieran con más plenitud, con más alegría: con auténtica libertad”, escribió acerca de la artista la famosa crítica de arte Raquel Tibol.
Presentó su primera exposición individual en 1941 en la Liga Popular Israelita con una serie de óleos, dibujos y grabados. Frida Kahlo, su maestra, escribió en el texto de presentación: “Fanny Rabinovich pinta como vive, con enorme valor, inteligencia y sensibilidad aguda”.
En su trayectoria artística de cerca de 70 años, Rabel realizó una amplia obra en los campos de la pintura mural, de caballete, grabado y escenografía, y llevó a cabo más de 80 exposiciones individuales y alrededor de 60 colectivas, tanto en México como en el extranjero.
Su legado se distingue en tres etapas: La primera, de influencia de la Escuela Mexicana de Pintura; la segunda, por su inclinación al expresionismo; y una tercera en la que plasma principalmente su angustia ante la opresión y la catástrofe, el alucinamiento humano y el daño ecológico en la Ciudad de México.
Rabel entabló una amistad muy especial con su maestra Frida Kahlo, junto con Guillermo Monroy, Arturo Estrada y Arturo García Bustos, formando así el denominado grupo Los Fridos. Fue aprendiz de muralismo en el equipo de David Alfaro Siqueiros en los murales del Sindicato Mexicano de Electricistas y asistente de Rivera en los frescos de Palacio Nacional de la capital mexicana.
En 1950 fue miembro fundador del Taller de Gráfica Popular (TGP), así como del Salón de la Plástica Mexicana (SPM), organismo al que perteneció y se mantuvo cerca con numerosas exposiciones. En 1993, el Inbal le rindió un homenaje por sus 50 años de trayectoria con una muestra antológica que ocupó las salas del Museo del Palacio de Bellas Artes.
La sensibilidad social que caracterizó a Rabel tomó forma en gran medida gracias a los proyectos de Frida Kahlo, quien incitaba a Los Fridos a “salir a las calles”. Entre los murales más famosos que realizaron se encuentran los de la pulquería “La Rosita”, ubicada a unos pasos de la famosa “Casa Azul” de Coyoacán.
También en Coyoacán, intervino en la creación de murales en los lavaderos para madres solteras de los alrededores de la iglesia de “La Conchita”. Esa experiencia fortaleció su interés por evocar las penurias y necesidades de los mexicanos desde una postura de activismo social.
En sus últimos años, Rabel describió lo que sería la esencia de su propia obra: “Durante muchos años pinté al ser humano con amor y en sus expresiones más conmovedoras: Miré y retraté al ser humano en todo su desamparo y angustia, a través de mi propia angustia y con mi solidaridad”.
Rabel falleció la noche del martes 25 de noviembre de 2008 en la Ciudad de México. Sus restos descansan en el Panteón Israelita, donde fue sepultada como lo marca la tradición judía: sin ceremonia religiosa y donde la visitan su hija Paloma Woolrich y sus nietos.