Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
El turismo es sin duda una importante actividad económica, pero tampoco es la panacea que las autoridades intentan vender a la población oaxaqueña, menos cuando no existen leyes que regulen y ordenen, ya que trae consigo efectos degradantes, así lo demuestra el hecho de que México se encuentra entre los 10 países a nivel mundial, considerados paraísos del comercio sexual, lo que nos degrada como sociedad, propicia mayor pobreza e incrementa la delincuencia. Actividad que está relacionada al consumo de alcohol y de todo tipo de drogas.
Ello no quiere decir que se satanice el turismo, por el contrario, es necesario protegerlo de las actividades ilícitas, lo que vemos no ocurre en Oaxaca, prueba de ello es la existencia de una prostitución sin control. Asimismo se observa la proliferación de cantinas en el Centro Histórico, producto de la incapacidad de las autoridades tanto municipales como del estado y que muchos de estos antros son propiedad de quienes han sido o son autoridades.
Otro dato de llamar la atención es que a nivel internacional, Oaxaca se encuentra junto a los 10 países, por el número de muertes que provoca el alcoholismo, en el mismo nivel de Guatemala y Honduras, según cifras dadas a conocer a principio de este año por Rafael Lozano Ascencio, director del Centro de Investigación en Sistemas de Salud (CISS) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Aun así, vemos que los gobiernos encargados de la salud pública se regodean promoviendo sin control la famosa Feria del Mezcal, que se instala en el parque Juárez El Llano, año con año, desde 1997, por lo que es común ver a menores de edad rebotando de borrachos en las cercanías. Sin embargo, está feria es presentada como una palanca del desarrollo económico de la entidad, en detrimento del turismo cultural y familiar.
De acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), México se sitúa como el décimo país en consumo de alcohol per cápita en América Latina, según lo dio a conocer (29-I-2016) Roxana Gabriela Viola Falcón, jefa de Servicios de Prevención y Promoción de la Salud para Trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El consumo de alcohol, que algunos llaman elegantemente “bebidas espirituosas”, provoca enfermedades como cirrosis hepática, muertes violentas, desintegración familiar, accidentes –automovilísticos y de todo tipo- y ausentismo laboral. En México se calcula que existen 4.5 millones de personas alcohólicas potenciales.
De acuerdo a los datos proporcionados por Lozano Ascencio, Oaxaca tiene una tasa de 8.6 de consumo, mientras que Nuevo León 0.5, es decir, en la entidad se consume 17 veces más que en ese estado del norte de México. Seguramente quienes sacan pingues ganancias de esta feria están obligados a hablar maravilla de ella y verle lo positivo, de acuerdo a la engorda de sus carteras.
Otro dato interesante es que en México mueren dos millones de años de vida saludables relacionadas con el consumo de alcohol. En general la mayor mortalidad se encuentra en Oaxaca y en la zona centro y sur del país.
No esperamos una actitud puritana de las autoridades frente a estos dos grandes flagelos, el alcoholismo y la prostitución; sino que asuman su responsabilidad de velar por la salud pública y así como invierten carretadas de dinero en las famosas ferias del mezcal, también la inviertan en programas de prevención contra las adicciones y promuevan un modelo de desarrollo económico que garantice el trabajo a los jóvenes.
Asimismo, establezcan centros culturales, deportivos y de rehabilitación sobre todo para los niños, adolescentes y jóvenes, más aun cuando en México el consumo de alcohol y otras drogas se inicia en escolares de primaria, se incrementa en la secundaria y el bachillerato, peor aún con los siete millones de ninis, que son los jóvenes que ni estudian ni trabajan, cuya condición los vuelve pasto de las drogas.
@MiguelAschulz