* El artista recurre al juego teatral y sus paradojas para concebir obras que exploran identidad, impostura, política, biografía e historia
* Plantea estrategias simples como la repetición o la recreación de una acción desde diversos escenarios o puntos de vista
Ciudad de México.- El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través del Museo Tamayo, presenta la muestra “Las cosas que ves al momento de caer el telón”, de Ragnar Kjartansson, que se podrá visitar hasta el 3 de marzo de 2024.
Kjartansson, artista islandés de 47 años de edad, nació en el seno de una familia de creadores escénicos. Su madre era actriz y su padre, director de escena, lo que lo vinculó a este arte y al cine, comentó Lena Solà, curadora del Museo Tamayo, al abordar aspectos importantes de la vida de Kjartansson que arrojan luces sobre su trabajo artístico.
En su práctica -agregó Solà- podemos ver diversos cruces entre su biografía y la ficción que integra a su realidad. Un ejemplo de esto es la primera pieza “Tómame aquí sobre el lavaplatos. Memorial de un matrimonio”, un audiovisual que proyecta el fragmento de una película islandesa de los años 70 (Historia de un crimen, 1977), de Reynir Oddsson. Los actores de la cinta son sus padres sosteniendo una fantasía sexual en donde su madre es un ama de casa que sueña con que llegue el plomero y la tome en el lavaplatos.
En la mitología familiar del artista, se dice que Ragnar fue concebido la noche después del rodaje de esta escena, lo que prueba su fascinación por los cruces entre su biografía, el teatro y el cine. Desarrolla este performance en torno a su propia historia entre viejos muebles, una decena de músicos que cantan y tocan, mientras deambulan incesantemente durante todo el día por las habitaciones de la casa, toman cerveza, interpretan en la guitarra y armonizan el diálogo explícitamente sexual entre la mujer y el plomero.
Otra pieza distinguida de la muestra es “Los Visitantes”, presentada en 2012 en la Bienal de Japón, en la que Ragnar invita a un grupo de amigos músicos, luego monta una videoinstalación con el último álbum de la banda de pop sueca ABBA. La pieza fue encargada por el Museo Migros de Zurich y la inauguración de la pieza marca la primera exposición individual de Ragnar en Suiza. “Ahora se puede disfrutar en nuestro museo”, dijo la entrevistada.
Todos se encuentran en espacios diferentes de una mansión de New York, en Estados Unidos, cada uno está conectado a través de los audífonos y así siguen la composición, una canción única, aunque estén separados.
Mi madre y yo es una colaboración con la madre de Ragnar, donde ella le escupe repetidamente en la cara. La actuación se filma cada cinco años y dio inicio en el año 2000.
En 2015, la madre de Ragnar, Guörún G. Ásmundsdóttir, escribió sobre esto: “Para una madre actriz con 50 años de carrera, es muy complicado intentar escupir a su propio hijo, el hijo que nunca ha sido más que una verdadera bendición y que siempre me hace reír, si la vida se ponía difícil a mi alrededor. No lo hubiera podido hacer si no sintiera un amor verdadero y el gran respeto que nos tenemos mutuamente”.
El título de la exposición que se presenta en el recinto del Inbal, instancia de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, es una referencia al poema “Impresiones teatrales”, de Wisława Anna Szymborska, ganadora del Premio Nobel de Literatura de 1996.
En los últimos versos, la poeta evoca el poder del teatro cuando éste revela su truco y crece en su artificio: “Pero lo en verdad solemne es la bajada del telón / y lo que se sigue viendo por una estrecha rendija: / aquí una mano que se precipita hacia una flor, / allá, otra mano recoge la espada caída”. Como sucede en varias obras de Kjartansson, el teatro es simulacro y verdad al mismo tiempo.
Una tensión entre ficción y realidad, espectáculo y confesión, persona y personaje es el hilo que atraviesa los performances, instalaciones, videos y la única pintura de esta muestra de Kjartansson, la primera en América Latina, curada por José Luis Blondet y asistido por Lena Solà Nogué.