La agencia para el medioambiente advierte del impacto negativo del exceso de fósforo, clave en cierto tipo de fertilizantes, ya que merma la riqueza de los suelos, causa la pérdida de biodiversidad y contribuye a la degradación de los ecosistemas. Por ello, apunta a cambiar las prácticas agrícolas y ganaderas y mejorar el tratamiento de las aguas residuales.
El año pasado, durante meses, los bañistas de Florida se vieron acosados por marañas putrefactas de algas en descomposición que habían llegado a la orilla. Conocidas técnicamente como sargazo, las gruesas matas formaban parte de un cinturón de algas marinas de 8000 kilómetros de longitud en el océano Atlántico.
Las floraciones de sargazo causan una serie de problemas medioambientales, como zonas muertas costeras desprovistas de vida acuática. En el pasado, los brotes de sargazo se han relacionado con la liberación excesiva de fósforo y otros nutrientes, que son sustancias químicas presentes en todos los seres vivos.
El fósforo y otro nutriente, el nitrógeno, son ingredientes clave de los fertilizantes sintéticos. Se han hecho cada vez más populares en las últimas décadas, pero pueden tener efectos devastadores cuando entran en lagos, ríos y océanos, señala el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La roca fosfórica es la principal fuente de fósforo de fácil acceso para la fabricación de fertilizantes sintéticos y se produce en grandes cantidades desde la Segunda Guerra Mundial.
Contaminación por fósforo
Según la información proporcionada por la agencia de la ONU, la agricultura es una fuente importante de contaminación por fósforo, tanto por la producción de cultivos como por la cría de ganado. El fósforo también se pierde a través de las aguas residuales, los alimentos que se tiran y otros flujos de residuos.
El exceso de fósforo, al igual que el otro nutriente clave, el nitrógeno, merma la riqueza de los suelos. También contamina lagos, ríos y océanos en un proceso conocido como eutrofización. Esto provoca la proliferación de algas que contaminan el suministro de agua potable y crean zonas muertas carentes de oxígeno, que pueden matar a los peces y otras especies acuáticas.
La contaminación por fósforo es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad y contribuye a la degradación de los ecosistemas de los que depende la humanidad. Se calcula que la eutrofización cuesta 2200 millones de dólares anuales sólo a la economía estadounidense.
Cómo reducir la contaminación del fósforo
El PNUMA señala que los cambios en las prácticas agrícolas pueden ayudar a reducir la contaminación por fósforo.
El uso de estiércol, por ejemplo, puede reducir la necesidad de fertilizantes que contienen dicho nutriente. Los agricultores también pueden plantar cultivos de cobertura y evitar labrar la tierra, lo que mejorará la salud del suelo y reducirá la necesidad de fertilizantes.
Estas prácticas deberían formar parte de un cambio más amplio hacia la agricultura regenerativa, un enfoque más respetuoso con el planeta que mejora la salud del suelo y mantiene la biodiversidad. Además, los fertilizantes sintéticos sólo deben utilizarse en la fase en la que los cultivos necesitan más fósforo.
El sector ganadero también debe explorar formas de recuperar el fósforo del estiércol.
Por último, los países deben mejorar el tratamiento de las aguas residuales. En todo el mundo, alrededor del 80% de las aguas residuales se vierten sin tratamiento, lo que supone la entrada de unos tres millones de toneladas de fósforo al medioambiente cada año. Entre el 33% y el 96% de ese fósforo podría recuperarse.
El PNUMA destaca que las soluciones requerirán innovación, no sólo tecnológica, sino también en la forma de trabajar. Requerirán la cooperación entre sectores que tradicionalmente no han trabajado juntos.
Asamblea para el Medio Ambiente
En la próxima sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA-6) los delegados de los Estados miembros de la ONU se reunirán para discutir cómo avanzar en la cooperación mundial en torno a los nutrientes.
En concreto, está previsto que estudien formas de frenar el exceso de fósforo en el medio ambiente sin comprometer los esfuerzos para acabar con el hambre. Las discusiones tomarán como base el trabajo ya realizado por los países a través de resoluciones previas de la Asamblea para reducir la contaminación por nitrógeno.
“Reducir la contaminación por nutrientes y recuperar el fósforo es beneficioso tanto para el medio ambiente como para la salud humana”, afirmó la responsable del Programa de Medio Marino y Agua Dulce de la Comisión Europea, Leticia Carvalho.
La Asamblea de medioambiente tendrá lugar del 26 de febrero al 1 de marzo en Nairobi, Kenia.