* En México existe un contexto adverso en materia de defensa de derechos humanos
* La educación en derechos podría ayudar a México a superar problemas
Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- “México necesita fortalecer la cultura de los derechos humanos, cambiar el paradigma que ayuda a naturalizar la relación entre el poder público y la corrupción, y para ello es necesario que se eduque y sensibilice a la sociedad a fin de que esta sea más consciente de sus derechos”, señaló José Julio Fernández Rodríguez, catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela.
En entrevista posterior a la ponencia “Fundamentos de los derechos humanos y problemática en su conceptualización”, impartida en el auditorio “José Mujica” de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), explicó que la defensa de los derechos humanos en México afronta un contexto adverso, por los obstáculos que aumentan el riesgo de la actividad.
Citó como ejemplo de estas complicaciones la presencia del crimen organizado, así como la corrupción y la impunidad, contra los cuales la sociedad podría funcionar como un contrapeso, pero para lo cual necesita educarse en cultura de los derechos humanos.
El ombudsman de Galicia, España, agregó que es difícil respetar derechos humanos que se desconocen, y eso es recurrente entre servidores públicos en México, porque un número importante de quienes están en la función pública no han recibido una formación en derechos humanos y democracia.
Consideró que contar con esa formación en derechos humanos y democracia es fundamental para un buen ejercicio del poder público, porque el desconocimiento de la cultura de los derechos humanos favorece que el sistema de protección formulado en las leyes se fracture o resquebraje.
Para que haya un alto nivel de protección y ejercicio pleno de derechos humanos, es clave la formación con perspectiva de derechos, porque todo está conectado, y si no existe una adecuada educación en la materia, el sistema jurídico será ineficaz en la protección ante la ausencia de sensibilidad, insistió.
El experto español en programas jurídicos internacionales de cooperación y de fortalecimiento institucional puntualizó que en México pareciera que el sistema público vive a espaldas de los derechos humanos, porque tiene una dinámica distinta al enfoque de derechos.
En algunos casos, añadió, pareciera que su dinámica es casi contraria a estos derechos, lo cual evidencia un problema de cultura política que la ciudadanía no debería tolerar: la sociedad debe recordar que los políticos vienen de la ciudadanía, se extraen de la ciudadanía, son parte de ella y tienen una responsabilidad para con ella.
Para que México resuelva sus problemas sociopolíticos y de seguridad requiere de priorizar la educación, pues por medio de ella podría generar una sociedad con mayor sensibilidad en materia de derechos humanos, “lo que la haría más activa, impulsándola a que pida cuentas, cuestione y sancione un ejercicio del poder público inadecuado. Podemos tomar el ejemplo de los países nórdicos, en los que la educación ha sido fundamental en la creación de bienestar”, recalcó.
Fernández Rodríguez manifestó que actividades como la conferencia y talleres organizados por la Defensoría son procesos de formación que favorecen la creación de cultura de estos derechos, aunque se requieren acciones conjuntas entre los diversos poderes públicos del país para lograr mayores resultados pues, de ser esfuerzos específicos, se trasforman en políticas públicas de mayor alcance.
Reconoció que este proceso es un desafío enorme, pero clave, para que México pueda afrontar los desafíos y problemas que plantean temas como el cambio climático, relacionado en forma directa con cuestiones de supervivencia del planeta, la sobrepoblación que genera movimientos migratorios muy grandes, los cuales requieren de políticas públicas eficaces y con una perspectiva de derechos humanos.