Oaxaca. En su primer día como gobernador de Oaxaca Gabino Cué Monteagudo enfrentó las primeras protestas, el sistema educativo estatal quedó prácticamente paralizado al suspender actividades los más de 70 mil integrantes de la Sección 22 del Sindicato de Trabajadores de la Educación, que marcharon desde la entrada oriente de la ciudad hasta el Zócalo donde realizaron un mitin.
Maestros e integrantes de diversas agrupaciones sociales se plantaron frente al palacio legislativo de Oaxaca que se ubica en el municipio de San Raymundo Jalpan, donde se mantuvieron a lo largo de la sesión camaral de toma de protesta de nuevo ejecutivo y se mantuvieron lanzando consigna reivindicando sus movimientos.
En tanto la movilización y paro de actividades de los trabajadores de la educación fue para demandar castigo a Ulises Ruiz Ortiz, ex gobernador de Oaxaca. Así como fijar su postura a través de un volante repartido durante la manifestación donde consideran que:
“Ningún partido político, ni candidato, ni funcionario, ni gobernante garantiza la estabilidad, mucho menos la solución a la problemática económica, política-social del estado; porque los partidos políticos solo representan a los grupos oligárquico-burocráticos que ven sus intereses de grupo y que no están dispuestos a realizar verdaderas transformaciones democráticas a favor del pueblo de Oaxaca, no representan los intereses del puebloLas expectativas de violencia que se abrieron este miércoles, durante la toma de protesta de Gabino Cué y por la manifestación magisterial, propició que los colegios privados suspendieran clases en prevención de actos de violencia, que no ocurrieron.
Incluso la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca también suspendió actividades en todo el estado, incluyendo sus planteles en el Istmo de Tehuantepec y en Huajuapan de León.
En su escrito el magisterio oaxaqueño puntualiza:
“Oaxaca vive una herencia de 80 años de gobiernos priístas, ‘una sociedad planeada en la injusticia’. La militarización y la represión como forma de gobierno del fascista Ulises Ruiz Ortiz, asesinando a periodistas, maestros, estudiantes, líderes magisteriales y populares.
Un pseudo-gobernante asesino, que por su actitud beligerante el trato de éste Movimiento magisterial con él fue de exigencia, de repudio y finalmente de desconocimiento hasta el último momento del represor y traidor del pueblo.
Que desencadenó una violencia masiva y selectiva en complicidad con el gobierno Foxista y con el presidente ilegítimo Felipe Calderón (FECAL), el 14 de junio del año 2006, mediante las caravanas de la muerte.
Actualmente se vive la misma situación de violencia en San Juan Copala y otras comunidades Oaxaqueñas.
En el Estado de Oaxaca prevalece la inseguridad social, pérdida del poder adquisitivo, criminalización de la protesta social, militarización, asesinatos, secuestros, hostigamientos, etc., continuamente los derechos de los trabajadores y del pueblo han sido violentados por la política del gobierno.
Ante el hastío por la hegemonía y abusos de poder de un solo partido político, a partir del 04 de julio de 2010, el Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca (MDTEO) se hace garante de la voluntad popular en las elecciones electorales efectuadas y estará vigilante del actuar de la administración gubernamental encabezada por Gabino Cué Monteagudo para que imparta justicia, defienda la educación pública.
La Sección XXII fija su postura: ningún partido político, ni candidato, ni funcionario, ni gobernante garantiza la estabilidad, mucho menos la solución a la problemática económica, política-social del estado; porque los partidos políticos solo representan a los grupos oligárquico-burocráticos que ven sus intereses de grupo y que no están dispuestos a realizar verdaderas transformaciones democráticas a favor del pueblo de Oaxaca, no representan los intereses del pueblo.
Terminan advirtiendo que en su comunicado que:
El magisterio Oaxaqueño no da dádivas, no claudicará en sus exigencias y compromisos sociales, porque estamos convencidos de que en Oaxaca se logrará el cambio social en las comunidades y pueblos originarios cuando ejerzan nuevas formas de organización y de gobierno que fortalezcan la democracia en el estado y en el país.