En esta época, cuando comienzan a darse los movimientos dentro de los partidos políticos para elegir a los candidatos, la gente siempre se pregunta: ¿Ese también es líder?
Desde luego que los valientes que se aventuran a lucir sus nada agraciados rostros, también se sienten líderes, de otra manera, no se atreverían a lanzarse como candidatos.
Y ¿qué es un líder? Un líder es la persona que es capaz de hacer que otros le crean y hagan lo que se le antoja. Que lo sigan, lo apoyen, se entreguen sin condiciones a las causas que él propone. En suma, el líder es una persona amable: digno de ser amado, es alguien a quien las personas le entregan el corazón.
Dentro de este grupo, también están otros líderes, con las mismas características, pero para hacer lo malo.
Hay que recordar que la mayoría de las decisiones las hacemos basados en sentimientos, no en pensamientos. Es la inteligencia emocional la que toma las decisiones más rápidamente y con más certeza, ya que la inteligencia racional necesita generalmente de más información y de más tiempo para la reflexión y el análisis.
Jorge Castillo Díaz, el Representante del Gobierno de Oaxaca en la Ciudad de México, es un cabecilla que no llega a líder. Tan es así, que nuestros supuestos líderes oaxqueños, como el Presidente Municipal de Oaxaca, Luis Ugartechea; el Presidente del PAN en el estado, Iván Mendoza Reyes; el Presidente del PRD, Rey Morales Sánchez, y todos los demás que aparecieron en los audioescándalos, se oyen bastante pobres frente a él. Siempre se dirigieron a este personaje como se le sigue a un líder, no como a uno de su misma talla.
Bueno, hay que tomar en cuenta que una cosa es ser gobernante y ocupar un puesto de poder, y otra, ser un verdadero líder. El ocupar un cargo no hace líder a nadie.
El 11 de enero de 2012, el Gobernador Gabino Cué, dio posesión a Jorge Castillo Díaz, como Representante del Gobierno de Oaxaca en la Ciudad de México. A partir de entonces tomó mucho poder. Pero nadie puede tener tanto poder si no es con la autorización del jefe. Por ese respaldo que tuvo del mismo gobernador, Jorge Castillo, comenzó a disfrazarse de líder, pero en realidad, está muy lejos de ser eso. Él no tiene brillo propio, brilla bajo la luz del gobernador.
Lo curioso del caso, es que el tal Castillo, rebasó en poder al mismo gobernador. Gabino Cué, con las declaraciones que dio ayer a la prensa, prefirió sumir en el cinismo a su gobierno, que deshonrar a su amigo. Prefirió decir que Jorge Castillo no es funcionario de su gobierno, cuando él mismo le dio posesión en el D.F. hace un año y tres meses. Poco rato después de esa desafortunada declaración del Gobernador, desaparecieron del sitio del gobierno de Oaxaca, el nombre del multicitado Castillo Díaz.
No cabe duda que el Gobernador Gabino Cué, nos ve a los oaxaqueños como a babosos decerebrados.
Creo que las burlas hacia los oaxaqueños llegó a su límite. El gobierno de Gabino, se deshilacha, se desdibuja, se empobrece. Pero mientras tanto, a los oaxaqueños nos está lloviendo. De paz y progreso no tenemos nada, y mucho menos con esas declaraciones.
En serio que Oaxaca quiere avanzar, pero de preferencia sin este gobierno.
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