Especial para oaxacaentrelineas. El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa, asegura que no es arriesgado decir que Arturo García Bustos es el último de los grandes muralistas de México. “Un artista que, de la mano de su mujer, la también destacadísima pintora Rina Lazo, ha mantenido vivo el aliento de una plástica que nos define. Celebremos, en vida, a un pintor que nos llama a no olvidar y a no dejar de imaginar los rostros de nuestro país”.
Tovar y de Teresa es uno de los autores de los textos que acompañan el libro “Arturo García Bustos. En el espacio mágico del muralismo mexicano”. Se trata de un volumen profusamente ilustrado de quien fue alumno de la pintora Frida Kahlo.
Arturo García Bustos manifestó que con su trabajo, su deseo es lograr una verdadera transformación social. El libro Arturo García Bustos. En el espacio mágico del muralismo mexicano reivindica la obra mural del maestro y el valor del libro impreso como soporte insuperable de textos e imágenes, expuso Luis Rius Caso.
La retrospectiva de la obra mural de Arturo García, Bustos editada por la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta, presentada la noche del 29 de mayo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes por Julio Trujillo, director editorial de la DGP; Gregorio Luke, consejero del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, y el artista.
Arturo García Bustos, quien fuera uno de los alumnos de la pintora Frida Kahlo, dijo sentirse realmente emocionado de ver plasmada su obra mural en un libro “bellísimo”, agradeció al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y a las personalidades que contribuyeron con textos en la propuesta editorial.
“Ahora es una realidad que estas pinturas llegarán a las manos de muchos seguidores del arte público monumental, este arte que no tiene un valor comercial, sino la intención de salir al encuentro con el pueblo, a ellos es a quienes va dirigida mi contribución pictórica, y mi deseo de lograr una verdadera transformación social”, comentó el también grabador.
Manifestó que su gusto por la pintura y la vocación por el arte le surgió desde muy niño, en el ambiente familiar; por la influencia del momento que vivía México y el mundo, así como por el pensamiento progresista de escritores y artistas que se agrupaban en la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) que le tocó tener como maestros, después como amigos.
“La pintura mural mexicana descubre nuestros propios valores y el mundo de sus raíces ancestrales latinoamericanas, proyectando en sus muros un sentido nacionalista que contagia a todas las demás expresiones artísticas”, expresó Arturo García Bustos.
Compartió que fue testigo de las injusticias y movimientos sociales que han ocurrido a lo largo de momentos históricos que le han tocado vivir; que tuvo la gran fortuna de contar con grandes maestros en la escuela y en la vida, como lo fueron Diego Rivera y Frida Kahlo, determinante en su formación artística, manifestó el continuador de la Escuela Mexicana de Pintura.
Luis Rius Caso en su participación manifestó que la trayectoria de los grandes muralistas requiere de grandes publicaciones que funjan como museo portátil de los murales más significativos del artista.
“Las impresiones de los murales nos hacen vibrar, nos emocionan y nos invitan, son registros de golpes de mirada. […] Algo que encuentro en este libro es la pertinencia de relacionar al realismo mexicano con lo que actualmente se llama arte relacional o de participación”, agregó Rius Caso.
Textos de Miguel León-Portilla, Andrés Henestrosa, Eduardo Matos Moctezuma, Alfredo Cardona Peña, Alberto Híjar Serrano, Carmen de la Fuente, Magdalena Zavala, José Narro Robles, Leticia López Orozco, Rubén Vasconcelos Beltrán, Abel Santiago Díaz y el artista, integran el libro, además de la obra mural.
Luis Rius Caso dijo que los autores se acercan a la obra del maestro con respeto y admiración. “Observan a detalle imágenes y relatos visuales, caminan al lado del muralista.
“Ver y pensar estos murales es entrar a un universo vasto de conocimientos, a múltiples universos unidos por vasos comunicantes: a la pintura, el muralismo, el amor, la poesía, la música, el teatro, la danza, las culturas prehispánicas, el humanismo, la historia, la herbolaria, los mitos y la cosmogonía de pueblos, como el mixteco, zapoteca y maya”, puntualizó Luis Rius Caso.
En su participación Gregorio Luke, consejero del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, hizo un recorrido biográfico del artista. Comentó que Arturo García Bustos es un representante máximo de la tradición mural que desde niño vio las obras de Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, para después tener la oportunidad de trabajar con ellos.
“Toda esta formación y enorme legado lo ha expresado en sus murales. Cuando fue a Italia a pintar murales y a enseñar la técnica del fresco, representó a todo el pueblo de México en esta apropiación y transformación de la pintura mural. […] Arturo García Bustos es pintor de nuestro pueblo”, finalizó.
En Arturo García Bustos. En el espacio mágico del muralismo mexicano los murales abordados de manera particular por los especialistas son: Pobladores de las siete regiones de Oaxaca; Amantes primitivos, Oaxaca en la historia y en el mito; Cosmogonía de las culturas indígenas de Oaxaca; La Universidad en el umbral del siglo XXI; La herencia tepaneca en el umbral del tercer milenio; La herbolaría, la farmacopea y los avances de la medicina moderna en México; Realidad y sueño en el mundo maya. Mágico encuentro entre hombres y dioses, y Vida, muerte y amor.
Para Arturo García Bustos (Ciudad de México, 1926) haber sido alumno de la pintora Frida Kahlo no ha sido un problema para su carrera, sino una enorme fortuna. Y no lo ha sido porque asegura que nunca trató de imitarla, sino de ser heredero de una ideología que mantiene hasta la fecha: pintar las raíces mexicanas y hacer pintura del pueblo para el pueblo.
García Bustos, autor de uno de los más importantes expresiones del muralismo mexicano que realizó en el palacio de gobierno del estado de Oaxaca, “Oaxaca en la Historia y en el Mito” (1979-1980), recuerda la visita que hicieron a esa obra los Reyes de España, Juan Carlos y Sofía, en su visita a México en julio de 1993.
“Estoy feliz porque es un libro bellísimo. Es una muestra de lo que ha sido mi trabajo en la parte del muralismo, porque también he hecho pintura de caballete y algo de gráfica, pues tuve la suerte de haber sido parte del Taller de Gráfica Popular que, en mis años de juventud, tenía un impulso formidable”, expresó García Bustos en entrevista.
Arturo García Bustos. En el espacio mágico del muralismo mexicano ofrece un interesante recorrido por la obra mural de este artista nacido en la agitada década posrevolucionaria de los años veinte. Sus murales son una clara expresión del nacionalismo cultural y del anhelo de justicia social de su época, donde la incesante búsqueda de las raíces culturales se dibuja como hilos conductores de su obra.
Además de estar profusamente ilustrado con las fotografías de sus murales, el libro contiene textos de Miguel León-Portilla, Andrés Henestrosa, Eduardo Matos Moctezuma, Ricardo Pérez Escamilla, Alfredo Cardona Peña, Alberto Híjar, Carmen de la Fuente, Magdalena Zavala, José Narro Robles, Rafael Tovar y de Teresa, Leticia López Orozco, Rubén Vasconcelos Beltrán, Abel Santiago y el propio Arturo García Bustos.
“Estoy muy satisfecho y agradezco a todos los que participaron en la realización de este libro porque es un trabajo que sí logra representar lo que ha sido mi pensamiento de muchos años: hacer que el trabajo del artista llegue al gran público, al pueblo mexicano, no pensando en los coleccionistas, sino en la gente común”, refirió Arturo García Bustos.
Al hablar de sus raíces, el pintor cuenta que quedó huérfano de madre desde que era un niño, cuando vivía en el Centro de la Ciudad de México y estaba al cuidado de sus hermanos. De camino a la escuela primaria pasaba todos los días por el edificio de la Secretaría de Educación Pública, donde conoció los murales de Diego Rivera y de otros maestros de la disciplina. Ahí descubrió la pasión que lo marcaría de por vida.
“A los 10 o 12 años de edad ya pintaba sobre las paredes de mi casa con agua, y me hacía la ilusión que creaba un mural, pero bueno, como eran con agua, se trataba de murales efímeros. Lo hacía así para que no me regañaran mis hermanos mayores. Cuando era adolescente pasaba seguido frente a la Iglesia de Jesús, donde José Clemente Orozco pintaba un mural. Yo me atreví a pedirle que me dejara subir al andamio para ayudarle, pero no para pintar ni mucho menos, pero sí acercándole los colores, los pinceles, etcétera. Así empecé en esto”, narró el pintor en una entrevista.
Arturo García Bustos estudió en la Academia de San Carlos y más tarde en La Esmeralda, donde tuvo a maestros como Agustín Lazo, Frida Kahlo, Alfredo Zalce y María Izquierdo, entre otros.
“Recuerdo a Frida como una persona y una artista maravillosa que nos invitó a su casa de Coyoacán a seguir con las clases, porque a causa de una de sus tantas operaciones no podría seguir asistiendo a la escuela. Ella fue mi gran maestra. Era un ser encantador, nada que ver con la forma en la que la han representado en las películas. Frida fue la que nos impulsó al muralismo a Fanny Rabel, Arturo Estrada, Guillermo Monroy y a mí”, comenta Arturo García Bustos.
A decir del pintor, autor de murales ubicados en el Palacio de Gobierno de Oaxaca, en el Museo Nacional de Antropología, hoteles y escuelas diversas, el éxito del muralismo radica en que todos sus expositores lo hicieron con pasión.“El muralismo es una expresión profundamente mexicana que buscaba las raíces. Surge luego de un importante movimiento social, como fue la Revolución Mexicana, y este impulso lo recibieron los artistas y crearon una nueva pintura, porque aunque en el mundo prehispánico y colonial ya se había hecho, no tenía la misma pasión para pintar lo mexicano para los mexicanos”.