Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
Algunos comerciantes y empresarios han caído en la trampa de secundar al Gobierno del Estado para abonar al enfrentamiento con la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que en nada ayuda a crear un clima que permita resolver la grave situación que vive Oaxaca, ya que los daños que reportan este tipo de inversionistas distan mucho de ser verdaderos.
Tal parece que exigen el pago de supuestas pérdidas económicas como recompensa a sus lealtades con los gobernantes en turno, en este caso Gabino Cué Monteagudo, por lo que no sería extraño que veamos muy activos a quienes acompañaron la aventura de la malograda construcción del centro de convenciones en el Cerro de El Fortín e incondicionales del ex secretario de Turismo y Desarrollo Económico, José Zorrilla de San Martín Diego, quienes sean los que más levantan la voz para demandar se les de dinero y reponer sus pérdidas y llamen a la confrontación con la SNTE-CNTE.
Esto permite crear una cortina de humo para dejar de lado a sectores empresariales, que sí han sido afectados por el conflicto magisterial, que a raíz de la escalada represiva que desataron los gobiernos Estatal y Federal en contra del movimiento de resistencia magisterial contra la Reforma Educativa, se radicalizaron las protestas hasta llegar a la masacre de Nochixtlán, el pasado 19 de junio.
Éstos inversionistas de peso específico en la economía de Oaxaca, ni tan si siquiera han sido buscados para dialogar, conocer sus pérdidas y preguntarles su opinión de cómo se puede implantar un programa de rescate y reactivación económica en la entidad, por lo que los han empujado a demandar atención a través de acciones como el paro de sus actividades, que por el peso económico que representan traerá consecuencias para la maltrecha economía oaxaqueña y acrecentar la ingobernabilidad que ya existe.
Es decir, el gobierno de Cué Monteagudo simula atención al sector empresarial, pero en realidad se arropa con algunos de ellos para eludir su responsabilidad en el estallido de la violencia en las protestas callejeras de los maestros y organizaciones aliadas, porque fue él y no otro quien permitió, pidió y ordenó la detención de los principales dirigentes magisteriales, Francisco Villalobos, secretario de Organización de la gremial, el desalojo de las instalaciones del IEEPO y el arresto de Rubén Núñez Ginez, en el Distrito Federal, con el auxilio de la PGR y las fuerzas federales.
Que las cosas no hayan salido como las planeó, es otra cosa, ya que jamás pensó que lo que inició el 11 y 12 de junio, derivó una semana después en la tragedia de Nochixtlán y terminaría por dinamitar la estrategia trazada desde la Secretaría de Educación Pública (SEP), a cargo de Aurelio Nuño Mayer, hasta esos días presidenciable y que ahora se ha vuelto un muerto en vida de la política mexicana, lo que tarde o temprano le traerá consecuencias a Cué Monteagudo, al haberle estallado en las manos el proyecto del poderoso secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, quien pretende la Presidencia de la República.
No se trata de no ver los efectos nocivos de los bloqueos carreteros, toma de centros comerciales, de instalaciones y cierre de dependencias de los integrantes de la Sección 22 y aliados, que en esta última fase evidencian que su principal interés no es la Reforma Educativa, sino aprovechar la coyuntura de debilidad del gobierno federal -no se diga del estatal- y sacar de la cárcel a sus aliados que fueron detenidos por la destrucción de casillas y paquetería electoral en los comicios federales del 7 de julio del 2015, entre otros.
Si Cué Monteagudo tiene insensibilidad, buscará salvar lo poco que le queda de su maltrecho gobierno, que ya no ve el momento que llegue el 1 de diciembre, para entregar lo poco que le queda al hasta ahora gobernador electo emanado del PRI, Alejandro Murat Hinojosa, quien por cierto también padece las consecuencias de las torpezas con las que ha manejado el cierre de la administración el mal llamado gobierno del cambio.
El Gobierno Federal, es decir el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, debe establecer una mesa de atención para los inversionistas y empresarios de Oaxaca con peso específico y dejar de atender a empresarios de paja, porque hasta el diputado local priista, Fredy Gil, ahora habla a nombre de los empresarios y amenaza que va a tomar las cosas en sus manos, que de hacerlo en vez de buscar una solución las va a empeorar, hay que recordar que le entró la locura hace un par de años de armar a su banda -unos 200 individuos- en la Costa oaxaqueña, que llamó autodefensas.
@MiguelAschulz