INAUGURACIÓN DEL PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR LAS INSTALACIONES DE LA GUARDIA NACIONAL, DESDE SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS. VERSIÓN ESTENOGRÁFICA

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Amigas, amigos de San Cristóbal:

Nos da mucho gusto estar en Chiapas, nuestro estado, porque yo viví, mi familia, durante muchos años en Chiapas, en Palenque, y ahí tengo mi residencia.

Cuando termine mi misión, me voy a ir a Palenque. Ahí tengo una casa que me heredaron mis padres, es un terreno de 13 mil metros cuadrados, una quinta, y me he dedicado a sembrar árboles de todas las variedades, árboles frutales, maderables, y también es un lugar preferido por los pájaros, por las guacamayas. De modo que estoy muy relacionado con Chiapas, de manera entrañable.

Cuando estudiaba en la universidad y vivían mis padres en Palenque, me trasladaba en vacaciones en el Tren del Sureste, de la Ciudad de México hasta Palenque, 24 horas, y desde entonces conocí la Selva Lacandona, desde 1973, estuve en el río Usumacinta, conocí Bonampak, Yaxchilán, antes inclusive que llegaran los nuevos colonos que se fueron a vivir luego del Chichonal a esa región de la Lacandona.

Conozco todo el estado de Chiapas, tengo ese orgullo, esa dicha enorme de conocer todo Chiapas y de conocer todo el país, y por eso celebro el que se esté llevando a cabo un programa para el bienestar del pueblo de Chiapas, que ayuda mucho a garantizar la paz y la tranquilidad, escuchar al general Bucio, comandante de la Guardia Nacional, decir que se creó esta corporación a la par que se iniciaron programas de bienestar en todo el país.

No hay un municipio en Chiapas, no hay una comunidad en donde no llegue un programa de apoyo a la gente, un programa para el bienestar del pueblo, hasta en las comunidades más apartadas, y esta fórmula es la que permite, la que garantiza la paz y la tranquilidad.

La paz es fruto de la justicia. Por eso, todo lo que se destine a ayudar a la gente humilde, a la gente pobre. No es un gasto, es una inversión, no sólo es un acto profundamente humano, sino es la mejor forma de enfrentar los problemas de inseguridad y de violencia.

Por eso son buenos los resultados en esta materia en Chiapas, en lo que tiene que ver con la seguridad. No es poca cosa decir que llevan 48 horas sin un homicidio. No lo pueden decir en otro estado desgraciadamente, el que en todo el año se hayan registrado cinco secuestros y que se haya rescatado a las víctimas con vida y se haya capturado a los secuestradores. Eso es muy importante, el que se pueda garantizar la paz y la tranquilidad.

No sólo son los Programas de Bienestar, es también la cultura o las culturas de Chiapas, las tradiciones, las costumbres que hay en los pueblos. Cuando ya no se tienen esas culturas, cuando no se tienen esas tradiciones, esas costumbres, esa organización social comunitaria, cuando ya no hay ayuda mutua, cuando ya no hay tequio, cuando no hay respeto por los mayores, cuando no hay solidaridad por lo pobres, cuando se rompe esa organización social comunitaria, lo que recientemente se conoce como tejido social, ya es muy difícil de garantizar una convivencia en armonía.

Es importantísimo, como parte de nuestras culturas, el que se mantenga la unidad en las familias, que no haya desintegración familiar y eso tiene que ver con una tradición que viene de lejos. La familia en Chiapas, la familia en México es muy fraterna, es muy solidaria, es honesta, tiene muchos valores culturales, morales, espirituales.

Eso ayuda, eso lo constaté desde hace mucho tiempo. Cuando fui jefe de Gobierno en la Ciudad de México, en la delegación de Milpa Alta, con comunidades, con pueblos originarios, no había delitos; muy distinto a la colonia Morelos, a Tepito, y tenía esto que ver con la falta de cohesión familiar o con la desintegración de las familias, con la pérdida de valores. Por eso es muy importante mantener las culturas.

Los invasores, los que conquistaron, para justificar el saqueo, para quedarse con las tierras de los pueblos originarios, esgrimieron que venían a civilizar e impusieron una lengua y quisieron imponer una sola cultura en lo general. Afortunadamente esto no lo lograron y se mantienen las culturas y se mantienen las lenguas y se mantienen las civilizaciones de la época prehispánica.

Eso es muy importante, revalorar la grandeza cultural de Chiapas y de México, porque durante mucho tiempo se padeció y todavía se sigue padeciendo de racismo y en algunos casos llegaron hasta negar sus orígenes, porque era mucho el acoso. Si se tenía una identidad de una cultura indígena, se catalogaba a las personas de manera despectiva, que ni siquiera quiero repetir, y muchos abandonaron sus lenguas y optaron por comportarse siguiendo el estilo de vida occidental, muy individualizado; se volvieron, para decirlo coloquialmente, ladinos. Se les preguntaba:

– ¿De qué cultura eres?

-No.

– ¿Hablas lengua?

-No.

Me tocó ir a comunidades, a municipios indígenas, de usos y costumbres de Oaxaca, ahí, enfrente de Monte Albán, y la vestimenta indígena y la organización tradicional, y tequio y la comida oaxaqueña tradicional, pero no hablaban la lengua porque fue tanto el acoso, tanta la represión, que abandonaron sus tradiciones y, en este caso, su lengua.

Nosotros tenemos que fortalecer nuestros valores, nuestra identidad. El que no sabe de dónde viene difícilmente va a saber hacia dónde va. Debe ser motivo de orgullo tener como origen una cultura prehispánica.

No es para polemizar, pero de lo bueno que somos ahora, la mayor parte la heredamos del México profundo, del México prehispánico. Por eso, no despreciar eso, fortalecer nuestras culturas, nuestras tradiciones, costumbres, lenguas.

Y otra cosa que también es importante, porque no sólo de pan vive el hombre, es muy importante fortalecer valores y que ayuden las iglesias. En Chiapas esto favorece, que hay muchas iglesias, evangélicas, de todas las denominaciones, y sigue también predominando la Iglesia católica, y todos en armonía, y cada quien va a su templo; pero eso es bueno, porque eso tiene que ver con el bien y yo siempre he sostenido y voy a seguir insistiendo que sólo siendo buenos podemos ser felices.

Por eso debemos de continuar con esta labor, no es para decir: sólo los programas sociales, sólo el fortalecimiento cultural, sólo el que coexistan las iglesias, no, también hace falta que tengamos presencia de la Guardia Nacional, porque hay algunos que se sienten intocables y que piensan que van a poder hacer y deshacer, y que nunca se va a hacer justicia.

Ahora ya lo están entendiendo más, porque no hay impunidad, el que la hace es castigado, no hay influyentismo, sea quien sea. Se castiga al delincuente común, al delincuente de las bandas del crimen y al delincuente de cuello blanco. Hay una raya, una línea divisoria, una frontera entre autoridad y delincuencia, ya no se mezcla la autoridad con la delincuencia, ahora no se permite la impunidad, sea quien sea.

Por eso celebro que aquí en Chiapas se tengan ya 10 cuarteles como este y que se esté proyectando hacer, construir seis más, 16 cuarteles. La Guardia Nacional ya es una institución muy consolidada; a pesar de tener poco tiempo, un poco más de dos años, ya tiene alrededor de 100 mil elementos, 190 cuarteles terminados en dos años.

¿Cuántos elementos llegó a tener en su mejor momento la Policía Federal?

Cuarenta mil y la mitad eran administrativos, sólo 20 mil operativos; ahora 100 mil y la mayoría operativos.

¿Cuántos cuarteles llegó a tener la Policía Federal en toda su existencia?

Pues creo que como 10, ahora 190 y vamos a tener muchos más. Y, además, profesionalismo de los integrantes de la Guardia Nacional, elementos bien formados, disciplinados, que saben muy bien que están para servir al pueblo, para proteger al pueblo y para no cometer actos arbitrarios, para no violar derechos humanos.

Por eso tengo mucha confianza en esta institución y vamos a demostrar -ya se está avanzando en esa dirección, pero todavía nos falta- vamos a demostrar que fuimos capaces de garantizar la paz y la tranquilidad en nuestro país sin el uso de la fuerza, sin utilizar sólo la represión.

Ahora en la mañana que los maestros ahí nos detuvieron puede haberles dicho: Oigan, sí, nos vemos el lunes en la Ciudad de México, allá les espero, y pasar. Pero no, quise quedarme porque no son buenos modos y no hay respeto y, además, siempre los hemos atendido, y ellos tienen otros propósitos.

Entonces, quise pues protestar, también para no perder la costumbre, porque yo vengo de la protesta durante muchos años.

Entonces, es que estuve como dos horas ahí, pues no es nada, si caminé como dos veces desde Tabasco a la Ciudad de México luchando por la justicia y por la democracia, y viví en el Zócalo, yo creo que como dos meses y siempre luchando, pero siempre de manera pacífica, nunca provocando, siempre cuidando a la gente, porque un dirigente puede poner en riesgo su vida, pero no tiene el derecho de poner en riesgo la vida de los demás.

Y muchos dirigentes, hasta los de hoy, no saben lo que es encabezar protestas y dormir con la gente, son como los de Frenaaa, que fueron al Zócalo y se quedaban a dormir muy pocos y los líderes se iban a dormir a los hoteles, dirigentes nylon.

Por eso tenemos que seguir adelante. Tenemos suficiente autoridad moral, autoridad política para llevar a cabo la transformación que requiere el país y vamos avanzando.

Y, repito, vamos a tener pronto mejores resultados en materia de seguridad. Voy a informar el miércoles próximo y, la verdad, es bastante lo realizado.

Voy hasta a decir ahí lo que escribí en el prólogo de mi nuevo libro, que ya hasta podría irme del gobierno con mi consciencia muy tranquila, porque ¿saben?, ya sería muy difícil para los conservadores a estas alturas dar marcha atrás a lo que hemos conseguido. Imagínense, ¿cómo dejarían de entregar las pensiones a los adultos mayores, si ya está en la Constitución?

Cuando se iba a aprobar esa ley, los conservadores del Congreso votaron en contra, pero no pudieron. No querían que se elevara a rango constitucional los Programas de Bienestar para el pueblo, no querían que fuese obligatorio, que fuese un derecho la pensión a adultos mayores, la pensión a niñas, a niños con discapacidad, las becas para estudiantes de familias pobres, la atención médica, los medicamentos gratuitos. No querían, votaron en contra. No pudieron y también por eso en la elección pasada querían quitarnos la mayoría para tratar de darle marcha atrás a todas esas conquistas sociales.

Pero yo me pongo a pensar: ¿cómo le van a hacer?, ¿cómo le van a hacer para cancelar la Guardia Nacional? ¿Cómo le van a hacer para que continúe la corrupción, para que continúen los lujos en el gobierno? ¿Cómo le van a hacer para que vuelva a ser legal la corrupción, como lo era antes? Ya va a ser muy difícil.

¿Cómo le van a hacer para volverle a dar dinero a los medios de información para que le quemen incienso y se dediquen a aplaudir y a callar, como era antes? Y es difícil.

Pero todavía nos falta la mitad del gobierno, o sea, ya me podría yo ir, pero viene la revocación del mandato a principio de abril, a ver qué dice la gente y si la gente dice que yo continúe, pues vamos a consolidar bien la transformación para que no puedan dar marcha atrás a lo que ya se ha conseguido con la participación de todos.

Me da muchísimo gusto estar aquí.

Agradezco, como siempre, a las Fuerzas Armadas por su apoyo y saben que les agradezco por su lealtad, por su institucionalidad, por su profesionalismo, por los servicios que prestan al pueblo, a la nación, que son los primeros que están cuando hay inundaciones, cuando hay temblores. Los marinos, los soldados, que es pueblo uniformado.

Pero les agradezco también porque estamos en una etapa nueva, en donde se tiene un Ejército, Fuerzas Armadas para la paz. Eso no es poca cosa, porque es poner por delante la inteligencia y no la fuerza, y es que se fortalezca esa doctrina al interior de dos instituciones fundamentales, la Secretaría de Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional, porque es una circunstancia distinta.

Y lo están haciendo muy bien, los resultados que tenemos se han logrado sin violación de derechos humanos; al contrario, hay actitudes de tolerancia, de respeto, de fraternidad, hasta con los delincuentes en enfrentamientos. Son soldados, son marinos los que curan a heridos, los que le salvan la vida.

No es ‘a ver, remátalo’, no. Esa es una etapa nueva, es vivir una etapa nueva en el comportamiento responsable y leal de las Fuerzas Armadas.

La verdad, muchas gracias y vamos a seguir así. Al final vamos a demostrar que sí funciona el de abrazos, no balazos.

Muchas gracias.

Redacción

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