México DF.- A cien años del inicio de la decena trágica que culminó con los asesinatos del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, el Ejército Mexicano, en voz del general Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional, manifestó que “en el México del Siglo XXI, la lealtad a las instituciones democráticas es indiscutible e irreversible”.
“Ante los retos para consolidar un Estado eficaz, con gobernabilidad democrática, los militares ratificamos nuestra irrestricta lealtad al gran pueblo de México y a sus instituciones”, añadió Cienfuegos Zepeda en una ceremonia efectuada en la explanada del Castillo de Chapultepec encabezada por el presidente Enrique Peña Nieto y a la que asistió su gabinete y representantes de los poderes legislativo y judicial.
El 13 de febrero de 1913, al conocer de la rebelión de militares porfiristas alentada por el embajador norteamericano Henry Lane Wilson, Francisco I Madero salió escoltado del Castillo de Chapultepec por tres compañías de cadetes hacia el Palacio Nacional en un acto que se ha conocido en la historia de México como “La marcha de la Lealtad”.
El general Cienfuegos Zepeda al recordar esa gesta heroica invocó al valor de la democracia y la fuerza de la lealtad al destacar que las conmemoraciones cívicas son biografía completa y escrutinio sistemático de los aciertos y errores del pretérito, para comprender su trascendencia.
Especial mención hizo el general secretario de la Defensa al subrayar que de la Marcha de la Lealtad llevada a cabo por cadetes del Colegio Militar “emergió el pensamiento moral y político del Ejército Mexicano”.
Al concluir el acto del centenario de la marcha de la lealtad, el presidente Enrique Peña Nieto, al saludar a un grupo de oficiales, recordó el hecho de que diez días después de iniciada la decena trágica, en Coahuila, el 19 de febrero de 1913, por iniciativa de Venustiano Carranza nació el ejército constitucionalista, origen del actual ejército mexicano, para oponerse al cruento golpe militar encabezado por cuatro generales porfiristas que depuso al presidente Francisco I Madero y a su vicepresidente José María Pino Suárez.
“Hace 100 años, persuadidos de este ideal, jóvenes cadetes del Colegio Militar sellaron con honor el decreto que significaría el inalterable sendero de toda una institución”, dijo el general Cienfuegos Zepeda.
“El 9 de febrero de 1913, resueltos a custodiar al Presidente Madero, aún a costa de su propia vida, tres compañías de alumnos lo escoltaron con valor y gallardía desde este simbólico alcázar, casa presidencial y sede de su alma máter, en esos días, al Palacio Nacional”.
Madero y su escolta de cadetes “adoptando un dispositivo de seguridad, progresaron sobre Paseo de la Reforma, Avenida Juárez y, al llegar a San Juan de Letrán, hoy, Lázaro Cárdenas, desplegaron por tres rutas: la primera, por la Calle 5 de Mayo; la segunda, que garantizaba su seguridad al frente y retaguardia sobre San Francisco y Plateros, hoy Calle Francisco I. Madero, y la tercera, sobre 16 de Septiembre”.
Los cadetes resguardaron la vida del presidente Madero, enfatizó el secretario de la Defensa Nacional, quien señaló que “hoy, el país dispone de Fuerzas Armadas sin perturbaciones, eficaz baluarte del Estado en aras de un México mejor.
“Las mujeres y los hombres del Instituto Armado estamos conscientes de que mover a México implica retos que conllevan disenso y consenso, propios de la pluralidad ideológica de los dilemas de la administración pública de la representación legislativa, de las disyuntivas en las relaciones internacionales y de los enfoques analíticos que sustentan su explicación integral”.
Igualmente, el general enfatizó que “en México tenemos la certeza que los actores involucrados en esos ámbitos, como en el pasado, sabrán resolverlos con autodeterminación y lealtad, a partir del interés compartido”.
Cienfuegos Zepeda manifestó el beneplácito de las Fuerzas Armadas por “el Pacto Nacional logrado recientemente por los líderes políticos del país” y saludó también “las reformas e implementación de políticas de estado en favor del bienestar colectivo”.
Ese espíritu propositivo y los hechos consecuentes son, justamente, la Marcha de la Lealtad moderna que el país requiere, agregó el general Cienfuegos Zepeda, único orador en el acto recordatorio de los cien años de la Marcha de la Lealtad.
“La lealtad es de todos y para todos. Civiles y militares debemos capitalizar y potenciar sus enormes frutos”.
El secretario de la Defensa Nacional puso de manifiesto que “en el último siglo, los soldados fortalecimos nuestra conciencia y sensibilidad respecto al sentir y pensar de la población de la cual provenimos. Ese ideal nos mantiene cercanos a ella en todos los rincones del territorio nacional.
Asimismo, mencionó que la presencia leal de las fuerzas armadas “lo mismo frente a una emergencia o catástrofe de la comunidad, o que ante riesgos a la seguridad interior, o en la preservación de los bienes estratégicos nacionales” se desarrollan con sujeción a las leyes y el respeto cabal a los Derechos Humanos.
En el acto la Banda de Música del Heroico Colegio Militar y el Coro de la Secretaría de la Defensa Nacional interpretaron la Marcha “Heroico Colegio Militar”, y los cadetes Luis Eduardo Rolon Balcázar y Jaqueline Ancheyta Carbajal, del Heroico Colegio Militar; Sonia Sánchez Ruiz, de la Escuela Militar de Enfermeras, y Uriel Castañeda Bonilla, de la Escuela Médico Militar, declamaron por primera vez la poesía “Marcha de los Leales”, de su propia autoría.
Finalmente, acompañado por el titular de la Sedena; por el Almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, Secretario de Marina; y por el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el presidente Peña Nieto develó la placa conmemorativa del Centenario de la Marcha de la Lealtad.