Horacio Corro Espinosa
Desde hace días, los Reyes Magos, comenzaron a preocuparse por satisfacer a los niños.
Eso de los juguetes ya dejó de ser un juego desde hace varios años. Parece que a los Reyes Magos, ya no les interesa que el niño se divierta, sino que la mamá o el papá sientan que los Reyes que llegaron a su casa, fueron más generosos que con el niño de la casa de junto.
Lo de los juguetes es muy parecido a lo que sucedió en Bolonia, Italia, en la Edad Media. Se tuvo que limitar la altura de las torres, porque cada vecino quería elevar la suya más alta que la del otro. Venecia fue otro caso. Fue necesario dictar una ley obligatoria para que las góndolas se pintaran de negro porque se estaban arruinando las dignidades de los habitantes al querer cada uno, dorar más su góndola que la de sus parientes o conocidos.
En nuestro país, a pesar de la tamaña crisis que estamos viviendo, ¿no habría modo de prohibir la competencia descabellada en los regalos a los niños? Además de ser carísimos y ruidosos estos juguetes, muchos de ellos significan fuga de divisas. Eso sin tomar en cuenta que representan otro peligro: nos están llevando a la pérdida de nuestra identidad nacional.
Los únicos niños que conservarán su mexicanidad cuando sean más grandes, son los niños ayer jugaron con su muñeca de trapo, la lotería, el balero, el trompo, el yo-yo, las tablitas, el beli, el tresillo, la perinola, la canicas, etc.
Pero, ¿y los que juegan con monstruos de plástico, con extraterrestres, con Dráculas, con brujas horrendas, con ellos qué? Apenas unos años atrás, nos dimos cuenta que Santa Claus empuja a Melchor, Gaspar y Baltasar; y que las calabazas tratan de hacer a un lado a los fieles difuntos. A pesar de todo esto, tenemos que soportar que las Barbis quienes han desalojado de las banquetas a las trenzudas marías. Los videojuegos, tabletas electrónicas y teléfonos inteligentes, a nuestros charros, luchadores y títeres de madera o barro. No cabe duda que es muy poderosa la publicidad, pues por ésta, los Reyes Magos, decidieron qué regalar.
Y qué decir del belicismo. Reyes Magos creyeron que es la fecha para familiarizar a los niños con el uso de las armas. Me imagino que eso ha de ser bueno para los gringos: que los niños aprendan a tener en sus manos pistolas, armas poderosas para que más tarde vayan de mercenarios a cualquier país, si es que se van un día de mojados, pues. Si nuestro país ya está hasta el gorro de violencia, entonces, ¿por qué enseñar a los niños a manejar tanques, o misiles?
Hoy, muchos papás les empacaron a los hijos en su mochila, los juguetes que recibieron ayer en la noche para que lo vayan a presumir a su escuela.
Hubiera sido mucho más divertido y educativo, si disfrutaran de una muñeca de trapo, un papalote, unas matatenas o unas canicas, en serio.
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