Males que se podrían evitar

Porfirio Santibáñez Orozco

¿ES NECESARIO llegar a los extremos para medio arreglar los asuntos más importantes de la capital? ¿Hasta cuando dejaremos de ser, los habitantes de la ciudad de Oaxaca, rehenes de los intereses en disputa? ¿Habida cuenta de que el principio de autoridad ya no existe ni podrá regresar por sus fueros, podrá instaurarse algún día el entendimiento civilizado que solucione desde una mesa los problemas sin la intervención de estos juegos de fuerza que siempre afectan a terceros?.

El caos del martes 17 en la vialidad de la capital del estado es solo un claro ejemplo de la lamentable y por momentos desastrosa situación a la que nos ha conducido el triunfante “liberalismo social”: estamos siendo dirigidos, lo querramos o no, por un gobierno proempresarial para el que son más importantes los intereses del mercado y sus representantes.

Ese grupo dominante está habitualmente confrontado con un amplio sector de la ciudadanía organizada que piensa de un modo diferente la vida y desde hace algunos años siente la necesidad de patalear cada vez que quiere que le hagan caso. Con ambos ingredientes, el coctel está listo y se reactiva cada determinado tiempo siempre que haya circunstancias que lo propicien.

Atrapados en este juego de intereses que el gobierno, los empresarios y las organizaciones traban y destraban a su conveniencia sin tomar en cuenta la situación del resto de los habitantes de la ciudad, las medidas instrumentadas por unos y otros solo buscan inclinar las cosas a su favor y todo para que después de un rápido entendimiento entre las partes se puedan superar momentáneamente los problemas en un arreglo de composición que muchas veces no tiene nada que ver con las estridencias de horas antes.

En el episodio de este martes, por ejemplo, los empresarios del transporte quisieron imponerle a la sociedad y al gobierno un costo de siete pesos por pasajero, a pesar de que varios actores sociales les dijeron en todos los tonos que ese aumento es inviable.

Hasta el presidente del congreso, Herminio Cuevas Chávez, declaró que ellos no habían autorizado ningún incremento y consideró la medida poco recomendable, al menos por el momento.

En protesta por el alza unilateral, grupos de estudiantes tomaron algunas unidades de transporte urbano y suburbano; en respuesta los transportistas bloquearon los cruceros más importantes de la capital y paralizaron parcialmente, durante la mayor parte del día, la vialidad.

Como ha sucedido en otros momentos en los que se han vivido episodios similares, tales como la parálisis que se dio en la recolección de basura en la ciudad, las autoridades no pudieron evitar que hubiera terceros afectados y en cuestión de horas se llegará a una solución que seguramente quedará prendida con alfileres a la espera de la próxima oportunidad para resurgir y volver a recordarnos nuevamente que está ahí y se trata del mismo problema que aun no ha sido solucionado.

Aunque no hablaba a nombre de todos ni se refería a una situación como la que estamos describiendo, ya lo dijo el más conspicuo de todos, el presidente de Calderolandia al periódico francés “Le Monde”: estamos haciendo lo que no quisieron hacer otros, “ponemos orden donde no lo había… si ven polvo es porque limpiamos la casa”. Vaya cachaza. ¿De ese mismo material estarán hechos todos los que nos dirigen? Abundaremos…