Presidentes o agentes del Ministerio Público?

Porfirio Santibáñez Orozco

DESDE los cada vez más lejanos días del sexenio del ex bolerito Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) no habíamos visto el espectáculo de un presidente presumiendo de sus logros en el campo de la seguridad y la paz social.

Todavía están en la memoria colectiva las imágenes del último presidente de la República emanado de las filas del PRI informando a los mexicanos que el Subcomandante Marcos era en realidad Rafael Sebastián Guillén Vicente, originario de Tamaulipas, ex profesor de la UAM y otros detalles que convirtieron al presidente en un agente del Ministerio Público rindiendo un parte policíaco para que sus gobernados recuperaran la tranquilidad perdida.

Ahora Calderón nos sale con la embajada de que la aprehensión de “La Barbie” tiene una importancia social y política que nos traduce, por si no nos habíamos dado cuenta, para que entendamos que este logro es una muestra evidente de que ¿vamos? ganando la guerra.

El número de sacrificados aumenta, el porcentaje de la población sin alternativas de empleo se multiplica, la educación está cada vez más deteriorada, los precios se van elevando lentamente hacia las nubes, los sindicatos entran en una fase crítica que prácticamente los pone en un estado de indefensión definitiva pero para Calderón todo va bien y se pondrá mejor.

Hay cambios, ciertamente: en el cuarto año de los dos sexenios panistas hemos pasado de Foxilandia a Calderolandia; lo que permanece inalterable, sin embargo, es que para el ciudadano común, para la gente común y corriente la situación sigue estando de la fregada mientras los partidos se pelean entre sí para quedarse con la mayor parte del pastel y demostrar que el otro no sabe gobernar.

Eso es, por lo menos, lo que no se dice en el informe en el que ni por asomo se menciona que el pacto de gobernabilidad bipartidaria está roto si se mira lo que intentan hacer los priístas con su tácita declaración de guerra al gobierno federal, a quien en el pasado ayudaron a subir impuestos por razones políticas y presupuestales; hoy están empezando a forzar las cosas para obligar a bajar impuestos por sus mismas pistolas. La incógnita es si lo lograrán. Abundaremos…