Derrumbes
Porfirio Santibáñez Orozco
‘ESTOY en la plenitud de mi pinche poder’… dijo el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, según las conversaciones telefónicas presentadas por el dirigente nacional del PAN, César Nava, antes de la jornada electoral del 4 de julio de 2010 para restarle votos al PRI.
Lo malo para todos es que ese ‘pinche poder’ que usufructúan los gobernadores no es suficiente para atender con eficacia las emergencias de sus gobernados, en parte porque cuando hay una desgracia les interesa más que nada la foto y de preferencia que sea espectacular para que estén todos los medios.
El temporal continúa su tarea destructora en Oaxaca y sigue afectando cada día más a habitantes de Tlahuitoltepec, Villa Hidalgo Yalalag, Santiago Choapam, a pueblos de la zona mazateca y seguramente a los oaxaqueños de las diferentes regiones del estado.
Solo se dispone de algunos datos como el de que está afectado el 80% de los 23 mil 800 kilómetros de carreteras con los que cuenta el estado y el otro más nocivo, ¿o cínico?, de que eso le tocará atenderlo al nuevo gobierno.
La falta de un sistema de información rápido y eficiente no permite que se conozcan con exactitud los alcances de la tragedia y por eso la ayuda nacional que se veía venir como avalancha se detuvo por el fenómeno mediático de haber exagerado primero el número de afectados y después asumir la actitud de que no era para tanto.
Entre los dislates cabe anotar el del funcionario del gobierno federal que anunció que estaban considerando la posibilidad de fincarle responsabilidad al presidente municipal de Tlahuitoltepec por haber mentido a las autoridades.
Y ni qué decir de los cartones humorísticos del jueves 30 de septiembre que caricaturizaron al gobernador Ulises Ruiz porque su protagonismo quedó en evidencia. Abundaremos…