Que lo digan claramente, para empezar
Porfirio Santibáñez Orozco
UN asunto tan lleno de matices y claroscuros como el del porrismo en la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO) no se resolverá con declaraciones generales que solo aludan a los apodos de los violentos y denuncien en términos generales que hay una clara connivencia de los porros con sus patrocinadores y beneficiarios externos.
Si bien es indispensable decir claramente, con los nombres y apellidos que se tengan, quiénes son, dónde están, quién los protege, qué hacen, contra quién actúan y por qué lo hacen; eso no es suficiente.
Las denuncias pueden llegar a ser muy puntuales y las pruebas que aporten podrían ser muchas, pero si las autoridades competentes no están dispuestas a actuar, es como si nada se hubiera denunciado.
Para desterrar las prácticas violentas que degradan a la institución, ponen en tela de juicio al gobierno, amenazan la seguridad de los universitarios y pueden ser la antesala de problemas mayores, hace falta una disposición indeclinable de lo más connotado de la comunidad universitaria y de los funcionarios públicos externos a la institución.
Esa voluntad no existe ahora porque cada grupo político ya se acomodó a esta situación y mientras no afecte sus intereses no arriesgará lo que tiene por una causa a la que no le ve sentido y que podría estar perdida; los funcionarios externos no hacen lo que deberían porque para ellos el porrismo ha funcionado como uno de los mecanismos más efectivos para la formación y el reclutamiento de nuevos cuadros políticos.
El día que se tenga la firme voluntad de salvar a la máxima casa de estudios de este cáncer, empezará por identificarse plenamente a quienes incurran en actos de violencia, se les sancionará realmente y se evitará que los beneficiarios de este fenómeno sigan lucrando con él; mientras tanto, seguiremos tolerando que nos digan vaguedades intrascendentes y que los funcionarios públicos vean para otro lado cuando se esté hablando del tema. Abundaremos…