Tres retos de los legisladores de la coalición
PORFIRIO SANTIBAÑEZ OROZCO
Este 13 de noviembre asumirá formalmente sus funciones la nueva LXI Legislatura del Estado elegida para bien de la pluralidad legislativa en el estado de Oaxaca el domingo 4 de julio de 2010.
Por primera vez en más de ocho décadas, ahora que más falta le hace, el PRI no tendrá la mayoría absoluta del Congreso; por el contrario, en ésta ocasión, la mayoría de los escaños quedará en manos de los diputados de la coalición “Unidos por la Paz y el Progreso”.
En efecto, los diputados del PRI conservarán una mayoría simple pero ahora serán oposición pues además de perder el poder Ejecutivo sus adversarios tienen, sumados, un número mayor de votos.
Lo anterior no quiere decir que los diputados de la coalición y todos los ciudadanos que los respaldaron puedan cantar victoria y que de aquí en adelante todo será tan fácil como coser y cantar; por el contrario, los nuevos diputados tienen un triple y serio compromiso con quienes los eligieron.
El primero será conservar su mayoría para dictar la agenda que deberá seguir el Congreso; no será fácil hacerlo porque uno tras otro tendrán que encarar asuntos que los pueden dividir como el de la candidatura a la presidencia de la República y otros.
El segundo será asumir con responsabilidad su cargo para dedicar el tiempo necesario a sus tareas legislativas; cumplir este compromiso dependerá de la dedicación, el profesionalismo y la amplitud de visión que tengan.
Si son honestos, realistas, y no le dan demasiada importancia a cuidar todo el tiempo sus ingresos económicos, tendrán que reconocer que van a necesitar ayuda profesional, es decir asesorías, en la mayor parte de los asuntos sobre los que tendrán que trabajar.
El tercer compromiso es el más importante de los tres, pues consiste en legislar de acuerdo a la realidad y a las necesidades del estado; esto no podrán hacerlo solos ya que se trata de establecer las bases para una nueva normatividad que permita enterrar, jurídicamente, la cultura política autoritaria y construir, ahora sí y de verdad, una sociedad democrática; para que la transición del autoritarismo a la democracia esté completa se requerirá un entramado legal nuevo. Abundaremos…