JUICIOS SUMARIOS: Inducción errada

Porfirio Santibáñez Orozco
Inducción errada
Vino a decir qué temas abordarían y cuales no

CON el poder que le podría dar el pretexto de mantener la unidad a toda costa, Manuel Camacho Solís llegó a Oaxaca este 21 de julio y luego de dialogar en privado con los diputados electos, usando viejos y conocidos procedimientos, habló en público por ellos ante los medios de comunicación, dijo qué temas abordarían y cuales no, trató de explicar por qué las cosas se iban a hacer de aquella manera y como arribó se fue.

Aparte de dejar, metafóricamente hablando, un tufo desagradable, Camacho Solís dio la impresión de estar convencido, realmente, de que las cosas deben hacerse a la manera de él y de quienes le acompañan.

Está por verse si será así pues las reacciones de rechazo a esta fallida inducción no se hicieron esperar. Como difundieron algunos medios, mujeres de diferentes organizaciones sociales se pronunciaron, de inmediato, contra el intento de tripular desde el exterior a los diputados del congreso local para que no toquen los temas “sensibles” a círculos ultraconservadores, que también forman parte de la alianza.

Si esta visita se ve más allá de lo anecdótico, detrás de los modos que exhibió la conferencia de prensa de Camacho, podría encontrarse el primer intento serio de borrar la historia reciente, formar una nueva burbuja que decida por los demás y seguir una política de espaldas a la sociedad rechazada en Oaxaca desde hace años; postura que, por si fuera poco, se ratificó en las urnas el domingo 4 de julio.

Contra lo que dice la frase tradicional, en este caso las apariencias no engañan. Para que los ciudadanos de Oaxaca se vayan acostumbrando, al lado de Camacho estaba el diputado plurinominal electo Raúl Bolaños Cacho, a quien algunos medios y algunas plumas alquiladas están candidateando como líder del Congreso local.

¿Con base en qué méritos se pretende legitimar éste arribo que cada día suena más a imposición?. ¿Solo por la supuesta larga trayectoria de este diputado o por el presunto rancio abolengo de sus apellidos?.

Haber estado al servicio de varios gobernadores desde finales de la década de los 60 del siglo pasado o tener una supuesta experiencia en cargos de responsabilidad oficial, no es mérito suficiente. Quienes tomen una decisión de trascendencia como la de definir quien va a dirigir el Congreso, están obligados a dar a conocer sus razones. Los ciudadanos de Oaxaca decidieron participar y muchos de ellos no están dispuestos a repetir el libreto de antes: votar y abandonar la escena extendiendo un cheque en blanco a los electos para que hagan desde el poder público lo que quieran.

Un amplio sector de la ciudadanía ya no cree en la representación y está pugnando por la construcción de una democracia participativa en la que los temas de interés general se ventilen, se analicen de manera colegiada y se decidan con un criterio abierto, moderno, plural, que vaya a tono con el siglo XXI.
En otras palabras, como lo hicieron las mujeres que protestaron contra la inducción de Camacho, muchos ciudadanos no tomarán en cuenta que el dirigente del DIA vino e indirectamente le dijo a la ciudadanía: ustedes ya votaron, ya cumplieron con su responsabilidad, ahora dejen que nosotros sigamos la obra pues nosotros sí sabremos dar los pasos que siguen y ustedes no tienen suficiente experiencia para hacer eso; parece que nadie le ha informado al ex comisionado que, a diferencia de Chiapas, en Oaxaca ni el Sub se salvó de ser cuestionado e inclusive jaloneado en el hotel del magisterio cuando quienes lo veían sintieron que se estaba extralimitando.

Si por lo menos hubieran guardado las formas y dejado que los diputados locales expresaran en sus propios términos el libreto escrito por los líderes de la coalición ajenos a Oaxaca, quizá todos nos hubiéramos ahorrado este sainete que además de todo es una temprana exhibición del rumbo que pueden tomar las cosas a partir del primero de diciembre; pero Camacho, como Salinas en su sexenio, no ve ni oye a los ciudadanos.

Los botones de muestra de la cultura de la línea que Camacho trajo y dejó, fueron suave e implícitamente rechazados por la diputada panista electa Martha Patricia Campos Orozco quien declaró “no debemos estar cerrados a ningún tema, estamos por la ciudadanía y debemos apoyarla”. Ojalá no se trate de un caso único ni estemos ante una flor de un día; pero eso dependerá de lo que hagan y digan los demás diputados electos. Abundaremos…

josé

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