Rosendo Ramírez Sánchez
La Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO) tiene como antecedente al Instituto de Ciencias y Artes del Estado que fue creado el 26 de agosto de 1825 bajo del decreto del entonces gobernador Ignacio Morales, con la protección del Congreso local; pero fue hasta enero de 1827 que abrió sus puertas, siendo Fray Francisco de Aparicio, sacerdote de ideas liberales, su primer rector.
Por lo que el Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca se crea inmediatamente después de la Independencia de México y fundado por profesores liberales españoles, fue creado con el fin de instaurar carreras liberales en Oaxaca.
En él estudiaron Porfirio Díaz, Benito Juárez, Marcos Pérez, y Matías Romero, entre otros. Las cátedras iniciales fueron Medicina y Cirugía, Derecho Civil y Natural, Derecho Público, Derecho Canónico, Historia Eclesiástica, Economía Política, Estadística, Física y Geografía, Lógica, Matemáticas, Ética, Inglés y Francés.
En 1845 el instituto deja de brindar la carrera eclesiástica y se favorecen la de derecho y medicina; teniendo nuevas carreras como Comercio, Farmacia y Economía Política. En 1852, se agregaron las cátedras de Farmacia y Economía Política. En 1862, se fundaron las clases de Litografía y Tipografía y es en 1874 cuando se establece la carrera de Administración.
A pesar de que fue creado por profesores liberales, y aun cuando en principio el Instituto es formalmente reconocido por un acto de autoridad (primero papal y después estatal), su surgimiento obedece a necesidades comunitarias.
Es por ello que la Universidad no es de por sí un aparato de control, aunque obviamente puede ser utilizada para ello. De ahí que no se conciba como un apéndice ni de la Iglesia, ni del Estado, ni de la empresa, ni de la burguesía. Rescatamos de ella su función crítica, que es la que habilita para hacer aportaciones trascendentes.
Sin crítica la Universidad es como una aguja sin punta; pero la Universidad no es un ente abstracto, desprovista de humanidad. Por el contrario, la sabia que la nutre proviene de seres humanos. Hombres y mujeres con sus cualidades y defectos, con sus vicios y virtudes, que dan perfil a las labores de la institución.
Por eso no es posible despersonalizar a la Universidad atribuyéndole alcances mayores a los que pueden conseguir los seres que la componen. Producto social por excelencia, marcada con los signos de su época y por las características de sus componentes.
Es por ello que la Universidad actualmente vive una crisis en donde se ha privilegiado lo político a lo académico y quienes hoy la administran han puesto a la UABJO al servicio del Gobierno del Estado de Ulises Ruiz Ortiz y del candidato priista Eviel Pérez Magaña, acarreando a jóvenes preparatorianos a eventos electorales y comprometiéndose al pase automático por participar en dichos eventos, y ahora que perdieron qué papel va a jugar Torres Valdéz y sus funcionarios priistas o ahora se van a reclamar gabinistas.
En la UABJO en los tiempos actuales la trasmisión de los conocimiento se ha vuelto acrítica y dependiente, la libertad de cátedra que es el sustento de la autonomía se ha venido deteriorando y se ha puesto al servicio de la globalización, como parte de la política neoliberal impuesta desde el Fondo Monetario Internacional.
Se mantiene una visión fascista y policiaca por parte de la administración universitaria que encabeza Rafael Torres Valdez, quien tratando de justificar su torpeza e incapacidad, mantienen un cuerpo policiaco, con el fin de mantener la “seguridad” en la universidad en donde se atenta en contra del sindicalismo y se derrocha el dinero para el pago de este cuerpo de seguridad de la Policía Bancaria Industrial y Comercial (PABIC), misma que no sirve para nada, pues con esta policía o si ella se delinque en la Universidad, siguen existiendo los robos, amenazas, agresiones y la policía bien gracias.
Pues no olvidemos que los porros son financiados desde la propia rectoría y la de sus funcionarios entre ellos, Eduardo Martínez Helmes o Silviano Cabrera, o de las propias direcciones de las escuelas, para la imposición de una política de terror porril y policiaca y a ello se debe que nunca se actué en contra de los grupos de choque y de presión, pues son las autoridades universitarias y funcionarios gubernamentales los responsables directos de estos hechos y como prueba de ello está la “investigación” de la agresión que sufrió el día 10 de junio la corresponsal de noticias MVS, Ixtli Martínez y que hasta la fecha no hay resultados concretos y menos se ha procedido en contra de los autores intelectuales de estos hechos, pues no debe de haber impunidad en la Universidad, se trate de quien se trate.