Rosario G. Gómez .El cierre de un periódico es siempre una mala noticia para la libertad de información, el pluralismo y, por extensión, para la democracia. Pero la desaparición de las cabeceras locales deja, además, a muchos ciudadanos sin una voz que se haga eco de sus problemas y sin nadie que vigile de cerca a los poderes públicos, en este caso, los que circundan a los Ayuntamientos. Lo saben bien los ciudadanos de Cuenca y Guadalajara, dos provincias que se han quedado sin diarios propios. Al menos, sin diarios impresos. Podría decirse que los medios digitales son una alternativa, pero muchos lectores que habitan en las zonas rurales son analfabetos digitales. No solo no saben utilizar Internet, sino que a menudo en los pueblos más pequeños ni siquiera hay cobertura para conectarse a la Red.
En Cuenca, una provincia de 200.000 habitantes y con una buena parte de la población envejecida, los lectores no están adaptados a las nuevas tecnologías. La Asociación de la Prensa de Madrid señalaba que entre los grupos demográficos de mayor edad (entre 55 y 65 años) apenas el 29% utiliza Internet diariamente. “Si cierra el periódico tradicional, la gente se queda sin conocer lo que pasa en su tierra”, se lamenta Elisa Bayo, presidenta de la Asociación de la Prensa de Cuenca, que observa peligrosas consecuencias tras la clausura de El Día de Castilla-La Mancha, el único rotativo que quedaba en la provincia. Mantiene una edición digital (de pago), aunque sobre ella planea también un futuro incierto. “¿Cómo se retrata ahora la historia de Cuenca? ¿Quién va a documentar lo que está pasando? Nos hemos quedado sin espacios para contar lo que pasa. No queda ni un solo fotógrafo profesional que viva del periodismo”, dice Bayo. Además, el periódico en papel contribuía a crear nexos entre la población. Se leía en bares, centros de salud, residencias de mayores…
Para la población rural el acceso a los medios digitales es muy difícil
¿Pueden los nuevos micromedios digitales y los portales hiperlocales ocupar esos espacios? La presidenta de los periodistas conquenses cree que hay que delimitar dónde se hace periodismo y dónde no. “Hay que establecer unas reglas de juego”, advierte, “para que los medios digitales hagan un verdadero periodismo. Aún no estamos en ese punto, pero es cuestión de tiempo. Hay que aprender a trabajar con rigor y profesionalidad en este nuevo escenario”. Bayo cita, como ejemplo a seguir, Voces de Cuenca, una web que ofrece “información veraz y contrastada”.
Todos los expertos coinciden en que uno de los problemas de la prensa en España es el elevado número de cabeceras (casi un centenar, más, incluso, que en Reino Unido) y su pequeña talla. Esta eclosión no ha sido accidental. Muchos rotativos nacieron bajo el manto protector de las Administraciones locales, que regaban con publicidad institucional y otras ayudas a los periódicos. Otros surgieron al calor de la burbuja inmobiliaria: empresarios del ladrillo y promotores montaron sus propias redes de comunicación para publicitar su negocio, una estructura empresarial endeble que llevó a la muerte a muchos medios cuando la burbuja estalló. Como apunta Guillermo López, profesor de Periodismo de la Universidad de Valencia, el aluvión de anuncios vivido en la última década merced al ladrillo —“que sufragaba, publicidad mediante, o como inversión directa”— generó el nacimiento de un gran número de iniciativas de ámbito local y regional.
“Algunos diarios locales son muertos vivientes”, asegura un experto
Esta inflación mediática no fue solo de periódicos. López subraya cómo el poder político alentó concesiones de TDT nacional, regional y local y de emisoras de radio que han terminado por apagar los micrófonos, como ha ocurrido con Abc Punto Radio. “Unas concesiones que, más allá de la parcialidad con que se asignaron, se han demostrado ruinosas. El mercado no es suficiente como para sufragar mediante publicidad tantos proyectos. No, al menos, en época de crisis.
Ese crecimiento excesivo, cortoplacista, basado en la idea de que el crecimiento de la publicidad, solidísimo en España (a veces más del 20% anual) desde los años ochenta, iba a ser eterno, agravó la situación de los medios cuando llegó la crisis”.
La herencia de la red de periódicos provinciales del Movimiento ha sido también un factor determinante para explicar el elevado volumen de títulos. López recuerda que cuando esta red se privatizó, en 1983 y 1984, hubo dos cabeceras que no se vendieron inicialmente. “Una de ellas fue El Día de Cuenca, que acabó siendo adquirida por el dueño de la editora, un empresario local”, apunta.
Fundado hace 29 años, este rotativo, decano de la provincia, llegó a tener una dimensión regional. Con esa vocación de llegar a toda la comunidad, se transformó en El Día de Castilla-La Mancha. Paralelamente, la empresa editora implantaba su propio canal televisivo, CNC, y lanzaba su edición digital. El Día llegó a crear casi 200 puestos de trabajo en Castilla-La Mancha. Tras meses de impagos a los trabajadores, en abril de 2012 anunciaba un ERE en todas las provincias (excepto en Cuenca) y su conversión a diario regional para intentar sobrevivir a las dificultades económicas. El rotativo, que ha sido muy crítico con la gestión de la presidenta de la comunidad, María Dolores de Cospedal, unió el pasado 10 de marzo su triste final al de La Tribuna y Global Castilla-La Mancha, la revista Crónicas y los canales CRN, 8 Televisión y Popular TV.
La crisis de los medios
■Cierres. Desde el inicio de la crisis, en 2008, dos centenares de medios de comunicación (diarios impresos, digitales, gratuitos, revistas, radios, televisiones, agencias) han cerrado en España. Más de la mitad de las cabeceras que han desaparecido de los quioscos son revistas.
■Sin diarios propios. Cuenca y Guadalajara son las dos provincias que se han quedado sin diarios propios. El Día, decano de Cuenca, editó su último número el pasado 10 de marzo. Guadalajara, con una población de 250.000 habitantes, tenía hace pocos años tres diarios locales de pago, un periódico gratuito, revistas, media docena de emisoras de radio y tres televisiones locales. No queda ningún diario impreso. Sobrevive el bisemanal Nueva Alcarria, que se edita lunes y viernes. Provincias más pequeñas, como Soria (95.000 habitantes), cuentan con dos periódicos diarios.
■Despidos. En los últimos años se han destruido más de 6.500 empleos en el sector de los medios de comunicación. Madrid es la comunidad más castigada. Desde mediados de 2008, un total de 5.000 periodistas se han visto afectados por la crisis del sector, según el Observatorio de la Asociación de la Prensa de Madrid. La crisis ha provocado 108 cierres de medios.
Quedan abiertos, es cierto, emisoras de radio y de televisión y medios digitales pegados a la tierra. “Pero la prensa escrita cumplía un papel importante para acercar la información a los ciudadanos de Cuenca. En las grandes ciudades, la prensa se vive de forma individual, pero en las zonas rurales tiene unas connotaciones sociales”, expone la presidenta de la Asociación de la Prensa de Castilla-La Mancha, Lidia Yanel. Si la ciudadanía no puede acceder a una información veraz y contrastada será menos libre para elegir y decidir.
En España, la crisis publicitaria ha afectado con especial virulencia. La inversión en diarios durante 2012 fue un 20% menor que en 2011. Desde el inicio de la crisis se ha perdido la mitad de la facturación. De 1.894 millones de euros de 2007 se ha pasado a 766 en 2012. Este desplome ha acentuado el cierre de medios, alrededor de 200 en toda España. Hay 20 diarios menos. España tienen muchas cabeceras aun siendo uno de los países de la UE en los que menos se lee.
Pero el problema viene de atrás, como apunta el profesor de Derecho de la Comunicación de la Universidad de Valencia, Andrés Boix. Y ese problema es la falta de independencia. ¿Quién paga los medios? “Muchas cabeceras no han sabido poner freno a los excesos del poder político, porque funcionaban para mayor boato y lucimiento de los responsables políticos. Convertidos en aparatos de propaganda de quienes les pagaban, eran deudores de estos más que de los ciudadanos”.
Ejemplo de estos proyectos personalistas y sometidos a una estrategia dictada por el inversor inmobiliario de turno es, como apunta Guillermo López, el semanal gratuito La Voz de la Sagra, financiado por el promotor de megaurbanizaciones en Seseña (Toledo) Francisco Hernando, El Pocero.
Para el periodista y consultor de medios Toni Piqué, director Piqué, Peltzer & Asociados, hay dos factores relevantes en la crisis de la prensa diaria local. “Uno es la pérdida de su credibilidad. Muy buena parte de esos medios acabaron siendo más parte del establishment que de la ciudadanía. Esos ejemplos de obras públicas inútiles que hoy nos escandalizan (desde aeropuertos a museos y salas multiusos) pasaron enfrente de los medios locales y apenas algunos levantaron la voz para informar del despropósito. El desprestigio de los políticos y la política ha arrastrado también a esos medios, que prefirieron ser más portavoces de aquellos que representantes / intermediarios de la gente. Eso es un cáncer para la democracia y el pluralismo”.
Heredero de la prensa del Movimiento, ‘El Día’ cerró el 10 de marzo
Los expertos reunidos en el XI Congreso de Comunicación Local plantearon recientemente los retos de una tipología de prensa inmersa en un contexto de profundos cambios marcados por el nuevo entorno digital, con la emergencia de nuevos modelos de negocios (blogs, micromedios hiperlocales). Para muchos, lo que está en crisis es la prensa local, no la información local. El soporte papel y su modelo de negocio, asentado en la venta de ejemplares, los ingresos publicitarios y las subvenciones, ha entrado, según Piqué, en “una crisis irreversible, que será más o menos lenta”. En su opinión, algunos diarios locales son “muertos vivientes”: están en manos de sus acreedores y estos condicionan su información de dos modos: “Uno, ordenando recortes de plantilla, de salarios y condiciones laborales que dejan a las redacciones en precario. Dos, haciendo que sus intereses políticos y comerciales pasen por encima del periodismo”.
Pese a todo, queda espacio para el optimismo. Yanel remarca que el cierre El Día de Castilla-La Mancha no significa que el periodismo haya desaparecido de la región. En la misma línea, el consultor Toni Piqué precisa que la información local tiene un potencial enorme a la espera de ser explotado a través de otros modos y canales informativos que permiten una participación ciudadana mayor y mejor. “La Red ofrece al periodismo, primero al local, más recursos que nunca para ser lo que debe ser: un intermediario que sirve a los ciudadanos para controlar a sus autoridades y a sus instituciones públicas y canal para participar en la vida de sus comunidades. Por eso creo que aparecerán nuevos medios que recogerán el testigo de los diarios locales”. Y serán “más pequeños, más hiperlocales, más anárquicos, explotarán la movilidad y las características sociales de la Red. Serán más parecidos a la gente de lo que son los actuales diarios. Y saldrán adelante”.
El fin de las subvenciones públicas ha lastrado a muchos rotativos
Para cubrir el hueco que dejan los diarios locales, Guillermo López considera que tiene que haber detrás una sociedad civil que sea consciente de la necesidad de contar con medios propios que ejerzan el papel de portavoz. En la web parece estar la última esperanza. Porque, como dice Lidia Yanel, “sería milagroso que surjan nuevos periódicos en papel”.
Tomado de El País, 24 de marzo de 2013