Por Horacio Corro Espinosa
Conozco muchos políticos que creen, y lo aseguran en sus discursos, que la juventud es una definición, pero no, la juventud es un estado temporal del ser. Es una manifestación estacional de los individuos, no una cualidad. Tampoco es un rasgo o un mérito. Es un adjetivo, no un sustantivo. Es un predicado, no el sujeto ni el verbo.
Todo individuo tiene que atravesar por ahí forzosamente y, aún así, sigue siendo la misma persona que era antes de entrar a la juventud. Tal vez llegue del otro lado con las huellas en su rostro en señal de ese tránsito.
La mayoría de los jóvenes tienden intensa y apasionadamente a encontrar definiciones de su identidad individual. O sea, tratan de tener una existencia diferente a todos los demás. Se resisten a ser apéndices o el reflejo de los que son sus padres, maestros o líderes. Uno de sus primeros movimientos hacia su identidad, los lleva a identificar¬se con algo o alguien, regularmente con el que destaque más en los medios de comunicación. Ya identificado, quieren ser como él, imitarlo, seguir sus pasos. El siguiente movimiento es negar esa identificación para adquirir la propia. Los jóvenes siempre quieren ser “algo” por sí mismos, o más bien, quieren ser ellos mismos. Pero como no saben bien a bien qué es eso de ser ellos mismos, intentan diferenciarse de los demás, que es la forma tradicional de definirse.
Es una generalización de todos los seres humanos, ocultarse en la ma¬sa, no ser percibidos. En cambio los jóvenes, luchan con intensidad por diferenciarse. Los jóvenes le ponen especial esfuerzo por distinguirse de los adultos para afirmar su condición de jóvenes, y también, buscan diferenciarse de otros jóvenes para afir¬marse como grupo o como banda o como célula, etcétera, que los hace verse como “alguien”.
Puede decirse de los jóvenes, que son compradores compulsivos de dogmas. No sólo se entregan fácilmen¬te y sin reservas a ideas, doctrinas o modas que los fascinan o entu-siasman. Políticos y comerciantes saben perfectamente de esto, por eso siempre hacia ellos enfocan sus reflectores para seducir a los jóvenes.
Los políticos principalmente, son los que hablan y se acuerdan de ellos en épocas electorales para ma¬nipularlos, para que consuman, para que vo¬ten, para que hagan la revolución.
Por ser compradores compulsivos de fes, los jóvenes se contradi¬cen abiertamente en su afán de diferenciarse de los demás, y por sus acciones, se desvanecen y se vuelven “como todos”.
Los jóvenes son asediados por merca¬deres y políticos que tratan de emplearlos en su provecho. Este es el punto débil de los jóvenes. En fin, pues, que el joven es fiel y leal, mientras no le cambien sus dogmas. Con el tiempo y durante el camino de la vida, cada uno de ellos se va transformando hasta fabricar su pro¬pia forma de contribución a la historia.
Hay un grupo de jóvenes en Huajuapan que me ha llamado la atención. Se trata de la tropa que encabeza Othón Abel Sibaja Suárez. Othón, es un abogado joven que ha sabido conducir a un montón de jóvenes que lo siguen y, supongo, que saben lo que están haciendo. No dudo que dentro de este equipo ha de haber sus asegunes, como en todas partes. Algunos han de estar participando en la tarea como si fuera una religión, como una emoción que les puede dar de momento la oportunidad de aparecer en algunos medios impresos.
Othón, hasta donde sé, se registró como precandidato a la presidencia municipal por Huajuapan. Sé que ha hecho mucha actividad política a través de diversas campañas. Pero eso no es lo que me ha llamado la atención, porque casi todos los que buscan representar a la ciudadanía eso hacen. Lo que llama la atención, es porque ha sido el único de todos los suspirantes, aún de la entidad oaxaqueña, que ha hablado en entrevistas, de más de 11 puntos que necesita la comunidad.
Según mis cálculos, son 11 los puntos sistematizados que ha tocado referente a la problemática local y ha expresado una solución a éstas. Supongo que él y su equipo diagnosticaron el municipio, luego lo jerarquizaron y ahora él propone algunas soluciones. No sé quién pueda ser su estratega político, pero está trabajando como un viejo de experiencia, además, por su grupo de chavos, es de llamar la atención.
Les sugiero a los lectores que no lo pierdan de vista. Ni a él, ni a su equipo.
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