A menos que se tomen medidas decisivas para frenar la violencia entre israelíes y palestinos, existe un “riesgo significativo” de que la situación se deteriore, dice el enviado para la paz en Medio Oriente, llamando a una acción colectiva para reconducir a las partes al diálogo constructivo.
El coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en Medio Oriente advirtió este martes que tanto los israelíes como los palestinos deben elegir entre continuar la espiral de violencia y provocaciones que conducen a un vacío político o cambiar la dirección hacia un diálogo constructivo vinculado a acciones concretas que puedan crear esperanza y un horizonte político”.
En una sesión del Consejo de Seguridad, Tor Wennesland manifestó gran preocupación por la “implacable expansión” de asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, y afirmó que alimenta la violencia e impide el acceso de los palestinos a sus tierras y recursos.
Wennesland alertó de que esa política expansiva remodela la geografía de Cisjordania y amenaza la viabilidad de un futuro Estado palestino.
El diplomático sostuvo que el aumento de la violencia en el norte y centro de Cisjordania registrado en las últimas semanas, que ha dejado numerosas víctimas palestinas e israelíes, está vinculado con los asentamientos -que alteran la de por sí frágil dinámica del terreno-, y con el deterioro de las relaciones entre Israel y la Autoridad Palestina.
Reiteró que los asentamientos israelíes constituyen una violación flagrante de las resoluciones de las Naciones Unidas y el derecho internacional y urgió nuevamente al gobierno israelí a detener de inmediato el avance de todas las actividades de asentamiento.
Repensar las opciones
Asimismo, instó a los líderes israelíes y palestinos a “frenar y repensar las opciones” para evitar mayor sufrimiento en ambos pueblos.
El enviado refirió que las operaciones militares israelíes, incluidos los ataques aéreos en Cisjordania, los enfrentamientos, los ataques y los niveles extremadamente altos de violencia relacionada con los colonos han continuado y se han acentuado dramáticamente.
Además, informó del uso de armas más sofisticadas por parte de los palestinos, incluido un artefacto explosivo improvisado avanzado y cohetes lanzados hacia Israel.
Wennesland señaló que del 20 al 25 de junio, los colonos israelíes perpetraron 28 ataques violentos contra aldeas palestinas, causado una muerte y decenas de heridos.
Annie Slemrod/IRIN
Obligaciones israelíes
Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación de proteger a los palestinos y sus propiedades en los Territorios Ocupados y de garantizar investigaciones rápidas, independientes, imparciales y transparentes de todos los actos de violencia, subrayó.
“La profundización de la ocupación, la expansión de los asentamientos, los altos niveles de violencia contra los civiles, incluidos los actos de terror y, lo que es más importante, la ausencia de un horizonte político están erosionando rápidamente la esperanza entre palestinos e israelíes, y en particular entre los jóvenes, de que una resolución del conflicto sea alcanzable”, enfatizó.
De igual manera, consideró que la velocidad y la intensidad del deterioro de la seguridad observada en el terreno es extremadamente peligrosa.
“Estos eventos desafían seriamente la estabilidad más amplia y socavan a la Autoridad Palestina”, agregó.
El enviado acotó que si bien se ha mantenido el alto el fuego que siguió a la escalada de Gaza en mayo, existe un riesgo constante de que los eventos en Cisjordania puedan extenderse a la Franja.
Falta de recursos
Afirmó que igualmente preocupantes son los desafíos fiscales e institucionales de la Autoridad Palestina, exacerbados por la escasez de fondos, incluso para las agencias de la ONU, que afectan la prestación de servicios básicos cruciales. “Esto puede agravar aún más el deterioro de la situación sobre el terreno”, apuntó.
“Que no haya dudas, ni la Autoridad Palestina ni la ONU podrán brindar asistencia humanitaria sin que los donantes aumenten urgentemente el apoyo financiero”, aclaró.
Finalmente, llamó a una actuación colectiva y urgente para detener la violencia. “Es crucial llevar a las partes de regreso a un camino que aborde los problemas políticos que impulsan la dinámica actual, para que pueda comenzar un proceso para resolver los problemas centrales”, concluyó Wennesland.