* Alimentación y estancia de jornaleros agrícolas, compromiso prioritario
Mulegé, Baja California Sur., 28-dic-2015.- Durante un recorrido por la comunidad de San Francisco de la Sierra, municipio de Mulegé, en Baja California Sur, el secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade Kuribreña, visitó la tienda comunitaria de Diconsa y verificó la aplicación de los distintos programas que ahí operan en favor de las familias más necesitadas.
Acompañado por el gobernador de la entidad, Carlos Mendoza Davis, el titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) supervisó la operación de la red de abasto de Diconsa en Baja California Sur, estado en el que existen más de 200 puntos de distribución.
Meade Kuribreña apuntó que Diconsa cuenta actualmente con más de 27 mil tiendas distribuidas en todo el país, ubicadas en zonas de alta y muy alta marginación. A través de esta red, la población con mayores carencias dispone de productos de primera necesidad de la canasta básica a precios más bajos que en cualquier otro centro de venta.
Al destacar que el Programa de Abasto Rural, que el pasado 20 de noviembre cumplió 36 años de operación, es uno de los pilares de Diconsa, señaló que su finalidad es contribuir a fortalecer el cumplimiento efectivo del derecho social a la alimentación, facilitando el acceso físico o económico a los productos alimenticios para la población con mayores carencias.
Asimismo, sostuvo que se trata de un esfuerzo con el que se facilita el acceso a productos básicos y complementarios económicos y de calidad, en forma eficaz y oportuna, en las regiones antes mencionadas.
El secretario de Desarrollo Social comentó que, a fin de garantizar la seguridad alimentaria de las familias que menos tienen, Diconsa reforzará en 2016 su red de abasto para incorporar y distribuir más alimentos fortificados o enriquecidos a precios accesibles.
Asimismo, dijo que los más de cuatro mil 400 comedores comunitarios que opera la Sedesol son equipados y abastecidos por Diconsa en tiempo y forma, hecho que fortalece la Cruzada Nacional contra el Hambre, estrategia que será fortalecida en los próximos meses con el objetivo de transformar el entorno y condiciones de vida de las familias más vulnerables.
* Alimentación y estancia de jornaleros agrícolas, compromiso prioritario
Erradicar el trabajo infantil es una prioridad en la política social del Gobierno de la República, por ello, con el Programa Atención a Jornaleros Agrícolas coordinado por la Sedesol se otorgan becas y estímulos a hijos de jornaleros menores de 18 años para motivar su asistencia y permanencia en la escuela.
En el presente año se han invertido más de 26 millones de pesos en beneficio de más de 21 mil menores de edad, lo que favorece a la disminución del rezago educativo. Asimismo, más de 29 mil familias jornaleras que migran de sus lugares de origen, recibieron un incentivo económico al llegar a los campos de trabajo localizados en regiones de atención jornalera de destino.
Este programa busca mejorar las condiciones de vida de las y los jornaleros mediante una atención integral a través de los diferentes tipos de apoyo, ofreciendo hasta dos alimentos diarios mejorando su alimentación con una dieta nutritiva, por un monto máximo de 480 pesos mensuales por niña o niño de hasta 14 años.
En el rubro de servicios básicos, la población jornalera se ve beneficiada mediante la construcción, rehabilitación y/o equipamiento de los espacios que ocupan durante su estancia de trabajo en los campos agrícolas.
En distintas ocasiones, Meade Kuribreña ha señalado que se tiene una deuda con los jornaleros agrícolas del país y con sus familias, y que por ello es importante buscar más esquemas de colaboración con organizaciones sociales, empresarios agrícolas y autoridades locales, para generar mejores condiciones de trabajo, alojamiento, alimentación y ejercicio de los derechos de estos trabajadores.
En el país laboran a diario 2.04 millones de jornaleros agrícolas que junto con sus familias integran un universo de 9.2 millones de personas. Uno de cada cinco jornaleros son migrantes y el 18 por ciento habla una lengua indígena. De ese universo, 3.5 millones son niños, de los cuales 727 mil realizan labores agrícolas.
