Rosendo Ramírez Sánchez
Tercera y última parte
Las declaraciones del rector Rafael Torres Valdez contradicen lo que él mismo y su administración hacen; por un lado afirman que en la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca solo debe haber dos sindicatos, uno académico y otro administrativo; sin embargo, al fomentar la división de los trabajadores está creando nuevas organizaciones afines a él y los suyos. Otro ejemplo de sus contrasentidos son las acciones que ha emprendido contra el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UABJO (STEUABJO) al contratar personal ajeno a espaldas del sindicato titular lesionando su interés profesional y atentando contra el Contrato Colectivo de Trabajo.
En el último proceso electoral que vivió el STEUABJO para cambiar a su comité ejecutivo da abundantes ejemplos de cómo la administración encabezada por Torres Valdez trata de influir sobre las organizaciones de trabajadores y con ello las divide generando una polarización mayor.
En ese proceso se vio claramente la intromisión de la administración universitaria y concretamente la del secretario particular de Torres Valdez, Eduardo Martínez Helmes, quien financió a diferentes trabajadores del STEUABJO para que participaran en la contienda y al final autorizó que los integrantes de la Planilla Naranja después de haber perdido las elecciones se fueran a la cena de la derrota en el restaurant, “La Bella Airosa” en el que estuvieron departiendo para mitigar su fracaso, por lo que cabe preguntar ¿Quién pagó esa cena en la que corrió el licor en abundancia y cuánto se gasto?.
En el campus universitario corre como un secreto a voces que el rector y su secretario particular Eduardo Martínez Helmes, mantienen una estrecha relación con el dueño de dicho restaurant y, según se sabe, la cuenta de esta bacanal salió en cincuenta mil pesos ¿de dónde se pagó, quien pagó?.
Sabemos que el pago de esta fiesta así como la liquidación de otros gastos que se hicieron durante el cambio de comité ejecutivo del STEUABJO tales como propaganda, desayunos, comidas y otras “gratificaciones” similares fueron hechas con cargo al erario de la Universidad pero como en ella no hay transparencia a pesar de lo que dice la página oficial, la comunidad universitaria no sabrá con exactitud cómo se desvían los fondos del subsidio universitario mientras no se investiguen a fondo este tipo de situaciones.