Washington.- La violencia contra los periodistas amenaza la democracia mexicana porque la abstinencia de numerosos medios a informar sobre ciertos temas debilita el debate público de temas claves para la sociedad dijo, el jueves pasado, el director para las Américas del Comité para Protección de los Periodistas.
Carlos Lauría del CPJ (por las siglas en inglés del Comité) acusó durante una conferencia al sistema judicial mexicano de haber fracasado rotundamente al brindar las protecciones necesarias a los periodistas.
Se quejó de que el Congreso mexicano aún no ha aprobado una ley que transfiera a instancias federales el enjuiciamiento de homicidios perpetrados en regiones con gran presencia del crimen organizado.
El director informó que al menos 30 periodistas han sido asesinados en México desde noviembre del 2006, cuando el presidente Felipe Calderón asumió el poder e inició un combate contra el crimen organizado que ha dejado al menos 35.000 muertos.
“Algunos dicen que respecto al total de muertes, 30 es una cifra pequeña. Pero no lo es, es vital para la estabilidad de la democracia mexicana, afecta el derecho fundamental de los mexicanos al derecho a la información”, indicó.
Lauría agregó, sin precisar cifras, que a raíz de la violencia muchos periodistas mexicanos han salido del país y otros han abandonado la profesión.
Yolanda Ordaz de la Cruz, una periodista del diario Notiver del estado de Veracruz se convirtió en la pérdida más reciente. Su cadáver apareció degollado esta semana, apenas un mes después de que otro periodista de ese diario fuera asesinado a balazos junto a su esposa e hijo en su hogar.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos señaló que con la muerte de Ordaz asciende a 71 los periodistas asesinados desde el año 2000 en México.
Lauría señaló que 14 periodistas han sido asesinados en el continente en lo que va de año, un promedio de dos homicidios mensuales. “Es una cifra alta”, dijo.