Gabriela Rodríguez
En mi barrio de Coyoacán ya son conocidas Las mujeres de Toledo. Claramente identificables, un grupo de señoras van al frente del grupo de golpeadores contra los eventos de Morena, en Coyoacán. Se les ha visto en múltiples actos agrediendo a los promotores de Morena en diferentes zonas de la demarcación, en los Pedregales, en Coapa, recientemente reportaron su actuación los periodistas agredidos el 16 de diciembre en el jardín Hidalgo.
A mí me tocó verlas de cerquita antier, en el evento de precampaña de Claudia Sheinbaum, el de la colonia Ajusco. Visten blusa y pantalones apretados, algunas traen gorra beisbolera, mujeres corpulentas, peso completo y de voz fuerte, les tomé fotos, con un poco de miedo de que me arrebataran el celular, pero vi que había muchos periodistas, y entre ellos me resguardé. Hay una mujer particularmente agresiva que usa tapabocas, de esos baratitos de farmacia, supongo lo hace para que no la identifiquemos, está bien entrenada, avienta patadas de taekwondo; apenas logramos bajar del templete, cuando ella se nos echó encima con todo, compañeros de Morena evitaron que nos golpeara: ¡no se dejen provocar, párenla pero no golpeen, es mujer!, se decían entre ellos.
La maestra de ceremonias era Luisa María Alcalde, futura secretaria del Trabajo de nuestra ciudad. Para empezar, participaban un par de oradores, vecinos de la demarcación. Con vehemencia, el primero presentó un discurso intenso: “Hay que sacar al PRD de Coyoacán, hay que echar a estos corruptos del poder, cómo es posible que a cambio de unos tinacos hemos permitido que gobiernen estos señores, mejor que nos garanticen el servicio del agua, no tenemos ni con que llenar los tinacos, estos señores del PRD se creen dueños de la ciudad y de la delegación…”.
A mí me quedó claro que hay una estrategia de ataque bien articulada. Para empezar ellas apartan lugares hasta adelante, desde ahí empiezan muy calladitas, luego sacaron sus cartulinas, con mala letra pero directas: Claudia ¡Asesina! ¡Corrupta! ¡Genocida!, las calumnias no pudieron encontrar adjetivos más violentos. Cuando empezó a hablar Martí Batres comenzó el zafarrancho, es obvio que querían romper el evento y lo lograron. Yo sólo vi que aventaban huevos, tierra y piedras sin ton ni son, la logística actuó rápido para proteger a la precandidata. Pero abajo, por más de 15 minutos las mujeres se aventaban contra los militantes de Morena, una riña difícil de parar por lo que significa enfrentar cuerpos de mujeres. En las cuatro esquinas de la plaza había grupos de hombres con gorra beisbolera, quienes golpeaban, aventaban sillas y se resguardaban al lado de las mujeres; a las orillas había unos señores enchamarrados muy quietos, con miradas vigilantes parecían estar dirigiendo los movimientos, ubicados estratégicamente en las entradas impedían que saliéramos con facilidad, me dijeron que eran los empleados de la delegación de Coyoacán, tomé fotos de algunos. De pronto aparecieron los patrulleros. Entonces recordé que al llegar no podía estacionarme porque había varias patrullas obstruyendo las calles, lo increíble es que no actuaran antes. Obvio que no iban a resguardar a la ciudadanía, sino que estaban como para hacer un show mediático una vez que se suspendiera el evento: de pronto eran como 100 uniformados y con toletes, las sirenas de las patrullas eran escandalosas. Por un rato como que encapsularon a las agresoras, a Las mujeres de Toledo, ellas gritaban ¡PRD! ¡PRD! ¡Fuera Morena! Lo más increíble es que habiéndolas agarrado in fraganti, golpeando, echándonos piedra y tierra, no detuvieron a ninguna, los policías las retuvieron en una de las salidas, y poco a poco ellas fueron desapareciendo de la escena, junto con los demás. Hoy sabemos que algunas de ellas son también empleadas de la Delegación, y que están siendo denunciadas por la dirigencia de Morena.
En este evento no hubo desangrados, seguramente por el costo político del evento realizado unas horas antes en Villa Quietud, paradójico nombre, donde la golpiza dirigida contra Ángel Bolaños, reportero de este importante diario, circuló en todos los diarios y en las redes sociales. El golpe al periodista preocupa sobremanera, en un país donde se asesina a quienes informan sobre las acciones ilegales de los funcionarios, y coloca en gravísimo riesgo al gremio; no olvidamos que Miroslava Breach y Javier Valdez, de este diario, fueron cobardemente asesinados y aún no terminan de identificarse ni sancionarse a los actores intelectuales.
Hay que tener cuidado con Mauricio Toledo; él y Valentín Maldonado son bien conocidos en Coyoacán. Todo el mundo sabe que Toledo tiene una banda de hampones que agrede a quienes no se le someten, desde 2000 viene comprando a la gente de los barrios precarios de la demarcación a cambio de dádivas financiadas desde la Delegación o desde los curules que ha ocupado en el Congreso federal y local. Después de ser acusado por extorsionar a una inmobiliaria y de inventar la inauguración de una policlínica de salud que nunca existió, como parte de su campaña para diputado, hoy difunde en todas nuestras casas volantes con calumnias contra los precandidatos de Morena. Hablan de la precandidata a la jefatura de Gobierno como una asesina de niños, mismos términos de las pancartas que llevan Las mujeres de Toledo. A todos nos pareció una burla que Toledo quedara al frente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. La semana pasada él y sus secuaces lograron bajar el presupuesto a las delegaciones encabezadas por Morena y aumentarlo en las delegaciones del PRD, en sus manos quedó también la distribución de los recursos para la reconstrucción de la ciudad. ¡Buen botín que no dudo van a destinar a la clientela electoral de Por México con el Frente!.