Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
La sesenta y dos legislatura local no sólo es la más improductiva de la historia de Oaxaca sino también resulta la más ignorante, sin capacidad alguna para elaborar leyes, por lo que de nueva cuenta la reprueba la Suprema Corte de Justicia de la Nación que por unanimidad invalido la totalidad de la Ley de Sistema Electorales Indígenas, por la sencilla razón que no tomó en cuenta a los pueblos originarios de Oaxaca; demostró total falta de respeto a los indígenas que muchos de los diputados dicen representar, pero que menosprecian y escupen sobre sus más elementales derechos.
Hemos sido testigo como los representantes populares se enfrentan sin miramientos para exigir se repartan los recursos de la Cámara, cuyo presupuesto alcanza los 600 millones de pesos. Dinero que no invierten en ellos mismos para para capacitarse, sino lo utilizan en su promoción política. A través de dadivas que entregan a un pueblo miserable, a quién han enseñado a vender su conciencia y su dignidad por hambre; por unas cuantas laminas, bultos de cementó, despensas o ropa de ínfima calidad o se le ofrecen bailes para manipular a los más necesitados.
Basta ir al estacionamiento del Congreso del Estado, para ver la vida que algunos diputados se dan; ahí podemos observar vehículos de cerca de un millón de pesos y muchos de ellos o ellas, con un sequito de acompañantes que los siguen hasta el baño, todo con el uso discrecionales de los 10 millones que le tocan a cada uno de ellos, aunque afirman que el reparto del presupuesto no es equitativo.
Estos diputados locales, pero también los federales y desde luego los senadores, aplican la máxima romana de al Pueblo Pan y Circo, ahora más circo que pan, para seguir llevando una vida de dispendio, de opulencia insultante; han dejado de lado todo principio. Ya no los interesa el que dirá la sociedad, ya no tienen vergüenza ante los constantes hierros cometidos y aun así se ven candidatos a gobernador por sus partidos o sin partido, se ven presidentes municipales o de pérdida regidores de panteones o espectáculos.
La mentalidad colonialista la transpiran, al menos los diputados que coordinan las fracciones de los partidos más importantes que conforman la 62 legislatura local, como son el Partido Acción Nacional (PAN) que preside Natividad Díaz; Jesús López Rodríguez, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Alejandro Avilés del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Su voracidad los ha llevado a ignorar los más elementales derechos de los indígenas que conforman la mayoría de la población total de Oaxaca, de cerca de cuatro millones de personas, si tomamos en cuenta el criterio de identidad y no únicamente el etnolingüístico.
Es su ceguera provocada por sus ansias de poder no les permitió por lo menos leer el artículo segundo de la Constitución, que es precisamente los preceptos ahí contenidos que violentaron y por los que la Suprema Corte de Justicia, les dio palo. Aquí transcribo algunos de los párrafos de este artículo, para dimensionar esta brutalidad legislativa en una entidad que se precia de haber sido el origen del primer presidente indígena de América, Benito Juárez.
Artículo 2. La Nación Mexicana es única e indivisible.
La Nación tiene una composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas que son aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas.
La conciencia de su identidad indígena deberá ser criterio fundamental para determinar a quiénes se aplican las disposiciones sobre pueblos indígenas.
Son comunidades integrantes de un pueblo indígena, aquellas que formen una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres.
El derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación se ejercerá en un marco constitucional de autonomía que asegure la unidad nacional. El reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas se hará en las constituciones y leyes de las entidades federativas, las que deberán tomar en cuenta, además de los principios generales establecidos en los párrafos anteriores de este artículo, criterios etnolingüísticos y de asentamiento físico… hasta aquí la cita.
Recomiendo que se lea el artículo 2 de la Constitución completo que por razones de espacio no es posible reproducir. Al leerlo sabrá porque causa indignación lo que cometieron los diputados de la 62 legislatura.
El lunes 19 estuve en San Miguel del Valle, Díaz Ordaz, donde fui invitado por amigos a la festividad de su localidad. En el templo del lugar, una vetusta iglesia tal vez de principios del siglo 18, en un altar lleno de flores había un pendón en el que se leía:
“El que quiera ser grande entre ustedes que sea su servidor y el esclavo de todos”.
@MiguelAschulz
