
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) instituyó ésta fecha con el propósito de visibilizar la situación, buscar apoyo y garantizar el derecho contra el trabajo infantil por parte de los gobiernos y demás actores sociales.
De acuerdo con información de la OIT en la actualidad cerca de 215 millones de niñas, niños y adolescentes trabajan en el mundo y más del 50 por ciento está expuesto a las peores formas de trabajo como esclavitud, ambiente peligroso y forzoso, así como aquellos que son obligados a participar en el tráfico de drogas o son víctimas de explotación sexual.
El trabajo infantil está prohibido en el Derecho Internacional, a pesar de esto, continúa presentándose, entre sus causas están la pobreza y la crisis económica.
En el estado de Oaxaca, los resultados del Módulo de Trabajo Infantil del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), muestran que de los más de un millón de niñas, niños y adolescentes entre cinco a 17 años, 159 mil 287 trabajan.
El Banco Mundial pone de manifiesto que un acceso temprano a la fuerza de trabajo aumenta la probabilidad de terminar sumido en la pobreza. La discriminación y la exclusión son factores que contribuyen a su perpetuación.
Entre los grupos más vulnerables en relación con el trabajo infantil están las niñas, las adolescentes, los pueblos indígenas, las personas de clase baja y las niñas, niños y adolescentes con discapacidad.
La Defensoría reitera la importancia de adoptar una perspectiva de derechos humanos para entender y atender mejor la problemática, pues para tener una sociedad en desarrollo y un estado de respeto a los derechos humanos, es necesario la eliminación del trabajo infantil, lo que implica la adopción de una serie de políticas públicas basadas en la situación real cotidiana de inestabilidad y crisis que genera pobreza, como una causa que obstaculiza la erradicación del trabajo infantil.