* A fin de destronar mitos, la población debe actuar con información real para apoyar de manera oportuna: Valle Arteaga
Ciudad de México.- El ser el suicidio un problema de salud pública y un fenómeno multifactorial, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llamó a la población a consultar información responsable y adecuada de fuentes fidedignas, eliminar prejuicios sobre el tema, mantener un diálogo abierto, acercarse a aquellas personas con intenciones de atentar contra su vida, y pedir ayuda en caso de tener ideas de muerte o ideación suicida.
Eunice Itzel Valle Arteaga, subdirectora médica del Hospital de Psiquiatría “Morelos” de la Representación del IMSS en la Ciudad de México Norte, señaló que existen diversos mitos relacionados a este tema que afecta de manera global a las familias, comunidades y a los países, y para que la población llegue a eliminarlos debe actuar a través de información real para apoyar de manera oportuna a las personas con riesgo y conducta suicida.
Explicó que dentro de los mitos, se tiene que los intentos suicidas sólo son una llamada de atención, cuando la realidad es la manifestación de la desesperanza que una persona llega a sentir, en donde llega a ver la muerte como la única opción para salir de ese problema.
Valle Arteaga indicó que otra idea errónea es que la persona que realmente quiere acabar con su vida no avisa; sin embargo, la verdad es que muchas personas manifiestan de una u otra manera al entorno las intenciones de atentar contra su vida antes de hacerlo.
“Entre estas conductas tenemos el regalar las posesiones más preciadas, hablar muy frecuente de la muerte, fantasear sobre ella, preguntarle a sus seres queridos qué sucedería si ellos faltaran, también se involucran de una manera abrupta en actividades que pueden implicarles algún tipo de riesgo o lesión, o también en conductas temerarias”, agregó.
Otro mito es que las personas que se suicidan son muy egoístas o son muy valientes, pero en realidad una conducta de este tipo nunca va a ser una manifestación de cobardía, egoísmo o valentía, es la expresión de un alto grado de sufrimiento ligado a desesperanza que hacen ver que el terminar con la vida propia sea la única salida posible en ese estado emocional, abundó.
La médica psiquiatra añadió que también están las creencias que hacen referencia al hecho de que no se debe hablar de suicidio y que los medios no deben de divulgar información relacionada para evitar dar “malas ideas”.
Apuntó que los datos a identificar en la población vulnerable son el diagnóstico de alguna enfermedad, un reciente duelo, miedo a la separación, pérdida de estatus, cambios abruptos en su comportamiento, desinterés o suspensión de tratamiento de patología psiquiátrica previa, dificultad para concentrarse, aislacionismo, algún tipo de dificultad en su entorno, repartición de objetos estimados, frecuentes referencias a la muerte o crisis vital.
Subrayó que la familia y los amigos pueden formar parte del proceso de prevención al preguntar directamente a sus seres queridos por el motivo de sus cambios abruptos de conducta o si ha considerado lastimarse o terminar con su vida.
“Algo que también es muy importante es como profesionales de la salud, procurar no actuar nuestros prejuicios sobre la población derechohabiente que nosotros atendemos. Y tanto médicos, como derechohabientes y población en general acordarnos que no hay salud sin salud mental, y la salud mental es precisamente la capacidad que tenemos de llevar a pleno nuestras facultades y poder dar un aporte benéfico a nuestro entorno”, dijo.
La subdirectora médica del Hospital de Psiquiatría “Morelos” refirió que las personas con pensamientos suicidas no deben temer en pedir ayuda a la psiquiatría, “y siempre que se pueda buscar nuestra instrucción de una o de otra manera”.
De acuerdo con un comunicado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2021, cada año se suicidan cerca de 700 mil personas y por cada suicidio consumado aproximadamente 10 más lo intentaron. Incluso otras estadísticas reflejan que existen 20 intentos más. Además, la tentativa no consumada es el factor individual de riesgo más importante para un nuevo intento.
Agregó que en el 2020 sucedieron siete mil 818 fallecimientos por lesiones auto infligidas en México, cifra que representa el .7 del total de muertes del año y una tasa de suicidio de 6.2 por cada 100 mil habitantes. El grupo de jóvenes de 18 a 29 años representa la tasa de suicidio más alta, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La especialista detalló que el suicidio es un problema multifactorial, resultado de una compleja interacción de factores biológicos, genéticos, psicológicos, sociológicos y ambientales. Sin embargo, la OMS señala que la prevención y el adecuado tratamiento de otras causas relacionadas como depresión, abuso del alcohol y otras sustancias, así como de quienes han presentado conductas de riesgo, reducirán las tasas de manera invariable.