* Toledo solicitó auditoria al Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca desde el 2013, sin que a la fecha se lleve a cabo
* La Secretaría de las Culturas de Oaxaca lamenta confrontación entre trabajadores y la Asociación Civil Amigos del MACO
*Trabajadores, los y las funcionarias sin cobrar salarios desde hace 9 meses
A punto de cumplir 29 años de edad, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO, 28-II-1992) y a 17 meses de la muerte de su promotor Francisco Toledo (5-IX-2019), Esta institución agoniza, de nueva cuenta.
Este espacio cultural que representa una ventana de la plástica mundial para Oaxaca y de educación artística, en particular para las y los jóvenes creadores plásticos, corre el riesgo de cerrar sus puertas al aumentar sus carencias económicas, debido a la suspensión de actividades por la pandemia, a partir de abril del 2020, que es uno de los meses más luminosos del año, que sin embargo marcó la negra noche de la pandemia que aún no se retira.
Las desavenencias entre los trabajadores, representados por la directora del museo, Cecilia Mingüer Vargas y los directivos de la Asociación Civil Amigos del MACO, se agudizaron a tal grado, que los asalariados de este recinto cultural, lo han dejado de ser, al no cobrar sus sueldos desde hace nueve meses, convirtiendo la sobrevivencia en un arte.
La falta de recursos al MACO no es nueva, es una enfermedad recurrente, por lo que el Gobierno de Oaxaca ha tenido que entrar al rescate, como ocurrió en el año 2013, cuando en la administración de Francisco Martínez Neri, ex secretario de Cultura, del entonces Gobierno de Gabino Cué Monteagudo, le dio “respiración de boca a boca” con un cheque de dos millones de pesos, para evitar la muerte del museo.
En ese año, 2013, el maestro Francisco Toledo exigió se le practicara una auditoria al museo, porque es necesario y declaró: “Saber exactamente la forma en que se gastan los recursos que recibe al año”. (La jornada jueves 21 de noviembre de 2013, p. 4).
Auditoria que a ocho años de distancia, las autoridades de los gobiernos estatal, federal y los Amigos del MACO, aún tienen pendiente con Toledo.
El museo sobrevive con el dinero que proviene tanto de donadores particulares como del cobro por actividades, comisiones por venta de obras, funcionamiento de la tienda, alquiler de espacios y, en su momento, una cafetería, así como de los subsidios federal y estatal.
Hace ocho años la entonces y actual directora del MACO, informó que son necesarios entre cinco y seis millones de pesos al año, para que el museo cumpla con su cometido, de los cuales sólo 500 mil pesos se canalizaban a salarios. “El MACO está en números rojos lo cual no le permite hacer frente a sus compromisos”. (La Jornada jueves 21 de noviembre de 2013, p. 4).
La postura asumida por Francisco Toledo ante la falta de recursos fue cuestionada por la Asociación Amigos del MACO, al no cuestionar que el gobierno no diera recursos suficientes al MACO, lo que originó el ruptura de Toledo con el MACO, por lo que se retiró y con el sus proyectos.
Para el MACO el tiempo es circular, es una rueda de noria que pasa por el mismo lugar, así el viernes 29 de enero de 2021, en conferencia de prensa -que ofrece a través de una vetusta reja de hierro forjado- Mingüer Vargas repite la misma historia de la crisis económica del museo, que ha dejado sin el pago de salarios a los trabajadores, al recibir entre tres y cuatro millones de pesos anualmente para sus gastos de funcionamiento sin incluir el gasto operativo.
Afirma que el jueves 28 de enero de 2021, se presentaron ante ella el pintor Rubén Leyva Jiménez, presidente de la Asociación Civil Amigos del MACO; José Luis Bustamante del Valle, secretario y Arlette Mayela Audelo Holm, tesorera, así como Osvaldo Mendoza Cruz, ex jefe de la Unidad Administrativa de la anterior administración de la Secretaria de las Culturas, Adriana Aguilar Escobar.
De manera intempestiva le demandaron que entregara el Museo, pero que al arribo de reporteros decidieron emprender la retirada, no sin antes decirles que deseaban conversar con la directora y posteriormente, lo harían con los trabajadores, lo que no aceptaron.
Bustamante del Valle me dijo que se entregará el Museo al Gobierno y que hiciera lo que quisiera con él, informó la directora, que a decir de ella misma lleva 17 años en el cargo.
Situación que no van a permitir ya que dependen muchas personas de él, no solo sus sueldos y prestaciones, sino también curadores (de arte), nuevas generaciones que se dedican a la gestión (cultural), proveedores de la tienda, tercio Laura Cravioto, coordinadora de los Servicios Educativos del Museo, durante de la conferencia de prensa dada a través de una ventana del inmueble.
De la parte superior de la fachada de la casa de arquitectura colonial, pende una manta negra donde se lee la exigencia de los 19 trabajadores para que se les paguen sus salarios y un trato digno. Resultado de las protestas de los trabajadores, los y las funcionarios del museo, que iniciaron en el mes de diciembre del año pasado.
Las instalaciones del MACO, que ocupan la casa marcada con el número 202 de la calle de Alcalá, edificada a finales del siglo XVII y principios del XVIII, con dos plantas y tres patios, cuyos corredores sirven para montar exposiciones y alberga 14 salas de exposición.
El MACO colinda del lado sur con la Biblioteca Pública Central Margarita Maza de Juárez, por lo que forman una unidad cultural trascendental para la ciudad de Oaxaca que tanto quiso y defendió Francisco Toledo.
La noche del jueves 28 de enero, narran las funcionarias, que ofrecieron la conferencia de prensa, se presentó un elemento de la Policía Auxiliar Bancaria Industrial y Comercial de Oaxaca, quien les manifestó que debían salir del Museo, por órdenes de Marisela Guerrero, jefa administrativa de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca, que preside Karla Villacaña.
Lo anterior hizo que decidieran quedarse dentro de las instalaciones del MACO, donde permanecen. Ante la sustitución de los elementos de la policía, que ya no las dejaban entrar ni salir, determinaron quedarse al interior del Museo.
Luego del mediodía del viernes, 29 de enero, hasta las puertas de MACO llegó Ángel Hernández, visitador de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), regularizando la entrada y salida del personas y funcionarias del MACO.
En el documento de presentación, el MACO se caracteriza como “un espacio para la celebración de la belleza, la libertad y la imaginación, se define como una institución educativa cuyo propósito es estimular la reflexión, el análisis y la discusión con el fin de enriquecer la vida comunitaria”.
El viernes 29 por la tarde la Secretaría de las Culturas de Oaxaca emitió un comunicado de prensa en el que lamenta el conflicto que existe con la Asociación Civil “Amigos del MACO”, que tiene a cargo este recinto y los trabajadores que ahí se encuentran.
La dependencia afirma que al tratarse de una asociación civil que tiene independencia jurídica será respetuosa de la forma en que resuelvan sus disentimientos internos, ello incluyendo los hechos suscitados el día de ayer en las instalaciones de dicho recinto, señalo el boletín de prensa.
No obstante, la dependencia permanecerá atenta y en caso necesario intervendrá en los alcances administrativos que para tal efecto marque la ley, a fin de buscar coincidencias que permitan fortalecer la cultura y sus distintas expresiones.