Familiares y amigos de los 20 michoacanos plagiados en Acapulco demandan que el presidente Felipe Calderón atienda el caso
Con playeras y globos blancos, niños, mujeres embarazadas, ancianos con bastón y familiares caminaron en silencio por el primer cuadro de la capital michoacana, desde el monumento a Morelos hasta Catedral, en demanda a la liberación de los 20 turistas michoacanos secuestrados en Acapulco el 30 de septiembre pasado.
“Jesús, en ti confiamos para que vuelvan”, expusieron en una manta los contingentes.
Las cartulinas que desplegaron hablaron por ellos:
“¡No es delito ser mecánico ni michoacano!”; “¡Pedimos apoyo total al gobierno!”; “No se olviden de las investigaciones”; “Papi te extraño”, se leían entre los reclamos, a 17 días de la desaparición de sus seres queridos.
Entre la concurrencia, en medio de ella, el andar era pesado.
Casi nadie hablaba, y cuando lo hacían, era para comentar cosas de la vida cotidiana.
Algunos cuantos se preguntaban entre sí, “¿Porqué no los sueltan?”, aunque un diálogo entre compañeros de trabajo de los desaparecidos, mecánicos que caminaban hasta atrás, reflejaba la incertidumbre que reinaba en los marchantes.
“Dicen que los tienen los federales”, comentaba uno de ellos. “¡No es cierto!”. “Sí así fuera ya lo hubieran dicho”. ¡Fue pura mala suerte que los han de haber confundido”, le contestaban sus compañeros.
Una demanda en común de los familiares, quienes encabezaban la manifestación: que sean atendidos por el presidente Felipe Calderón.
“Queremos que nos reciba el señor presidente para exponerle nuestro caso y lo que estamos padeciendo. Porque ellos son michoacanos, gente de bien que se ha probado que no tienen malos antecedentes, con trabajos honrados, y que aquí están muchos de los que los conocemos para decir que eso es verdad”, explicó Fernando Solís, familiar de los afectados.
Katy Rodríguez , vocera del grupo, informó:
“Ya le hicimos llegar al señor Presidente por medio de correo electrónico y llamado a los teléfonos de la Presidencia que queremos que nos reciba, para platicarle directamente del caso. Sabemos que los trámites son un poco largos, pero que nos pueda recibir para agilizar la investigación y la de todos los michoacanos privados de su libertad”.
“La angustia crece día con día, y ya estamos muy afectados. Muchos de nosotros ya no queremos comer. ¿Con qué ánimo si nos preguntamos si ellos (los secuestrados) están comiendo ó les dan tan siquiera agua?. Pero como quiera nos sostenemos entre todos. Sólo pedimos a Dios que nos los regresen con bien”, platicó Katy Rodríguez.