Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
Germán Cervantes Ayala, director General del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), simplemente guarda silencio ante el fallecimiento, por paro cardiaco, de Max Arturo López Hernández, director de la Unidad de Educación Secundaria, ocurrido hace ocho días, luego de haber sido humillado públicamente y despedido, por Abel Zapata Dittrich, subdirector General de Servicio Educativos.
El incidente del abrupto despido se registró en las oficinas alternas del IEEPO, que funcionan en la agencia de San Felipe del Agua, del municipio de Oaxaca de Juárez, por el incesante acoso de la Sección 22 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), que han mantenido su férrea oposición a la aplicación de la Reforma Educativa.
Este fallecimiento es resultado de la inoperancia del IEEPO, que no ha tenido la capacidad de dar respuesta a las necesidades educativas de Oaxaca, porque se puede deducir que en el despido, como lo denunciaron públicamente sus compañeros, no se respetaron las normas, toda vez que no compete a Zapata Dittrich, correr al funcionario de la dependencia y menos sin el respeto a la dignidad humana que merece toda persona.
Cervantes Ayala aún debe una explicación a la sociedad de los acontecimientos e incluso las autoridades encargadas de impartir justicia, deben investigar los hechos que llevaron a la muerte a López Hernández, para deslindar responsabilidades.
Sobre estos hechos la pregunta es sí estará enterado el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, dado que Oaxaca es un elemento estratégico para la puesta en marcha de la Reforma Educativa y si por lo mismo permitirá que queden en la impunidad a pesar de la gravedad, de los mismos.
Desde febrero del año 2014, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estableció los criterios para acreditar por las vías legales, el mobbing o el acoso laboral, por lo que los familiares del funcionario público fallecido, pueden seguir las vías legales: penal, administrativa, civil o laboral, de acuerdo a las pretensiones que busquen.
De acuerdo a estos criterios de la SCJN se destaca que el mobbing busca intimidar, opacar, aplanar, amedrentar o consumirlo emocional o intelectualmente, “con miras a excluirlo de la organización, o a satisfacer la necesidad de agredir, controlar o destruir, por sus hostigadores.
La agresividad o el hostigamiento laboral se da entre compañeros del ambiente del trabajo y siempre hay una persona que solo recibe agresiones; es decir, hay un agresor activo y una víctima pasiva. El acoso laboral entre compañeros de trabajo debe ocupar un nivel similar en la jerarquía ocupacional o por parte de sus superiores jerárquicos”.
De la muerte de López Hernández nadie quiere hablar dentro del IEEPO y menos Cervantes Ayala, quien es llamado el “comandante de la Legión Extranjera”, porque no es de Oaxaca, al igual que un sinfín de funcionarios, que junto con el llegaron a Oaxaca, a partir que tomó posición del cargo el 27 de julio del presente año.
Para quienes conocen la ciudad de Oaxaca, saben que a unos cuantos minutos se encuentran los mejores hospitales con los que cuenta, no solo la capital del estado, sino la entidad, como son el Hospital Uno del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), más cerca aún está el Hospital Presidente Juárez, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); el Hospital General Dr. Aurelio Valdivieso, así como hospitales particulares, por lo que no se entiende la razón de haber llevado a Max Arturo, al Hospital de Especialidades, que se encuentra en el municipio de San Bartolo Coyotepec, que fácilmente para cubrir esa distancia se lleva 40 minutos.
Esta muerte tiene tantas aristas que las autoridades han preferido, enterrarla junto con Max Arturo, cuya desnuda la mediocridad en la que está operando el IEEPO y la incapacidad de su director General, que prefiere ocultar los problemas a dar cuentas a la sociedad, lo que pinta de cuerpo entero lo que representa la Reforma Educativa y la calidad humana de los funcionarios de implementarla.
@MiguelAschulz
