Entrelineas
Miguel Ángel Schultz
Lo que debería ser la recta final para definir a los candidatos de los principales partidos a la gubernatura de Oaxaca, se ha transformado en un camino sinuoso, más aún con institutos que cada vez se alejan de sus principios, como ocurre con el PAN, PRD, PRI, a quienes no les importa el medio sino el fin, que no es más que ser gobierno, al convertirse los recursos públicos, en arcas que pueden ser saqueados sin que nada pase, como lo estamos viviendo en Oaxaca, que pese a los presupuestos históricos que se han tenido en los últimos cinco años, las condiciones estructurales de pobreza no varían, a pesar de los cerca de 450 mil millones de pesos que ha inyectado la Federación en el gobierno del cambio de Gabino Cué y tampoco hay consecuencias por los desvíos.
El actuar de estos institutos ha generado un ambiente de crispación política, por ello el Partido de la Revolución Democrática (PRD) quiso poner orden en el gallinero y acordó la firma de un pacto de civilidad, entre sus contendientes: José Antonio Estefan Garfías, diputado federal; Francisco Martínez Neri, coordinador de la Fracción Parlamentaria Federal del Sol Azteca y Benjamín Robles Montoya, senador, acto presidido por el presidente Nacional del PRD, Agustín Basave Benítez; la secretaria General, Beatriz Mojica Morga y el presidente de la Mesa Directiva del Consejo Nacional, Ángel Ávila.
El acuerdo de civilidad duró menos de lo que dura la alegría en la casa del pobre. A cinco días de haberse jurado amor eterno los gladiadores perredistas, para enfrentar juntos y abrazados el proceso electoral y afrontar las fechas significativas del 26 de enero cuando arranca la precampaña; 3 de abril inicio de campaña y 5 de junio la elección, cuando se supone el PRD en alianza con el PAN, refrendarán su gobierno, Robles Montoya, este 28 de diciembre, contó a quien quiso escucharlo que la candidatura del PRD la definirán las encuestas y que de no ser respetadas, él estará en libertad de tomar la decisión de marchar por su cuenta.
Entendemos que de no ser Robles Montoya, el abanderado del PAN-PRD se irá por la libre ya sea como candidato independiente o postulado por algún otro instituto, para lo cual trabaja con los partidos Social Demócrata (PSD); del Trabajo (PT) y Unidad Popular (PUP). Está confiado que doblará a la dirigencia nacional del Sol Azteca y que dejará tendido a su contrincante Pepe Toño, quien recientemente le dio una zarandeada, a través de un video donde lo que menos le dijo es renegado. Es decir lo que ahora vivimos es una encuestocracia.
Donde se complica aún más la definición es en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el instituto con la mayor estructura estatal y con el voto duro más grande que cualquiera de sus adversarios, donde grupos de poder real no cejan en su objetivo de hacerse de la candidatura a como dé lugar, fundamentalmente los candidatos de los ex gobernadores José Murat, que impulsa a su hijo, Alejandro Murat y Ulises Ruiz, que postula a Eviel Pérez Magaña. Por lo pronto tanto el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) como el partido local de nuevo cuño Partido Renovación Social (PRS), ya les ofrecieron sus registros para que sea Alejandro Murat su abanderado.
Aunque sobreviven otros aspirantes por el tricolor que son: la diputada federal, Mariana Benítez; Alfonso Gómez Sandoval; Javier Villacaña Jiménez; Sadot Sánchez Carreño; María de la Nieves García Fernández; Narcedalia Ramírez Pineda y Samuel Gurrión Matías. Sin embargo, en el PRI, nuevos vientos soplan desde los Pinos, hacen ver al empresario Gerardo Gutiérrez Candiani, como el caballo negro, que se contemple como una propuesta ciudadana del tricolor, veremos hasta donde da la fuerza de los empresarios de México, frente a poderes facticos.
@MiguelAschulz