Miguel Ángel Schultz
En Oaxaca el transporte público está sumido en el caos. Son innumerables los accidentes que se registran provocados por la nula aplicación de la Ley del Transporte de Oaxaca, que nació muerta desde su entrada en vigor en marzo del 2014, dados los intereses que existen en el sector del transporte público, además de ser fuente de riquezas para funcionarios, dirigentes transportistas y políticos.
Ahora mismo, el titular de la Secretaría de Vialidad y Transportes (SEVITRA) es Carlos Moreno Alcántara, ex dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN), lo que prueba que el cargo es más político que técnico, puesto que tiene intereses en seguir consolidando su carrera política dentro de su partido, que en asumir con seriedad su responsabilidad.
Otra prueba de la politización de las estructuras de gobierno es que los cargos claves de la SEVITRA, están ocupados por personas que tienen méritos en militancia y no por ser expertos en vialidad o movilidad urbana.
El mismo secretario es prueba de ello, el 1 de diciembre del 2014, saltó de la Subsecretaría de Desarrollo Municipal de la Secretaría General de Gobierno (Segego), a la titularidad de la SEVITRA, que nada tiene que ver una cosa con otra.
El mismo gobernador Gabino Cué Monteagudo al darle posesión hizo hincapié en “la trayectoria profesional, laboral y política de Moreno Alcántara, que será fundamental para continuar exitosamente el proceso de reordenamiento del transporte público”.
Proceso de reordenamiento que no ha avanzado ni un ápice, por el contrario en la administración de Moreno Alcántara, se ha efectuado el paro del transporte urbano y bloqueos a las vialidades de la ciudad de Oaxaca, más fuerte del que se tenga memoria, como ocurrió el 6 de abril del 2015, en el que participaron más de 900 unidades; cerrando 20 cruceros esenciales para la vida económica capitalina.
La razón del paro, la demanda de incremento de un peso en la tarifa del trasporte urbano, al que los empresarios del ramo acusaron de mentiroso y de faltar a su palabra, por lo que se negaron a tener cualquier diálogo con Moreno Alcántara, al aprobar, primero el incremento de la tarifa, en un peso, pero luego echarse para atrás, no precisamente para agarrar vuelo, sino porque no contaba con el visto bueno de Cué Monteagudo.
De su currículo destaca que es egresado en derecho de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), con diplomados en Gerencia Estratégica de Recursos Humanos por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Querétaro y en Derecho Electoral Mexicano por la UABJO.
Ha sido abogado de empresarios, con experiencia en el servicio público; secretario del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, diputado local en la 59 Legislatura, donde llegó a ser coordinador Parlamentario. Pero del transporte ni un curso ha tomado que le diera experiencia sobre el funcionamiento, por lo menos, de los semáforos.
Esto explica el caos reinante en el transporte en el estado, mafias de mototaxistas, transportistas de materiales de construcción, taxis, colectivos matándose en las calles. Además de decenas de ciudadanos asesinados por las ruedas de los camiones chatarra, que inundan las calles, caminos y carreteras de Oaxaca.
Ayer el niño Martín Rodrigo Cruz Hernández, de 11 años de edad, murió atropellado, cuando viajaba con su madre que conducía una motoneta, pero que fue arrollada por él cafre, por lo que el menor quedó bajo las ruedas del camión de la empresa Transportes Urbanos y Sub-Urbanos Guelatao.
Por cierto en su página de Internet, dicha empresa pone a disposición del público el teléfono 5010405, que es de un domicilio particular, donde están hartos de recibir llamadas para la línea camionera.
Asimismo, el miércoles 26 de octubre, una joven universitaria fue violada a bordo de un taxi colectivo, por el chofer y otro hombre que lo acompañaba. Agresión que no es la única cometida hacia las mujeres en el transporte público, que si bien no es responsabilidad directa de Moreno Alcántara, si es la de reordenar el transporte, como retirar los vidrios polarizados y obligar a respetar la propia Ley de Transporte, con lo que seguramente muchos de estos crímenes no sucederían.
@MiguelAschulz