JUCHITAN INFORMA
Alberto López Morales
Histórica y tradicionalmente, previo a todas las giras del presidente de México a cualquier parte del país, siempre llega un equipo de funcionarios que la gente conoce con el nombre de “avanzada”.
Tienen el apoyo de funcionarios estatales y trabajan bajo la supervisión de los militares del Estado Mayor Presidencial (EMP). Establecen la logística del acto, definen rutas de entrada y de salida, tanto ordinarias como de emergencia y lo más importante, pulsan realidades conflictivas y determinan actores sociales.
Después, un equipo profesional de políticos (concertadores o negociadores), establece los contactos, sugiere tiempos y lugares para que entreguen sus peticiones al presidente o simplemente expresen públicamente sus desacuerdos. Todo en un marco de civilidad y de respeto a partir del diálogo.
Todo ese conjunto de reglas y normas no escritas se vivió, por citar dos ejemplos, durante las visitas presidenciales a San Pablo Guelatao para honrar la memoria y legado de Benito Juárez, en ocasión de su natalicio.
Primero el acto oficial y después los maestros con sus protestas y luego, todos de regreso a casa en santa paz. También se vivió en la zona del Istmo, una de las más politizadas, durante las variadas visitas presidenciales, lo mismo con Salinas en Juchitán, que Fox, en Santa María Chimalapa o Calderón en La Ventosa, inaugurando un parque eólico y los maestros con sus protestas a la distancia.
Ayer martes, en la capital de Oaxaca, a unos metros del Zócalo que en el 2006 simbolizó el espacio de la resistencia, el conjunto de reglas y normas políticas que garantizaban la tolerancia entre actores opuestos fue enviado a la basura.
A 76 días del nuevo gobierno oaxaqueño que ofreció una nueva relación política, la convivencia fue pulverizada con balas de corcho y de plomo, a punta de toletazos y gases lacrimógenos, con golpes y exceso de fuerza por parte de la Policía Federal y de la Policía Preventiva del Estado que trataron de impedir ¡Una pacífica manifestación de los maestros en el Zócalo! Y paradójicamente a 24 horas del día del Amor y de la Amistad.
Luego de que se confirmó la visita del presidente Felipe Calderón a Oaxaca para el martes 15 de febrero, los dirigentes de la sección 22 del SNTE, encabezados por Azael Santiago Chepi, anunciaron que realizarían, como siempre ha sucedido en otros tiempos y regiones diferentes, una protesta en contra del Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), la criminalización de las luchas sociales y contra la privatización de los servicios educativos, de salud y recursos naturales emprendidos por el gobierno federal panista.
Pese al anuncio de los líderes magisteriales, nadie del gobierno oaxaqueño y nadie del gobierno federal se le ocurrió poner en práctica el conjunto de reglas y normas no escritas que se aplican histórica y tradicionalmente previos a las giras presidenciales.
La tarea para encauzar institucionalmente el diálogo con los maestros era, por lo menos desde el equipo del nuevo gobierno de Gabino Cué, la secretaria general, Irma Piñeyro y el director del Instituto Estatal de Educación Pública (IEEPO), Bernardo Vásquez.
Los líderes de la sección 22 del SNTE confirmaron que nadie les habló, que faltó comunicación y que falló el diálogo. ¿Fue la novatez o la inexperiencia de ambos personajes que propició más de trece lesionados hospitalizados, entre ellos el jefe de prensa del gremio magisterial que en el 2006 se convirtió en el aglutinador de la inconformidad social, Gabriel Melitón Santiago, así como de Raymundo Sánchez y Marcelino Coache, ex líder la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca?
Imposible de creer, por dos razones: la primera, porque traen la experiencia priísta en el esquema de gobierno y concertación y la segunda, que los dos: Piñeyro y Vásquez, son señalados por los maestros como punta de lanza de la señora Elba Esther Gordillo, lideresa del SNTE.
¿Buscaban con su actitud omisa agredir a los maestros de la sección 22? Lo lograron pero a un costo muy alto para el gobernador Gabino Cué, quien sin haber llegado a sus primeros 100 días de gobierno, enfrentará la respuesta movilizadora de los maestros, salvo que desde la tarde de ayer, haya tomado la decisión de prescindir de ambos funcionarios que se vieron malosos y perversos y echaron a perder la primera gira presidencial de Calderón, cuyos operadores panistas también se dieron a la tarea de confrontar a Cué con los maestros, sus ex aliados para derrotar al PRI en Oaxaca.
DE SALIDA: Con la generosidad del arquitecto David Gurrión Matías, esta columna se publicará de lunes a viernes en el diario El Sur, que se edita en la ciudad de Juchitán, Oaxaca