Por Libre Pensador
*La nueva marcha de Sicilia disminuida
* Había más pancartas que marchistas del Museo Nacional de Antropología Los Pinos
*Al poeta Bartolomé sólo le faltó hincarse ante el procurador del Estado de México al recibir un reloj Mont Blanc
La Sáizar mantiene el control de la clase artística e intelectual con los chayotazos en becas y premios para poetas, novelistas, pintores, la clase intelectual mexicana, como en los buenos tiempos de Porfirio Díaz. Hay que volver a leer a Enrique Serna y su novela El miedo a los animales, el mundo intelectual, tan corrupto como el policiaco
Al poeta Efraín Bartolomé sólo le faltó hincarse ante el Procurador del Estado de México después de la arbitraria vejación a su domicilio, violatoria de la Constitución efectuada en su casa por policías del Estado de México.
Son muchas las expresiones de solidaridad que ha recibido este poeta pero ninguna crítica por sus inclinaciones al poder al igual que la mayoría de nuestros escritores, poetas, pintores, músicos y periodistas culturales que son maiceados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
El poeta Efraín Bartolomé recibió sin disgusto el reloj Mont Blanc del funcionario del gobierno mexiquense en el acto de perdón a cambio del suyo, un intercambio por el reloj hurtado por la policía durante la irrupción a su casa en la delegación de Tlalpan durante un operativo para atrapar a un peligrosísimo asesino, que según un iracundo y fascistoide locutor de Radio Red, Jesús Martín Mendoza, ni chistar les queda a quien es víctima de atropellos como el que sufrió este poeta, porque el interés público está por encima de cualquier otro.
A Efraín Bartolomé sólo le faltó decir gracias en público por el perdón del funcionario judicial de Enrique Peña Nieto.
El pasado nueve de agosto, el poeta Efraín Bartolomé recibió un homenaje en la sala Manuel M. Ponce de Bellas Artes con motivo de la presentación de Los versos y la sangre. Vida y Obra de Efraín Bartolomé: En el vientre del atanor, de Héctor Cortés Mandujano, el primero de tres tomos que la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, para conmemorar los sesenta años de este poeta chapaneco.
La maestra Consuelo Sáizar cumple bien con su encargo de mantener domesticados a la clase artística mexicana con becas, viajes, libros y premios. Ha logrado librar hasta ahora la tormenta desatada por el vil asesinato del hijo del poeta Javier Sicilia, ahora incorporado a un movimiento ciudadano mediatizado, que ha sacado de su agenda de protestas a los padres agraviados de la guardería AB, de los indígenas del movimiento Triqui y estudiantes de la UNAM que por “radicales”.
En su tiempo mantuvieron el control de la clase “pensante” mexicana Rafael Tovar y de Teresa y Sari Bermúdez, en su corto tiempo al rencoroso de Sergio Vela, quien pretendió dirigir a los intelectuales como si fuera una orquesta, pero a ninguno de los dos les tocó los tiempos aciagos de Consuelo, una funcionaria dura y autoritaria. Es más de temer que de admirar.
Sicilia lleva el mismo camino de mediatización que tuvo la señora Rosario Ibarra de Piedra, quien que forma parte de la bancada de senadores del PRD y ha dejado en el pasado el asesinato de su hijo y los reclamos de las familias de los desaparecidos de la guerra sucia de los setentas y de los ochentas.
Ya ni sombra queda de aquella indomable señora que era capaz de enfrentarse a presidentes para exigir justicia. El sistema es más cabrón que bonito.
Lo mismo le pasa a Sicilia que ahora lo entretienen con la Ley de Seguridad Pública, una legislación que está directamente relacionado más con la lucha entre el PRI y el PAN para decidir la sucesión presidencial de 2012, que con el papel de los marinos y militares. Nada que ver con la justicia que ahora supuestamente busca Sicilia a favor de los “daños colaterales” del gobierno de Felipe Calderón.
Aún no sabemos que andaba haciendo el poeta Sicilia en Filipinas cuando asesinaron a su hijo, a instancias de otro intelectual, antes orgánico de Conaculta, el joven Jorge Volpi, quien desde que dejó de cobrar arriba de cien mil pesos como director del Canal 22 se volvió un “disidente”, al estilo de los intelectuales cubanos que copta la CIA y los gusanos de Miami.
Poetas como Sicilia y Bartolomé, y otros muchos famosos que no venden ni cien ejemplares de sus obras editadas por Conaculta, forman parte de la corte de ese organismo inventado en el gobierno de Carlos Salinas, precisamente para maicear a los hombres y mujeres de la cultura moderna mexicana.
Consuelo Sáizar sólo sigue la misma ruta de mediatización de poetas, escritores, pintores, músicos con los recursos públicos como en los buenos tiempos del PRI-gobierno. Viajan en primera, gozan de tratos preferenciales, se incorporan en el servicio exterior mexicano para que en Madrid, París, Roma y en cualquier otra cualquier capital de países tercermundistas latinoamericanos- los menos “prestigiosos” se dediquen más al gozo y al placer, a escribir cómodamente sus novelas, que ha representar los intereses culturales mexicanos en el exterior. Así pasa y así ha sido históricamente. No son pocos los intelectuales que viven del arrastre, pero no de lo popular de sus obras, es otro tipo de arrastres.
Volpi quiso ladrar y comer pinole al mismo tiempo, pegarle al pesebre, sentirse libre de Consuelo, y desde que le negaron una cómoda estancia en Roma como representante cultural de un país de los cincuenta mil muertos y 20 mil desaparecidos se convirtió por obra de gracia en un crítico; escribe en El País sus descubrimientos de “injusticia y caos” de los que nunca se enteró ni escuchó durante su función como empleado cultural de alto nivel; la hace de crítico a manera de purgarse las penas de lo que no hizo en su momento cuando fue un bien pagado funcionario del gobierno de Calderón.
Apenitas se dio cuenta de lo que pasa en su México. Sólo hoy, cuando la sangre derramada baña las conciencias hasta de los más ciegos y blandengues intelectuales mexicanos.
Lo mismo ocurre con otros poetas y escritores, ahí tenemos al premiado poeta Eduardo Lizalde, como titular de la Biblioteca México, otro que les da amnesia y autismo cuando se trata de hablar del país donde nada pasa y todo queda para dentro de 30 años cuando se vuelva a reeditar el libro de Rolando Cordera y Carlos Tello, México, disputa por la nación, que fue presentado hace pocos días en la Facultad de Economía, y donde un estudiante del primer semestre de esa facultad preguntó sí nos tendremos que esperar otras tres décadas para que nuestros gobernantes se den cuenta de que sin resolver la gravísima desigualdad social no habrá crecimiento real en México.
Nuestros intelectuales, habrá excepciones, pero muy pocas, viven de los presupuestos públicos, y hasta nuestros periodistas culturales como Humberto Musacchio, hacedor de libros, uno de nuestros antes severos críticos, hoy haciéndole reverencias en Excélsior a Consuelo empeñada en construir la nueva Cineteca Nacional, así como la librería Elena Garro en las calles de Fernando Leal cuyas obras, un estacionamiento en el subsuelo, ya causó un trabajador muerto, y serios daños a las casas adyacentes en esa calle del Centro Histórico de Coyoacán.
Doña Consuelo ya tiene su primer muerto por daño colateral de su política cultural de hacerse lo que ella dice y manda a como dé lugar, igualito que su jefe de necia.
Consuelo agravó los daños a una zona histórica de Coyoacán en su empeño por hacer la librería Elena Garro. Los daños de la caprichosa obra, a un lado de un centenario edificio que ocupa la Escuela de Música del INBA, ha motivado que vecinos afectados de las casas adyacentes, denunciarán penalmente a la funcionaria, a quien no se le conocía un carácter tan autoritario e intolerante.
Sus colaboradores se sorprenden de su voluble personalidad. Pocos de sus funcionarios aguantan sus caprichos y regaños. El historiador Cesar Moheno, su coordinador de asesores, secretario técnico del INAH poco le aguantó y reventó. La titular de Conaculta prefiere tratar con mujeres antes que hombres, a quienes abomina eternamente. Consuelo es intocable para nuestros intelectuales mexicanos, bueno ya ni Paco Ignacio Taibo II se salva con el homenaje que le han preparado en el INBA para mecerlo en una cuna y quitarle su aire de duro intelectual crítico y contestatario.
Su hermano Benito Taibo, otro poeta, ha preferido callar para no renunciar a su jugoso puesto de más de 60 mil pesos mensuales como coordinador de Difusión del Instituto Nacional de Antropología e Historia del gobierno del PAN, cuando Benito ha sido un izquierdoso delirante de esos que pegan con la izquierda y cobran con la derecha.
Otra de esas intelectuales, antes iracunda priista y ahora admiradora del Peje, es Enriqueta Cabrera, nieta del honorable don Luis Cabrera, que cobra como encargada del Museo de las Intervenciones en el INAH, y antes feroz crítica del neoliberalismo, y lo mismo ocurre en Radio Educación con Antonio Tenorio Muñoz Cota, un mediocre escritor de novelas que se van al kilo, quien apenas le truena los dedos Consuelo, hace y deshace la emisora y la ha llevado a esa antes digna radio cultural al ostracismo del servilismo burocrático, hasta el centenario de Cantinflas- patrono de los políticos y políticas del país- ya forma parte de la agenda cultural de la radiodifusora de la SEP que se caracterizó por ser un modelo de medio de comunicación de vanguardia en la radio mexicana.
Una de las dirigentes del sindicato afirma sin duda que la de Antonio es “la peor” administración que le ha tocado a Radio Educación, y eso es decir mucho cuando ya los trabajadores han padecido a las pésimas direcciones de Héctor Murillo Cruz y de Virginia Bello. Tenorio usa la vieja técnica de enfrentar a trabajadores contra trabajadoras para mantener un control con alfileres de la emisora.
En este sexenio a Radio Educación no ha tenido suerte; le ha ido como en feria, primero Virginia Bello que intentó adelgazar la emisora, y ahora con Tenorio que a toda costa pretende acallar los noticiarios de esa emisora y cualquier voz crítica en la emisora.
En este escenario de una clase intelectual de complacencias y complacidos, bueno, no se salva ni el erudito historiador de la ópera Enrique de la Peña, quien apenas se atreve a criticar la estrategia de guerra del gobierno del que forma parte Conaculta, pero fuera del IMER.
¿Es posible que nuestra cultura se desarrolle entre tanta sangre regada en el país? ¿Entre tanta simulación? ¿Qué nuestros intelectuales de Conaculta se hagan los que no oyen entre tanta protesta y crímenes por daños colaterales en el país? Pues sí, si es posible, los mantienen dormidos con los sueños de opio representados en viajar y viajar, mantener las becas y eventualmente ser premiados.
Saltiel Alatriste, actual coordinador cultural de la UNAM, es otro de los beneficiados por ese tipo de política cultural en su estancia en Barcelona como representante cultural. El extinto Alejandro Aura, es otro, sin querer hablar mal de él, Carmen Boillosa, exdueños del Hijo del Cuervo en Coyoacán, han gozado de las mieles de los presupuestos culturales. Enzia Verduchi, es otra, fue coordinadora de Literatura del INBA, ahora ya no aparece en las marchas de Sicilia, era una activista de en la línea de fuego contra el gobierno de Calderón.
La historia del grupo de poetas de La Espiga Amotinada es de controversias. Nació en los sesentas, leían poesía en una librería de avenida Hidalgo, de “Polo”. No a todos se los tragó al sistema. De los nombres de Jaime Labastida, Oscar Oliva, Eraclio Zepeda, Jaime Labastida Shelley y Juan Bañuelos, sobresale el de Bañuelos como un poeta que mantuvo siempre su verticalidad intelectual y ética. La historia de Eraclio es de tragedia, lo de Acteal lo marcó de por vida, no goza de buena fama.
Muchos de nuestros escritores, poetas, periodistas culturales, pintores, caen en la barbería de funcionarios por publicar su obra, por una bequita. Otros como David Huerta, de los que no dejan las becas, goza de privilegios porque es un protegido, vive de la fama de ser hijo de un gran poeta Efraín Huerta.
Los incongruentes se la pasan de presupuesto a presupuesto, es la clase de farsantes que Enrique Serna describe en sus libros. En El miedo a los animales, Serna describe a un mundo intelectual mexicano tan corrupto como el policiaco. Brincan sobre el sistema hasta que reciben una concesión. Viven del país donde no pasa nada, a pesar de los ríos sangre; ellos o ellas, los domesticados, como si nada pasará, y serán más de lo mismo cuando eventualmente, dicen, que el PRI regresará a Los Pinos.
La desilusión que ha causado Sicilia queda demostrado en las menos de mil 300 gentes que reunió el poeta en su nueva marcha de este domingo 14 de agosto del Museo de Antropología a Los Pinos y después a la suntuosa y grosera sede del Senado de la República en Paseo de la Reforma.
Eran más las pancartas que los marchistas. Ya no es la marcha del 8 de mayo que movió a miles de conciencias a lo largo del Eje Central hasta el Zócalo. Su movimiento ha decaído, lo desnaturalizaron en el Alcázar, primero con Calderón y luego con los jerarcas del Congreso, fue destripado por el mismo sistema, “domesticado”, dicen unos chavos estudiantes de Ciencias Políticas de CU. Se lo tragó completito. Es una lástima por Julián le Barón, un hombre verdaderamente honesto.
¿Será verdad que Carmen rompió con Marcelo?