Por Libre Pensador
*¿Habrá elecciones en el 2012?
*México envenenado: ineptitud, impunidad y corrupción
*Nadie ya está seguro en este país, después del atentado al Casino Royale
*Larga lista de ineptitudes y complicidades: Lobombo, News Divine, ABC, Casino Royale
*¿Quién lucra con la tragedia?
*Tres días de luto por decreto
*¿Y Los ejecutados de San Fernando?
*Estamos en el país del eterno niño ahogado
*Llegaron los comunistas disfrazados de obispos
El primer impulso del gobernador de Nuevo León Rodrigo Medina fue acusar al gobierno de Felipe Calderón de ser la autoridad responsable de autorizar, vigilar y regular la existencia de los Casinos, que el visionario Lázaro Cárdenas ya advertía de lo peligroso de permitir en el país la legalización de los negocios de las maffias que en la trilogía de Mario Puzo las representa la familia Corleone, la que tenía en sus bolsillos a gobernadores, legisladores y jueces. ¡Claro, no se equivoquen ni piensen mal!, de los Estados Unidos.
La tragedia del Casino Royale– nombre inspirado en una de las últimas películas de James Bond– ocurrió en Las Vegas de México, la ciudad de Monterrey- como lo recordó la conductora María Eugenia Pulido de Radio Educación– no sólo el corazón del juego de los casinos, es el corazón de los ricos de México.
Ante la acusación del priista Rodrigo Medina el gobierno del panista Felipe Calderón reviró con un decreto de tres días de luto nacional y la repetición de un discurso de condena y de impotencia, el mismo que hemos escuchado a lo largo de casi cinco años de gobierno de Acción Nacional en el país, el cual hartó hasta el periodista Ciro Gómez Leyva, quien lo califica de la misma “cantaleta de siempre”.
La mañana de ese desventurado 25 de agosto de 2011, a ocho días de que el presidente Felipe Calderón envíe al Congreso su V Informe de Gobierno, hubo hechos que revelan el explosivo estado en que se desarrolla la guerra política de la sucesión presidencial del 2012.
Uno fue la acusación eufemística -presentada como “denuncia de hechos” ante la PGR- del presidenciable de Los Pinos, Ernesto Cordero, contra el presidente del PRI, Humberto Moreira, por el endeudamiento multimillonario de Coahuila durante su periodo como gobernador, y la otra fue la del nervioso presidente del PAN, Gustavo Madero, al señalar que de los 15 mil muertos de este año en la guerra contra la delincuencia organizada, 10 mil de ellos han ocurrido en las entidades gobernadas por el PRI.
Son hechos que difícilmente se pueden pasar por alto horas antes de registrarse la terrible tragedia de las 52 víctimas del Casino Royale, al igual que el rudo enfrentamiento de Felipe Calderón con Vicente Fox, quien le exige una tregua con la delincuencia y cambiar la estrategia.
También esa mañana del jueves 25 de agosto, en Morelia el presidente Calderón increpó a los legisladores de su partido y a los demás legisladores por estar en “rollos políticos”, los instó a colocarse más allá de ellos y aprobar la Ley de Seguridad Nacional o Pública que legitima la presencia de las fuerzas armadas en las calles y carreteras del país. Estaba enojado esa mañana.
De los legisladores de su partido no depende la aprobación de esa polémica ley vista como un peligro para las garantías individuales. Esa aprobación depende del PRI con su mayoría en la Cámara de Diputados, por eso es inevitable remitirse a ese discurso de Morelia del jefe real de la campaña presidencial del PAN en el 2012.
El presidente Calderón advirtió en su discurso a sus legisladores de los “tiempos difíciles” que se avecinan, pero dijo estar confiado en que “las cosas saldrán bien”. Tan difíciles son esos tiempos que horas después, en Monterrey, un grupo de crueles asesinos incendió la entrada de uno de los casinos con el saldo de las 52 víctimas, en su mayoría mujeres; son casinos que ilegalmente funcionaban en la capital del dinero, casinos cuyo funcionamiento depende de la secretaría de Gobernación a cargo de Francisco Blake Mora, quien poco podía defender al gobierno de la acusación del gobernador de Nuevo León, cuando ni siquiera tenía la información sobre los dueños de la empresa.
En las páginas de la secretaría de Gobernación, como dueños aparecía uno de los hijos del ex regente Ramón Aguirre. El periodista Miguel Ángel Granados Chapa constató ese dato y aseguró que la concesión de ese antro de juego lo recibió a nombre de uno de sus hijos en pago por ceder la gubernatura de Guanajuato que abrió las puertas al PAN en esa entidad en 1991 para que llegara Vicente Fox.
Pero resulta que la familia de Ramón Aguirre salió de ese negocio porque la expulsaron. Los dueños del Casino Royale resultaron otros. Por ellos, Raúl y Jorge Alberto Rocha Cantú, dio la cara su representante legal, Juan Gómez. El colmo del cinismo y del abuso es que la empresa Atracciones y Emociones Vallarta, dueña del casino se desentendió del pago de indemnizaciones a sus trabajadores asesinados en el atentado, bueno ni siquiera pagaron los sepelios, como en el caso de un recepcionista
De las irregularidades en el funcionamiento de ese casino y otros, clausurados después del niño ahogado, como en los casos de los antros Lombombo y News Divine, en la ciudad de México, bajo gobiernos del PRD, y de la guardería ABC de Hermosillo, como siempre se echan la bolita los gobiernos y lo más común, culpan a las administraciones anteriores para lavarse las manos. Es la moda, culpar al anterior.
Es la misma historia de complicidades, abulias, ineptitudes y corrupción que gobiernan en las administraciones de todos los partidos en el país. Siempre ven hacia el pasado y seguramente será el discurso- si hay elecciones en el 2012- que escucharemos en los próximos gobiernos, pero sin hacer justicia como en el caso de la guardería ABC, cuyo principal señalado por los padres de los niños muertos es el ex titular del IMSS, Juan Molinar Horcasitas.
No hay justicia en el país, persiste la impunidad. Es un país sin salidas de emergencia. Ana María Salazar, una experta en inteligencia y estratega antinarcóticos, deja ver en su último artículo en El Universal que después de la tragedia del Casino Royale, todo puede suceder. La misma percepción la tiene la doctora Rosa María Lince, con una trayectoria académica impecable en su materia de seguridad que dicta en la UNAM.
Los peores pronósticos son para el cierre de gobierno. Poco podrá hacer Calderón, dice lacónica Ana María Salazar, para detener la violencia política y de inseguridad pública que enfrentará el país. En junio pasado se rompió el récord de asesinados con 95, en julio fueron 73 y en lo que va del año ya se superó la cifra del total de asesinatos del año pasado, señala por su lado en otro artículo en el mismo diario, Denise Maerker.
¿Falta lo peor?
Después de que el gobierno de Calderón acepta como acto de terrorismo el atentado el Casino Royale los temores sobre la Ley de Seguridad Nacional se acentúan. Sobre todo sí a nuestras Fuerzas Armadas se les llega a dotar de facultades extraordinarias en una situación llevada al extremo de que para “salvar al país” se determinara, al no existir condiciones para unas elecciones presidenciales en el 2012 por una situación de eventual “terrorismo”, la suspensión de los comicios. Tan graves son los temores que hasta en el propio PAN los comparten algunos de sus legisladores.
Los ataques ocurridos al Estadio de futbol de Torreón, los temores de la Iglesia Católica para garantizar el itinerario de las reliquias del beato Karol Wojtyla por el país y ahora el atentado al Casino Royale, minan los pilares en los que se sostienen gran parte de los controles del Estado Mexicano: los juegos de entretenimiento y los cultos religiosos.
Sin esos pilares de distracción y entretenimiento masivos, un Estado como el mexicano está demasiado expuesto a que la conciencia pública sobre el estado de emergencia que vive la República se extienda y se materialice en mayores críticas. A lo que más teme un funcionario en cualquier gobierno y de cualquier nivel es a la crítica. Por eso detestan a los periodistas críticos, los prefieren sumisos e integrados a sus nóminas.
La sociedad mexicana carece de una real opinión pública crítica. El pensamiento de la sociedad mexicana se interpreta y expresa a través de monopolios de la comunicación como el de Televisa. Ellos hablan por el país y por la sociedad mexicana. Por eso es tan importante para cualquier gobierno esta empresa fundada por Emilio Azcárraga. Nació en las arterias del sistema político mexicano. El único que no lo sabía es Andrés Manuel López Obrador, hasta que lo hicieron perder en el 2006.
Televisa es la cuna donde se mesen lo mismo las reliquias de Karol Wojtyla que los deportes, específicamente el futbol. Sin Televisa y los otros medios electrónicos –Azteca, Radio Centro, Radio Fórmula, etcétera-que forman parte de los instrumentos de control social del Estado, gobiernos como el de Calderón, Fox, Zedillo o Salinas u otros del abominable pasado priista, no podrían haber, manipulado a su antojo a la sociedad mexicana.
Tan lo sabe la delincuencia organizada que ataca los núcleos básicos del Estado. Para ser delincuencia está muy bien asesorada lo que indica que sus intereses están mucho más allá que sus turbios negocios, hasta ahora incontrolables e intocables para una pasiva secretaría de Hacienda, que encabeza ese virtuoso y prócer aspirante a la presidencia de la República llamado Ernesto Cordero que le gustaría “muchísimo” desde que era chiquito ser presidente, tanto como haber sido centro delantero.
¿Por qué no se atacan el corazón de la delincuencia organizada que está en los bancos y en el aparato financiero? Esos más de 40 mil millones de dólares que se lavan en el país. ¿Es el secreto de Estado por el que mataron a Colosio? ¿Será que ese es el seguro y la llave para llegar a la Presidencia de México?
Juegos de entretenimiento, futbol, casinos, y los espacios de los cultos religiosos, son estratégicos para el control social. Eso lo sabe hasta el más despistado y mediocre diseñador de escenarios de la comunicación política.
El país leyes, cuento de hadas. No hay ley en el país, se inicia en el ciudadano que se pasa el alto de un semáforo, evade impuestos, viola los usos del suelo y se apodera de espacios públicos frente a autoridades abúlicas y corruptas. Sigue el ejemplo de los candidatos que sólo prometen pero no cumplen.
Todos prometen lo mismo, atacar la impunidad, la injusticia, pero ya en el poder sea en Oaxaca, Sinaloa, Puebla, hay le paran. Se acaban los discursos de promesas, hay que gobernar hasta con los más corruptos e impunes que derrocharon a manos llenas los presupuestos públicos.
Es la misma cantaleta melodramática de siempre desde que empezó el sexenio. Ciro Gómez Leyva se hartó de la misma demagogia de las condenas y promesas incumplidas de ahora sí hacer justicia y ahora si castigar a los delincuentes. Todo es “vamos” y ahí se queda todo, hay se la llevan, como las masacres de San Fernando que también merecían otros tres días de luto nacional, como también los niños asesinados por la indolencia oficial del IMSS en la guardería de ABC, como también cuando las víctimas son humildes soldados, marinos, policías y periodistas. ¿O acaso 10 periodistas asesinados este año en el país no valen tres días de luto nacional? ¿Acaso no vale la vida de los periodistas? Humberto Millán Salazar del Radio Fórmula en Sinaloa y editor de un periódico digital es el último. ¿Quién sigue?, se pregunta Joaquín López Dóriga.
Son tan deficientes contra los delincuentes del narco como los de cuello blanco. Se les fue vivo en la PGR Jorge Hank Rhon en su vendetta contra el PRI, ahora es Moreira, mañana puede ser Fidel Herrera o Ulises Ruiz o Mario Marín. Nombres de priistas sospechosos de corrupción no faltan para ser perseguidos por la implacable PGR.
Frente a la incapacidad crónica de los gobiernos, federal, estatales y municipales, los jóvenes son partidarios de la mano dura. En la segunda Encuesta Nacional de Cultura Constitucional, aplicada por la UNAM, los jóvenes de entre 15 y 19 años aprueban la tortura y hasta la pena de muerte contra delincuentes… ¡Prefieren la seguridad a la libertad!
Se asombran los profesores universitarios María de Lourdes Ricaño Valdespino, María Luisa Rubio Sánchez y Enrique Tapia Ortega en una carta a La Jornada, mientras El Universal trata de taparle el ojo al macho con una encuesta a modo donde supuestamente la percepción sobre inseguridad entre la población bajó entre los mexicanos y mexicanas, mientras la de la UNAM dice que siete de de cada diez opinan que la violencia empeoró en el país y que la cosa se pondrá peor.
Según El Universal y la empresa Buendía Laredo, en una encuesta patito de mayo a agosto, la percepción sobre inseguridad mejoró al subir de ocho al 13 por ciento y los que creen que empeoró bajó 80 a 71 por ciento. El 56 por ciento opina que México es menos seguro. Es la solapada respuesta del gobierno panista a través de este periódico. Claro, “primero es la papa”, como les dice a sus editores Roberto Rock, el fiel empleado de los Healy.
Calderón, un presidente que evade la realidad, dice José Carreño Carlón, ex jefe de prensa de Carlos Salinas, ahora analista de los medios en Televisa y catedrático de la Universidad Iberoamericana. Es el Indiana Jones, según la agencia AP, citado por el mismo Carreño Carlón. Para Obama nuestro presidente es una versión del jefe de los Intocables en la guerra de Chicago, Elliot Ness, por su lucha contra los cárteles de la droga.
En este escenario, tampoco podemos perder de vista la visita a México de la administradora de la DEA, Michele Leonhar a la Secretaría de Seguridad Pública. Llegó, según el comunicado oficial, a reunirse con el ingeniero Genaro García Luna, titular de la SSP. Ambos se entrevistaron en las instalaciones del centro de mando de la Policía Federal, en Iztapalapa.
El texto del comunicado no tiene desperdicio: “La visita de Michele Leonhart a las instalaciones de la Policía Federal reafirma el compromiso de colaboración e intercambio de información para el combate a la delincuencia que opera de manera trasnacional, con lo cual se consolidan los convenios entre los gobiernos de los Estados Unidos y México.”
Entre los temas abordados por ambos representantes estaban “el esfuerzo institucional, el intercambio de información y procesos, el trasiego o contrabando de droga, armas, divisas y toda amenaza contra los dos países, la capacitación y la revisión de resultados”.
Entonces, pregunto sí estamos tan estrechamente vigilados por la DEA, porqué ocurren tragedias como la del Casino Royale, desaparece Yadira Dávila, investigadora del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, desde el pasado 5 de agosto cuando fue a la Plaza Comercial Cuernavaca. Y por qué las autoridades panistas de Morelos se hacen los que no van a misa con la desaparición de esta investigadora y el asesinato de la joven Elena Libertad García García, ocurrido el 24 de agosto de 2010.
Y mientras tanto una invitación hecha pública por el gobernador Ángel Aguirre Rivero al joven doctor Alejandro Poiré, el vocero de Los Pinos, para que visite las playas de Acapulco y constate en in situ la realidad de la que habla todos los días, de esa realidad de la que habla México Evalúa y la encuesta de la UNAM.
De ese México de la inseguridad y donde las cosas se pondrán peor, de ese México donde conforme al análisis elaborado por México Evalúa con datos oficiales de los pasados cinco años, los homicidios aumentaron 95 por ciento, los casos de secuestro 188 por ciento y de extorsión, 101 por ciento.
Se cumplió un año de las ejecuciones al estilo nazi de los inmigrantes en San Fernando, Tamaulipas, y no hay un solo sentenciado, denuncian familiares y activistas de los derechos humanos. Los aprehendidos son puros arraigados. “Crimen de Estado”, claman los quejosos. Entre ellos los curas “comunistas”- según el histérico de Jesús Martín Mendoza de Radio Red- Raúl Vera, Alejandro Solalinde y Miguel Concha.
Sólo eso nos faltaba, ya llegaron “los comunistas” y se infiltraron en la Santa Madre Iglesia Católica, y son “obispos”. Ya no hay valores. Hay que huir, se comen a los niños…